Capítulo 45

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Desearía despertar de este mal sueño, que al abrir los ojos todo esto sea más que una mala broma de la vida, pero no es así. Todo es real.

La última hora ha sido un caos desde el momento en que llamé a Morgan y me contó lo que estaba sucediendo.No he podido asimilarlo. No he logrado entender hasta qué grado la depresión de la madre de Lisa la orilló hacer esto. Lo peor del asunto es que aun no he logrado verla. En cuanto escuché la palabra suicidio me dirigí lo más rápido que pude a casa de Lisa pero ella no estaba ahí , todo el edificio estaba rodeado por personas que iban y venían, pero ni Lisa ni Luca estaban allí. Logré localizar a mi padre una vez que me marché de ahí, fue así como supe que Lisa estaba en el hospital por un shock nervioso. De Luca seguían sin saber nada.

La cabeza me dolía con tanta brutalidad cuando estacioné en el hospital, pero preocuparme por mí era lo último que me importaba en estos momentos. Corrí lo más que me permitieron mis piernas, ni tan siquiera me detuve cuando la recepcionista me gritó que no podía pasar sin autorización,por una vez en la vida utilizaría a mi favor el que mi padre trabajase aquí. Me detuve en seco cuando vi a mi hermano sentado en la sala de espera, solo.

-¿Qué haces aquí Robert?-pregunté acercándome apresuradamente.

-Papá no quería que me quedara solo en casa-dijo encogiéndose de hombros.

Asentí sentándome a su lado.

-¿Supiste lo que le pasó a la mamá de Lisa?-me cuestionó mi hermano en un susurro bajo.

Lo observé unos cuantos segundos. Me moriría si algo le llegase a pasar algún día. Lo atraje hacia mí y le di un fuerte apretón.

-Si losé-.

Ninguno de los dos mencionamos algo más. Mi hermano era muy maduro para su edad, en la mayoría de las veces, yo a sus ocho años (casi nueve) me la pasaba trepando arboles y cazando bichos.

-Ella está con papá-.

Me aparté un poco para mirarlo -¿Puedes quedarte un rato más aquí?-.

-Si-

Me levanté y me dirigí al consultorio de mi padre, ni tan siquiera me tomé la molestia de tocar antes de abrir la puerta. Un par de ojos café oscuro se llenaron de lágrimas en cuanto me vieron. Lisa estampo su cuerpo con el mío y me abrazó tan fuerte, como si la vida se le fuese en ese pequeño gesto. Mi padre comprendió que necesitábamos estar a solas, así que se encamino a la salida y en su trayecto se detuvo junto a mí y me dio un fuerte apretón en el hombro. Me aparté de ella cuando escuché cerrarse la puerta tras de nosotros.

-En verdad lo siento- dije limpiando sus lagrimas -Desearía que no estuvieras pasando por esto-.

Ella simplemente negó con la cabeza y se pegó a mi pecho sollozando. Le acaricié el cabello tratando de transmitirle paz, una paz que sabía le haría falta de ahora en adelante. Nadie podría detener su dolor.

Me senté en la camilla para poder colocarla sobre mis piernas, las lágrimas recorrían sus mejillas pero ella mantenía los ojos cerrados haciéndome saber que estaba intentando controlar sus emociones.

-Luca no me dejo verla-dijo después de un largo rato -Él fue quien la encontró-.

-¿Sabes donde esta Luca?-pregunté.

-No, no sé nada de él desde hace horas-.

No supe que más decirle. No tenía las palabras correctas para ella.

Lisa © (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora