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«Narra Aitana»

No entendía por qué había aceptado, pero estaba cegada ante el dolor de mi ojo y el hambre que tenía, desde anoche no pruebo un bocado.

Jules dejo un beso en mi frente y me dejó ir de la mano de Tom. Era cálida y grande, imaginaba que tal vez él también quería torturarme como todos lo hacían. Alejé esa idea tonta de mi mente cuando sentí la calefacción encenderse, los asientos estaban calientes, estaba en el cielo.

—Aitana... ¿Vas a denunciar? —Su pregunta me tomó por sorpresa, no sabía que iba a decirle, esa idea nunca había pasado por mi mente, ¿Denunciar a mi tío? No tenía pruebas, y ellos tenían tanto dinero que seguramente ganarían gracias a sus influencias. Negué con la cabeza, no tenía el suficiente valor para mirarlo luego de mi respuesta. Paseé mi mirada por sus manos, estaban apretando el volante, estaba tenso.

—No vale la pena... Es hora de que comience a arreglármelas sola —Dije en un susurro.

—¿Qué edad tienes? —Puso su mirada sobre mí, estábamos en un semáforo en rojo. La intensidad de sus ojos me hacía poner nerviosa, era cómo si me fuera a comer viva.

Me di cuenta de que no sabía mi edad, comencé a hacer cuentas en que año estábamos y en tiempo que tenían mis padres muertos.

—19 años... Creo.

Dije apartando mi vista de él.

—¿Crees? —Preguntó con una sonrisa, ¿Se estaba burlando?— No entiendo eso de que crees...

—Mis padres murieron cuando yo tenía 11, desde ese momento han pasado 8 o 9 años. Desde su muerte no he tenido tiempo contar cuantos años pasaron... Tampoco para celebrar mi cumpleaños.

Él parecía sorprendido, pero yo lo tomaba con naturalidad, mis tíos jamás me desearon un feliz cumpleaños, ni mis primos, y no tengo más familia que lo hiciera, además no fue importante, sin mis padres no era lo mismo.

—Ya llegamos... —Cuándo miré por la ventanilla, me di cuenta que no estábamos en un hotel, sino en una casa... ¿Me trajo a su casa? ¿Iba a violarme en su casa? Me tensé en el asiento, y tomé con fuerza el cinturón. El pareció entender mi estado—. Tengo que llamar al hotel para preguntar sí tienen la presidencial desocupada, tranquila, luego te llevaré al hotel... Bájate.

Trague en seco cuando terminó de hablar, todo era tan surreal, no confiaba en él. La puerta del copiloto se abrió, estaba estática. No iba a bajarme.

—Nena... Confía en mí, no te haré nada, sólo quiero ver ese ojo, tal vez deba llevarte a un hospital... —Estiró su mano, otra vez dudé, pero volví a aceptar.

Cuando entramos a la casa, el calor me abrazó, el frío siempre fue mi peor enemigo, no llevaba un abrigo que me cubriera la suficiente y cuando regresaba a casa, en mi habitación no tenía calefacción, así que el frío estaba presente toda la noche.

—Ponte cómoda, iré a buscar un botiquín.

Hice lo que él me dijo, me senté en uno de los sillones individuales. Tenía miedo, ya no temblaba por el frío, temblaba por miedo, era u
na cobarde de primera. Escuché sus pasos acercarse, cuándo lo vi tenía una caja blanca en sus manos, no sabía que iba a hacerme.

—Necesito que te ates el cabello, quiero tener tu rostro libre... —Se acercó a uno de los encendedores de la pared, las luces me dejaron cegada, pues antes estábamos con una luz tenue, pero ahora podía ver todos los lujos de la sala. Hice caso a sus palabras, como pude até mi cabello, dejado mis orejas al aire—. Bien —Se sentó frente de mí, tomó mi cara con una de sus manos, no decía nada, solo me miraba—. Esto no se ve nada bien nena... Quiero llevarte a un hospital, pero harán preguntas y supongo que no quieres eso... —Me negué con rapidez—. Tengo una idea.

Se fue, a lo que yo imagino que era la cocina, un momento, al regresar traía un trapo con hielos en sus manos. Me dijo que me pusiera en el hematoma, el haría una llamada.

Sentía el cuerpo pesado, tenía hambre y sueño, puse el hielo en mi ojo lastimado, pero no tarde mucho en quedarme dormida en el cómodo sillón, era más cómodo que mi cama.

EME.

Mía nena, mía. || Tom Hiddleston FanFic ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora