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[[NOTA DEL ESCRITOR, LEER ESCUCHANDO NO TEARS LEFT TO CRY DE ARIANA GRANDE]]

«Narra Tom»

Cuando cayó la noche, yo no podía quedarme, pues mañana en la mañana tenía un desayuno con unos inversionistas para los hoteles que estaba por abrir en España, y sinceramente no podía llegar tarde ni con esta cara de muerto viviente.

—Vendré mañana en la tarde —Le dije a Aitana quien me había acompañado hasta mi auto, me sentía como adolescente enamorado que trae a su cita. ¿Será que me estoy volviendo loco?

—Mañana tengo que ir a dar clases... —Yo no entendí nada de lo dijo, ¿Dar clases? ¿De qué habla?—. Doy clases de pintura, en realidad ayudo a un artista a darlas.

—¿Te gusta la pintura? —Era algo que no hubiese imaginado.

—Mi madre era pintora... Ella me enseñó todo antes de morir.

Sin duda su historia era triste, pero era una chica muy fuerte y con un espíritu libre.

—Bueno, te vendré a buscar para llevarte a tus clases niña, y luego iremos a comer.

Antes de que pudiera negarse, entre a mi auto, no sin antes darle un beso rápido en los labios. Esto era una locura, pero era una locura que me gustaba sucumbir.

«Narra Aitana»

Que día más largo pero que tranquilo y lindo, jamás me había divertido tanto, al menos no después de la muerte de mis padres. Mis domingos eran los días más pesados para mi, pues debía hacer todos los quehaceres de la casa, y lavar la ropa de 5 personas era algo imposible, no entendía como ensuciaban tanto durante una sola semana.

Rose se había despertado muy temprano esa mañana, y yo la seguí pues quería ayudarla. Chris se fue a trabajar, mientras su novia y yo nos quedamos haciendo una que otra tarea, en cuanto terminamos ella sugirió ver una película. Al parecer hacer el almuerzo no estaba en sus planes y a mi me preocupaba que podría decir Chris cuando llegase a comer.

Pero cuando el rubio llegó a casa, el trajo la comida, no entendía porque él traía la comida y su novia le esperaba tirada en el sofá. En realidad eso era lo que hacía mi tía, yo era quien hacía todo en casa, ver la cara de ellos cuando llegarán a casa y se encontrarán con el desatre, iban a enloquecer. Pero ahora no me importaba, no iba a regresar a ese lugar.

—Tengo que irme a arreglar... —Ellos ya sabían que daba clases en el centro, y que Tom vendría por mi, así que solo me dijeron que regresara para la cena. Era bonito y casi surrealista que alguien me esperare para comer.

Cuando llegó Tom, se veía cansado, parecía que no durmió nada, pues estaba exhausto, en las bolsas que habían dejado de sus ojos se notaba. Aunque intenté preguntarle que tenía, no quiso alarmarme con lo que le sucedía pero esta a segura que estaba cansado y que debía dormir.

—Te esperaré.

—No Tom, mejor ve a tu casa a dormir, te noto cansado y no quiero que manejes así.

—Nena, quiero esperarte, si quieres me echo una siesta aquí hasta que regreses, además ya mañana no tengo nada que hacer así que puedo dormir todo lo que quiera.

Aunque no iba a aceptar eso, me dio un beso que me dejó sin habla, me gustaba ser tratada así.

[...]

—Bueno chicos gracias por todo.

El maestro despidió a todos los chicos, había sido una clase productiva en todos los aspectos, y me gustaba que todo saliera así por distintos motivos, cada vez que todo salía bien, mi jefe me daba paga extra. El hombre, quien era un hippie, pero era una gran persona que me había dado de comer y asilo cuando lo necesité.

—Gracias por ayudarme, no podría yo sólo. —El hombre me dio un sobre. Estaba obteniendo el dinero para alquilar algo pronto, no molestaría más a Chris y Rose. Cuando terminé de limpiar todo el lugar, me despedí de Eddie, cuando salí note que tenía la ropa manchada y las manos también, pero ya me lavaria las manos.

Divisé el auto de Tom, estaba dormido en el asiento del copiloto, se veía tan tierno. Le toque la ventanilla, y éste se levantó todo exaltado.

—Lo siento nena, no pensé realmente quedarme dormido. —El al verme no pudo evitar reírse, pues tenía pintura en todo el rostro. —Ya, ya. Vayamos a mi casa, te cocinare algo delicioso.

En todo el camino, el hombre estuvo haciendo reír de distintas formas, y la que más me gustaba era verlo cantar, tenía una bonita voz y no me quejaba en mi absoluto, todo lo contrario, no quería que dejara de hacerlo.

—Ve al baño y limpiate.

No podía creer en donde volvía a estar, era su casa pero esta vez no me sentía obligada estar aquí, él se está comportando de forma distinta pero me gusta esa actitud que tiene conmigo, era dulce y cariñoso, no un idiota.

—Eso huele rico.

Luego de la cena, nos acostamos en la sala, frente a la gran pantalla, a las pocas horas, Tom se quedó dormido y yo lo seguí en su viaje, mi cabeza estaba en su regazo, y no podía estar más cómoda.

Me gustaba este Tom.

EME.

Mía nena, mía. || Tom Hiddleston FanFic ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora