Jamais vu [ 023 ]

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RaeRi diosa en multimedia, chao 
Maldita calidad de mierda que se carga esto .-.

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La persona de la túnica eleva la cabeza y su voz se ve distorsionada por algún aparato, causando que la misma suene profunda y delicada a la vez, dándole un toque aún más tenebroso al momento, si es que eso era posible. El hombre frente a nosotros se aparta y nos tiende una de sus manos para que pasemos por otra puerta que está al otro lado de la habitación.

—Permítame ubicarlos a todos en sus respectiva habitación, les tenemos un lugar reservado. Me han informado que se presentará esta noche junto con otros clientes igual de... Importantes —avanza a la puerta, sacando de uno de sus bolsillos un llavero con diferentes llaves de tamaños distintos y también colores—. Es todo un honor.

El hombre con mascara abre la puertecilla, dejando ver un salón ridículamente espacioso, lleno de butacas color azul rey con detalles en dorado por doquier, junto a unos cuantos balcones de los que colgaban bellísimas cortinas para que las personas que se sentasen ahí tuvieran más privacidad. En una parte del lugar, yacía un escenario decorado con plumas de colores que variaban desde el naranja, azul, morado y negro, haciendo la forma de un abanico gigante. Lámparas de globo estaban colocadas en hileras por doquier y si no fuera por ellas, la iluminación sería casi nula; en el fondo del escenario había un trono tradicional donde los reyes solían sentarse, cubierto por ornamentos como cojines, flores y ramas verdes enrolladas por la longitud de la silla, a sus costados habían cuatro arcos torii con un tamaño lo suficientemente grande para que una persona entrara, dejando el trono en medio. Sin embargo, algo que llamaba mi atención, eran las vías de tren que estaban colocadas sobre el gran escenario, me preguntaba para qué las utilizarían con exactitud.

Continuamos avanzando siendo guiados por el enmascarado en la dirección contraria al escenario, atravesando una cortina que daba hacia un pasillo bastante ancho, decorado con muebles caros, floreros y pinturas bizarras. Todas las puertas se encontraban cerradas y ninguna poseía perilla, al parecer solo se abría con una llave y se cerraba de la misma manera, los murmullos provenientes de las puertas se inmiscuyen por mis oídos causando que una curiosidad aflorara en mi interior por saber qué sucedía a través de esas paredes. Cada recoveco me hacía sentir enjaulada, como si nos hubiéramos adentrado de lleno a nuestra propia tumba sin un escape, este lugar era diferente a los otros, se sentía diferente.

—Aquí podrán prepararse para su gran acto. El público está ávido —señala con su dedo la puerta que yacía a un lado de nosotros, adornada con flores y ramas, parecía mágico.

El enmascarado le entrega una llave alargada y vieja a Hoseok, quién la toma entre sus dedos, listo para abrir la puerta que nos correspondía una vez se alejara el hombre. Hoseok inserta la llave en la cerradura abriendo esta, dejándome pasar antes que los demás, la habitación era bastante amplia, tanto que contaba con un bar posicionado en una de las esquinas, la decoración era antigua a la vez que moderno, desde el tapiz de las paredes color bermellón oscuro con flores de cerezo, hasta la mesa de cristal ratona del centro. Llamaban mi atención los maniquíes vestidos con ropas tradicionales de diferentes países orientales, mis ojos casi brillaron al ver regadas sobre una mesa, Katanas de distintos tamaños y formas, Daos, un Qiang, arcos y otras armas que cualesquiera de los presentes quisieran probar.

—Que estancia tan agradable —comenta Hoseok una vez comienza a deambular, mirando las pinturas con desagrado gracias a las cosas plasmadas en el lienzo—. Maravillosa técnica, pero que engorrosa imagen ¿no crees, Rei?
—Debo aceptar que hasta resulta inquietante observarla por un tiempo prolongado.

🎀 Sabor Porcelana // J e o n g g u k 🎀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora