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El viernes por la tarde tuvieron su ya tradicional comida de cumpleaños. La familia Miller y Mendes se reunía en casa del festejado para convivir y celebrar su año más de vida.
― ¿Listos para mañana? ―pregunta Marie mirando al par de adolescentes.
― Más que listos, me emociona mucho la fiesta ―responde Shawn.
Por otro lado, Lucy se encontraba sin ánimos de nada. Desde que llegó de la escuela sentía que todo le daba vueltas, su estómago se revolvía cada que olía o ingería cualquier tipo de alimento.
― ¿Qué me dices tú, Lucy? ―interroga Karen.
Lucy jugueteaba con su comida. No había si quiera probado aquel aperitivo que Karen había preparado especialmente para la ocasión.
― Lucy, ¿estás bien? ―pregunta Shawn mirándola.
― ¿Me hablan? ―Lucy deja su tenedor elevando su cabeza, observa que todos en la mesa la miraban.
― No has comido, ¿te sientes bien?
― Estupendo ―da una sonrisa― es solo que no tengo mucho apetito.
― No te vi comer en el almuerzo ―delata Shawn.
― Sarah y yo comimos entre clases ―miente― Ya quiero que sea mañana ―cambia de tema para evitar más preguntas. Shawn la mira, él no estaba convencido pero decide no opinar más al respecto.
La velada continua normal. Entre charlas y anécdotas se pasa el tiempo. Lucy algunas veces reía o decía algo, sin embargo estaba muy tranquila en su lugar, se veía desorientada. Shawn la observaba de reojo en varias ocasiones.
Aaliyah desaparece unos segundos para seguido regresar con un pastel en sus manos. Todos ya preparaban la cámara de sus teléfonos para capturar el momento. Los presentes se entonan cantándole la ya conocida canción.
Shawn sonríe mostrando su dentadura. Lucy lo observaba mientras grababa para subirlo a instagram.
― Pide un deseo ―habla Lucy, sin dejar de grabar.
Shawn cierra los ojos aplicando presión. Inhala antes de poder soplar las velas.
― ¿Qué pediste? ―pregunta Aaliyah mirándolo.
Shawn mira de reojo a su amiga. Antes de hablar ríe: ― No pude desear otra cosa más que salud, tengo todo lo que necesito conmigo ―toma a Lucy por los hombros abrazándola.
Todos sonríen. El resto pasa tranquilo, entre charlas y risas.
― Entonces, nos vemos mañana ―habla Marie parándose de la mesa.
― Una manada de adolescentes, no puedo ni imaginarme el caos con que tendremos que lidiar mañana ―Karen niega con su cabeza riendo. Los presentes de igual manera sueltan una risa.
