Mía nena, mía. || Tom Hiddleston FanFic ||

0.6

«Narrador omnipresente»

Chris se quedó con Aitana, la muchacha tenía miedo de hablar pero por alguna razón el rubio le daba confianza, sus ojos no era intensos como los de su amigo y eso le daba calma.

—Ahora si linda... ¿Vas a contarme? —Preguntó el mayor echando un poco de crema antibiótica en su rostro. Ella tenía la mirada en un punto fijo, no sabía por qué le pidió al hombre que se quedaran solos, pero debía hablar. Aitana asintió cuando alzó su mirada.

—En el colegio... Unas chicas me molestan todos los días y hace unos días me dieron un golpe fuerte en el rostro. Hoy llegué a casa y olvidé hacer unas cosas, mi tío se enojó y volvió a golpearme en el mismo sitio. Es todo.

Ella habló como si fuera algo natural, Chris se encontraba atónito, en sus años de carrera no había escuchado a alguien hablando de esos temas con la naturalidad que ella lo contaba. Su mano estaba aún colocando la crema, no había peligro de que perdiera el ojo, pero debía cuidarse, procurar que no la volviesen a lastimar.

—¿Qué harás?

Preguntó él temiendo por la salud de la pequeña, aunque era obvio que había llegado a su mayoría de edad, él le llevaba unos 15 años, seguía siendo pequeña, hasta para Tom, que era un completo adulto.

—Supongo que conseguir otro trabajo, y seguir con mi vida —Dijo ella sin importarle mucho su futuro. Jamás había pensado en el futuro, siempre en su presente y lo lamentable que era.

—¿Tienes dónde quedarte? Te puedes quedar en mi casa, sólo vivo con mi novia y nuestro perro, tenemos dos habitaciones desocupadas... —Aunque la propuesta era tentadora, ella no se sentía cómoda estando en una casa ajena, y menos con desconocido. Aitana negó con la cabeza. Eso dio por finalizada la conversación entre los dos.

—Última pregunta... ¿Qué edad tienes? —Chris se levantó de la cama, pero estaba de pie a medio metro de la muchacha.

—19.

Esas palabras de Aitana hicieron que el estómago de Chris se revolviera. Apenas tenía 19 años, era una niña apenas y su amigo la estaba acosando. El hombre no dijo nada, solo asintió con la cabeza y salió de la habitación.

La cólera que tenía Chris no era normal, jamás había juzgado a su mejor amigo en sus decisiones, ambos eran adultos y sabían los movimientos que daban por la vida, pero esto traspasaba los límites.

La puerta principal se abrió, Tom entraba con un par de bolsas en sus manos, fue por comida china, lo más rápido y cercano que se le ocurrió. Pero él no esperaba encontrarse a su amigo con mala cara esperándolo en la sala.

—¿Por qué la cara? —Preguntó el castaño con una sonrisa burlona, le causaba gracia el semblante del rubio, pero a éste no le daba puñetera gracia la situación.

—¿Quieres saber? 1, Tienes a una niña de 19 años en tu casa. 2, te quieres acostar con ella. 3, ¡Tienes 36 años! ¡Le llevas 17 años!—Las palabras de Chris eran ciertas, pero a Tom no le gustaba el tono que usaba con el—. ¿En que estabas pensando?

—Para empezar... Yo no sabía su edad hasta hoy, y para seguir, Chris no tiene 13 años, es mayor de edad, y no se quiere acostar conmigo, no la voy a obligar a nada, sabes bien que eso no es de mi agrado. —Tom se defendía, pero Chris seguía con la bilis en la boca, estaba echando veneno y humo, esto era demasiado para él.

—¿Qué harás con ella?

—Le dije que la llevaría a uno de mis hoteles, que se puede quedar el tiempo que quiera allí, hasta que sepa que hacer... ¿Crees que me gusta la idea de tenerla sabiendo que no va a denunciar a nadie? ¡Vamos Chris! Soy un bastardo con las mujeres pero no soy un monstruo, no pienso hacerle daño a esa chiquilla.

Evans miró a su amigo por última vez, se tragó la bilis y decidió quedarse callado. Le dio indicaciones al hombre para Aitana, y se fue de la casa, enojado, pero un poco más tranquilo. Confiaba en la palabra de su hermano, no era un psicópata, sólo era adicto a las mujeres.

Todo esto era nuevo para Tom. Tenía una mujer en su casa y no tenía intenciones de meterse en sus piernas, sólo... Tenía curiosidad por ella.

EME.