Anhelo [ 026 ]

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Tu bien más preciado. Divino y virgen, así como también corrompido. El último y único fruto que creció adecuadamente de tu viejo árbol maltrecho, que se distingue entre todas esas manzanas marrones, llenas de orificios y abolladuras, los únicos que gozan de ellas son los gusanos, quienes pasean por sus pieles marchitas, saboreando el jugo putrefacto de lo que alguna vez fue dulce y puro. Se mantienen en el árbol forzadamente gracias a ti, así como tu anhelada flor preciosa, aquella que prevaleció sin importar el clima, la falta de agua y los malos cuidados, y aún con eso, no evito que floreciera hasta convertirse en un fruto intachable. Su único defecto es ser prohibido. Prohibido para tus manos sucias, se pudre con tan solo tenerte cerca, pierde su brillo y gracia, porque no ha florecido para ti y tampoco debió crecer en tu árbol negro y torcido. Ese fruto es lo que te mantiene vivo, tu salvación... y también tu muerte segura.

Anda a darle la última mordida, aspira el aroma de su piel rojiza y el néctar de su centro. Será lo único que recuerdes luego de probarle.

[ 🎀 ]

-Me alegra saber que vamos en serio, Señor -dice Rei, quien se coloca dos guantes de cuero con picos afilados en los nudillos y se acomoda el estuche con cuchillas de la cintura, desenfundando dos katanas-. ¿Comenzamos ya?
-Cuando quieras.

La pelinegra deja escapar una risilla ante la actitud divertida de su oponente, sabiendo que este no tendría compasión por ella en ningún momento. Rei da un salto hacia atrás, flexionando un poco las rodillas al momento de caer, para a continuación impulsarse de sus pies y saltar hasta alcanzar una de las cuerdas que colgaban del escenario, quedando fuera del alcance del peliazul y este alza la cabeza para así no perderla de vista, aprovechando la oportunidad y lanzarle las agujas, mientras que ella se balanceaba de un lado a otro, intentando evadir cada tiro y bloqueando algunos con la katana, ocasionando que las armas terminaran por caer al suelo.

-Me parece de muy mal gusto que juegues con trampas -comenta JiMin antes de tomar distancia y calcular en que momento correr en la dirección donde se encontraba la chica, saltando de igual manera para así conseguir tomar uno de los tobillos de ella a pesar de que se encontraba en movimiento.

La mano con la que se sostenía resbala gracias al peso extra del chico, a lo que termina por soltar la katana que llevaba en la otra para afianzar el agarre sobre la cuerda y no caer, mirando a sus pies para verificar que JiMin yacía colgado de ella. Una punzada de dolor se aloja en una de sus pantorrillas, sintiendo como un objeto atraviesa la piel expuesta de esta, clavándose en lo profundo, ocasionando que la pelinegra gimoteara del dolor y le propinara una patada en la cara al chico, el cual en defensa removió con brusquedad la cuchilla dentro de la piel de ella, a lo que Rei terminó por soltarse de la cuerda y ambos cayeron de golpe sobre la dura madera, provocando un estrepitoso sonido hueco que resonó por todo el lugar.

A pesar de estar adoloridos por el impacto, los dos se levantaron al instante, adoptando de nuevo las mismas posturas de combate. Con suma molestia y notando la sangre escurrirse por su tobillo, Rei extrae la navaja sin dubitar, agradeciendo el hecho de portar una máscara que no le permitiese mostrar las expresiones de dolor que se reflejaban en su rostro.

-¿Y yo soy la que juega con trampas?

Se burla la chica, girando en sus manos la navaja cubierta de sangre y afianzar el agarre sobre ella con determinación en el momento en el cual corre hacia JiMin y este se prepara para el ataque de ella, soltando un golpe a puño cerrado una vez la tiene lo suficientemente cerca, sin embargo, antes de que el golpe pudiese tocarle la pelinegra se agacha, irguiéndose al instante para así propinarle un puñetazo en la parte del mentón que lo desorienta por unos momentos y provoca que retroceda, llevándose las manos a la zona afectada, sintiendo las marcas de los picos de los guantes sobre su piel sangrante. Rei se incorpora de un salto, sintiendo las punzadas intensificándose en su pantorrilla cada que hacía movimiento bruscos, a lo que trataba de inhibir el dolor concentrándose en el problema que tenía en frente.

Sin desperdiciar un solo segundo, la chica toma la katana que aún conservaba, realizando cortes rápidos sobre las extremidades de él en un intento por inmovilizarlo, clavándole la cuchilla de la espada en el abdomen -ya que el objetivo era capturarle al igual que HwaIn y EunHee-. O al menos así era hasta que JiMin volvió en sí producto del dolor ocasionado, reaccionando al segundo haciendo que este girara sobre su propio eje, alzando su pierna izquierda con dureza hasta darle una vigorosa patada que le dio de lleno en la cara a la chica, lanzándola lejos y por supuesto, dejándole inconsciente.

El peliazul camina hasta ella con lentitud, tocándose las heridas, y una vez la tiene frente a él se da cuenta de que el golpe había sido tan fuerte que le había quebrado la máscara de porcelana. JiMin se pone en cuclillas, intentando ver a través de las piezas que dejaban ver su rostro, retirando las piezas rotas de su cara, así como también los mechones de cabello que cubrían el mismo.
La expresión de JiMin se desfigura por completo, quedando apático, experimentando un deja vu al ver a la chica de esa forma, recordando a RaeRi años atrás, dormida sobre aquel sofá viejo con la televisión encendida. Un remolino de emociones indescriptibles afloran dentro del chico al darse cuenta de quién era la persona que yacía tirada debajo de él, provocando que este comenzara a temblar.

No podía ser verdad, tanto tiempo buscándola en cada lugar, cada rincón, cada bar, cada burdel, cada subasta, incluso en sitios web donde se traficaba con personas y jamás daba con ella, incluso dando un precio considerable por ella a quien la encontrase. Muy a su pesar, terminaba por inclinarse a la posibilidad de que su pequeña estuviese muerta en el mejor de los casos. Sin embargo, todos aquellos pensamientos y suposiciones habían sido eliminados en menos de un segundo cuando JiMin le dio la vuelta, rompiendo una parte del vestido que portaba para verificar que tenía esa cicatriz que se había hecho en una ocasión en la cual cayo de un árbol, abriéndose la piel del brazo con una rama que se le había encajado y tuvieron que suturarle.

Las agrias lágrimas descienden hasta su mandibula y parte su nariz como si fuese una fuente, empapándole el rostro sin poder hacer nada por detener las mismas, comenzando a sollozar al igual que un crío al momento en el cual pasa sus dedos por la cicatriz. Era la misma, incluso el pequeño lunar con forma de corazón mal dibujado estaba en su hombro. La había encontrado. Los gritos ensordecedores envuelven el lugar y JiMin la toma por los hombros con la intención de abrazarla, temiendo que estuviese muerta, sin embargo, sus planes se ven paleados gracias a que siente en su espalda baja el cañón de una pistola apuntándole y la cuchilla de la katana con la que le habían atacado anteriormente pegada a su cuello con firmeza, haciendo que este elevara la cabeza, un solo movimiento y aquella le rebanaría la garganta.

-Aléjate de ella o te prometo que te vuelo la cabeza, puto imbécil.

[ 🎀 ]

GARY YA VINE!!!!
Por cierto, JiMin y RaeRi NO son hermanos
Meno, no lo he leído, ya me duele la cabeza y los ojos, no lo voy a editar porque quiero hacerlo una vez termine la historia porque es probable que agregue cosas a caps pasados y así, ya saben :"""v el punto es acabarlo primero, jé.

Espero les guste, me gustaría saber qué les está pareciendo esto y well...
No salgan de sus casitas a menos que sea necesario, coman bien, porfis, cuidense, hagan ejercicio, etc etc OuO se les quiere

🎀 Sabor Porcelana // J e o n g g u k 🎀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora