La presencia del peligro [ 011 ]

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—Espero que estés lista para esto, Marie —comienza a hablar Hwa In. sirviendome una taza de té verde endulzada con mucha miel, así como me gustaba.
—¿Para qué? —cuestiono ladeando la cabeza, sin dejar de mirar con atención como preparaba el té.
—Hoy... —ella deja la tetera sobre la mesa de sopetón, sin importarle que esta pudiera romperse—. Iremos a hacer uno de esos trabajillos en los que contratan a Jungkook por una asquerosa suma de dinero increíble, también servirá para ver que tan bien vamos con tu entrenamiento, si las cosas salen mal —ella toma un tenedor y se lo encaja a una de las galletas que hay sobre el plato color blanco, dándole vuelta, provocando un sonido chirriante realmente molesto, acercando su rostro cada vez más a mi con una sonrisa tétrica—. Puedes prepararte para tu castigo por parte de Jungkook y el entrenamiento será mil veces peor; tú bien sabes como son las cosas. Para ser sincera, esos jueguecitos ya me están cansando, necesito acción en mi vida, pero bueno, todo puede pasar ahí.
—¿A dónde iremos? —frunzo el ceño en confusión, ¿al fin iría a esos lugares de los cuales JiMin me hablaba?—, exactamente.
—Ya verás, preciosa —termina de decir, dando un sorbo a su taza de té, mirándome por encima de ella con una ceja alzada y una amplia sonrisa que me daba desconfianza.

🎀🎀🎀🎀

Entramos por la gran puerta de cristal automática que está abajo en el estacionamiento, al entrar a ese edificio me doy cuenta de que parece una casa un poco antigua y bastante lujosa, con diferentes escaleras que te llevan a habitaciones en dónde hay juegos de todo tipo. Jungkook, JiMin y Hwa In van adelante sonriendo mientras analizan su al rededor, mientras que yo camino detrás de ellos con algo de temor, así como un patito siguiendo a su madre; el aura de este lugar no me transmitía nada bueno, incluso me ponía ansiosa, pero debía ocultarlo y ser valiente, las muñecas no sienten.

—Tiempo de no estar aquí, ¿eh? —habla la rubia cuando comienza a subir los escalones con sus tacones de aguja, haciendo eco por la gigantesca entrada—. Esto va a ser muy divertido.

Subimos las escaleras rápidamente y yo miro como en los diferentes pisos hay una estancia que te lleva a otras escaleras en diferentes puntos, parecía un laberinto.

—Marie —salto en mi lugar cuando Jungkook me llama y giro mi cabeza hasta él, prestandole atención—. No te separes de mí en ningún momento, ¿de acuerdo?
—Sí, Amo —respondo al instante con la voz muerta a lo que él sonríe. Así debe comportarse una muñeca.

Seguimos nuestro camino hasta entrar a una habitación bastante grande, sin embargo en ella solo había un sofá negro de cuero con una mesita ratona y al fondo, había otra puerta color negro de dónde provenía el sonido mezclado de personas riéndose, gritando, música y... ¿Esos eran gemidos?

—¡Anda que se están divirtiéndo! —grita JiMin emocionado, dando el primer paso para poder entrar-. ¿Estarán apostando?
—Alto, JiMin —habla Jungkook con un tono de voz serio—. Saben que aquí solo existe una sola regla. No pueden usar sus nombres reales, lo que sea que hagan no olviden cuál es el verdadero objetivo por el cual vinimos aquí y sobre todo, no permitan que les quiten la máscara. Diviértanse chicos —una bonita y traviesa sonrisa se ensancha por los labios de Jungkook al decir lo último, contagiando aquella sonrisa que denotaba peligro.
—¡Mierda, sí! —grita JiMin como un loco, abriendo la puerta de aquella habitación en la cual estábamos a punto de entrar—. No dejes que te la metan, princesa —me chista antes de adentrarse primero por la puerta, dejándome escuchar todo el ruido proveniente de ahí.

Avanzo junto a ellos y miro bien a todo mi entorno, esto parecía una especie de club, todo era de color blanco, desde las paredes hasta los sofás de cuero, iluminados por las tenues luces azul neon y unos ventanales gigantes que permitía ver la belleza de la ciudad a lo lejos, diferentes cuartitos con paredes de cristal en dónde las personas jugaban y apostaban, todos podían ver lo que sucedía allí dentro, nada se me hacía fuera de lo normal, o así era hasta que ví como en uno de los cuartitos un chico perdió y el jugador contrario sacó una pistola disparándole en la cabeza sin previo aviso, ni siquiera supe exactamente de dónde había salido el arma. ¿Qué es esto? No me había percatado de que estaba estática en mi lugar viendo aquella escena, ya que no solamente le habían disparado, la chica con la que jugaba le estaba abriendo el abdomen y sacándole los órganos para comenzar a comérselos ahí mismo. Los cristales salpicados de sangre y partes del cuerpo de aquella persona, mientras que todos los que se encontraban en el exterior veían la escena satisfechos, bebiendo de sus vasos transparentes con líquidos de colores que desprendían un olor bastante fuerte y extraño, mareandome un poco. Dudaba que fueran bebidas comunes y corrientes que servirían en los bares de la cuidad.

🎀 Sabor Porcelana // J e o n g g u k 🎀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora