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Lucy pensaba que todo inicio de semana llevaba consigo una maldición. Puesto que siempre le era más difícil levantarse un lunes por la mañana que cualquier otro día.
Negaba rotundamente a su cuerpo levantarse pero se negaba a escuchar los reclamo de su madre. Así que, sin más opciones: se levanta perezosamente de la cama, coloca sus pantuflas y sale de su cómodo colchón. Como su primera parada se dirige al baño para hacer sus necesidades y cepillarse los dientes.
― Detesto tanto los lunes ―grita frustrada.
Harper, quien caminaba por el pasillo, escucha el grito de su hermana, abre la puerta y asoma la cabeza.
― Eres tan exagerada, ya veo porque eres amiga de Shawn.
― ¿Cómo amaneces tan bien?
― Porque yo todavía soy joven ―crea una pose de súper modelo.
― Yo también soy joven ―se defiende Lucy.
― Mis amigos ya te llaman señora.
― Tú y tus amigos no saben el desgaste que conlleva la preparatoria, ustedes solo saben colorear y contar hasta diez.
― ¿Hasta qué edad de mi crecimiento te quedaste? —pregunta Harper elevando una ceja.
— Solo digo que ojalá me hubiera quedado de tu edad, reza para que no llegues a los dieciocho.
El señor David, quien igual iba pasando por el pasillo se mete en la conversación.
— Imagínate llegar a los cuarenta, te duele todo.
― Crecer es horrible —protesta Harper huyendo de ahí.
Después de aquella plática acerca de lo difícil que es crecer, Lucy continúa preparándose para la escuela.
Como era lunes tenía que ponerse la molesta falda azul junto con aquella blusa de botones acompañada de su corbata que hacía juego con su falda. Coloca sus largas calcetas que le llegaban hasta la rodilla para seguido colocarse sus zapatos negros.
Maquilla un poco su cara. Solo tratando de ocultar aquellas ojeras ocasionadas por ver friends a altas horas de la noche. Por último, peina su cabello atando un chongo alto amarrándose un listón rojo en él. Se dio una última mirada en el espejo acomodando su falda.
Estaba bajando las escaleras cuando recuerda que hoy tenía entrenamiento con las animadoras, el último campeonato del equipo de americano se aproximaba por lo tanto tenían que meter todos los ánimos posiblemente para que su coreografía fuera digna de un final de ciclo.
Metió dentro su mochila: la falda con tablones azules con blanco y la blusa con el logo del instituto. Guardo el primer par de tenis que encontró. Cuando estaba todo dentro de la mochila salió de su recámara.
