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«Narrador omnipresente»

Aitana corría como loca mientras trataba de esconderse otra vez de sus compañeras, las muchachas quería golpearla nuevamente pues la menor no quería hacer el trabajo grupal dónde la asignaron con sus verdugos.

—Tana... Vamos nena... Sal —Dijo la "Líder"—. No quiero tener que usar la fuerza, sabes que te va a ir peor.

La menor supo que no tenía más opciones que salir de allí.

—Buena niña —Dijo la peor de las tres—, ahora... No quiero excusas... Vas a hacer el trabajo y punto.

Sin saber que más hacer, Aitana aceptó.

En su rostro yacía un moretón justo debajo de su ojo izquierdo. Caminaba sin ánimos, iba de regreso a su casa... Desde que tenía 11 años vivía con una hermana de su padre, pues sus progenitores murieron en un accidente, luego de 6 meses en un asilo del gobierno, sus tíos aparecieron haciendo cargo de la niña.

—Hasta que por fin llegas —Dijo su tía con desprecio. A veces la chiquilla se preguntaba por qué seguía en ese lugar sí ellos no la querían—. Hay ropa sucia, debes regar el jardín, bañar a los perros y arreglar la habitación de tus primos... Yo iré al estilista con Rebecca.

"Allí estaba la respuesta"

Sin rechistar, Aitana comenzó a hacer sus tareas, estaba cansada y aún tenía cosas por hacer, pues su día terminaba tarde. Luego de hacer la cena, sus tíos llegaron junto a sus primos, Theo, Rebecca y Sasha.

—René... ¿Dónde está mi corbata azul? —Preguntó el mayor llegando al salón donde estaban todos, incluyendo a Tana, quien aprovechó esa hora muerta para adelantar su tarea.

—Aitana... —René, su tía, señaló a la más joven.

Sin darse cuenta, Aitana se había metido en un grave problema, olvidó lavar la ropa y eso era un problema enorme. El golpe frente de todos no se esperó, la morena cayó al suelo, cubriéndose la cara, justo en el ojo lastimado.

—Eres una inútil... Te damos comida, educación y techo... —Mentira—. Lo único que tienes que ayudar en la casa... Eres una inútil.

Aitana se limitó a no llorar, sentía un nudo en el estómago, su cara ardía como el mismo infierno y sabía que no se libraría de un castigo. El robusto hombre tomó las cosas de la joven, para luego tomar su brazo y arrastrarla hasta la salida.

—No quiero verte... Lárgate.

Eso fue lo último que dijo su tío antes de cerrar la puerta en su rostro, no era la única vez que lo hacía, ni sería la última. Ella sabía que tenía que regresar al día siguiente para seguir con su vida. Al mirar su reloj, notó que aún faltaban unas horas para comenzar a trabajar, pero agradeció que le haya echado con sus cosas, podría seguir con su tarea hasta que el "bar" abriera.

Aitana era una chica callada y tímida, casi no tenía amigos, sólo la administradora del lugar donde trabajaba, ella había curado varias veces las heridas que "aparecían mágicamente" en el cuerpo de la menor.

— ¡Tinaaa! —Dijo Jules al verla. Las luces estaban encendidas y las chicas estaban repartidas por el lugar, arreglándose para comenzar a trabajar—. Dios mío —Dijo acunando su rostro con sus manos, seguramente estaba hecha un desastre, tenía un gran moretón bajo ojo—. ¿Otra vez? —Preguntó la mujer, Aitana la miró y simplemente asintió.

No tenía ganas de hablar.

EME.

Mía nena, mía. || Tom Hiddleston FanFic ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora