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No importaba cuanto lo intentara, Mina siempre fracasaba.

Saliendo de la casa de aquel patán que conoció esa misma noche, aún arreglando sus ropas desaliñadas, su cabello despeinado, y sin hacer caso omiso a su maquillaje corrido, caminó a pasó pesado, suspirando por enésima vez.

Era rutinario, Incluso normal en su vida que nunca pudiera conseguir aquello que la mayor parte de sus amigos ya habían probado, ya que siempre que estaba a punto de finalmente lograrlo, o alguien interrumpía, o uno de los dos se acobardaba. Aquello tan natural y maravilloso, pero que para Mina, comenzaba a ser un dolor de cabeza. Simplemente no podía conseguirlo, y cada vez sus ansias aumentaban al grado en que ya no le importaba ni con quién fuera, siempre y cuando sucediera.

Y es que, ella ya estaba harta de ser virgen.

Sí, quizás en un principio ella esperó por la persona indicada, pero todos sabemos que eso es pura mierda, nunca existirá una persona perfecta, y eso lo descubrió al darse cuenta que estaba perdiendo su juventud y sus oportunidades de disfrutar un placer que la vida ofrece, sólo por un encaprichamiento. Y ahora, más desesperada no puede estar, ya sea por algo personal, o por las constantes burlas de sus amigas hacia el tema. Era imposible. Parecía que su belleza natural no servía de mucho.

Llegó a su casa, tiró sus cosas en quien sabe dónde, y se recostó en su sofá, siendo esté el primer objeto relativamente cómodo para descansar. Aún era noche, casi madrugada, pero eso no evitaba que, sin importarle la gente que vivía a un lado, soltara un grito eufórico y desgarrador de pura impotencia. Estaba volviéndose loca, o tal vez era demasiado exagerada. Con unas pequeñas lágrimas de desesperación finalmente cayó dormida en aquel duro sillón de sala.

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— Bien Mina, uno menos. — Nayeon tachaba un nombre escrito en una pequeña agenda. La nombrada sólo atinó a dejar caer su cabeza en la pequeña mesa de la cafetería sin ningún cuidado, haciendo sonar un estruendoso golpe. Pero nada le podía doler más que su orgullo.

— Oye, debes relajarte. Yo aún tengo amigas como tú, siguen siendo igual de vírgenes, pero ellas no se sienten tan... — Mina fulminó con su mirada asesina a Momo, porque de nada servía que una experta en la cama le hablara de este tema. —... ¿Abrumadas?

— Momo, mejor cierra la boca. — Dijo Mina.

— ¡Hey! Hola. — Las tres voltearon hacia la nueva y reconocible voz que se acercaba. — Wow, ¿A caso Minari murió?

— No, no, solo está urgida. Ya sabes, frustración sexual. — Rió Momo, recibiendo un golpe en el hombro por parte de Mina, y una mirada inocente por parte de Chaeyoung quien recién llegaba.

— Toma Minari, traje un poco de soda. — Ignorando el asunto, y los gritos de dolor de una pobre Hirai, Chaeyoung le dio la lata de su mano izquierda.

— Gracias Chae. — Ella sonrió, pero no tardó mucho en soltar un nuevo suspiro, y tras la exigente mirada de la menor, habló con eminente desilusión. — Es que, no logro entender porqué no puedo hacer... ¡Ya sabes! Siempre ocurre algo para estropearme la movida~ — Se quejó haciendo ademanes, moviéndose exorbitante para volver a su posición inicial, recostada en la mesa como un costal de depresión.

— ¿Y por qué tan desesperada?

— ¡Porque!... Porque creo que lo merezco. Quiero saber qué es lo que se siente, pero quiero vivirlo yo, ya no quiero escuchar a todas contándome sus experiencias. — Su voz de por sí es baja, pero esta vez fue incluso más bajo de lo normal, haciendo que sólo las que se encontraban cerca la escucharan. Además, ella volvió a dejar caer su cabeza, pero esta vez en el hombro de la menor de pelo corto quien se había sentado junto de ella.

— Bueno, si quieres yo te puedo ayudar Minari~ siempre estoy abierta a cualquier invitación. — Coqueta, Momo quien estaba al otro lado de Mina, acarició la cadera de la nombrada sensualmente. Ésta sólo se tensó y un nuevo golpe cayó en su brazo. — ¡Ahg! Qué te pasa, maldita agresiva.

— Sé que estoy urgida, pero no tanto como para acostarme contigo, Mono. — Chae y Nayeon rieron ante la escena.

— Pero aún así, ¿no crees que se sentirá peor si lo haces sólo por quererlo hacer? El placer se da por los sentimientos, no solo por el físico.

— ¡Falso! — Gritó Momo.

— Lo sé, pero... — Ya acostumbradas a ignorar a la Japonesa mayor, Mina se lo pensó un poco. — ¿Cómo fue para ti Chaeyoung?

— ¿P-Para mí? — Esto había tomado desprevenida a la pequeña, quien casi se atraganta con su soda, y un fuerte rubor creció en sus mejillas. — Fue... Bueno. — Dijo eso con voz entre cortada, y extrañamente dudosa.

— Pues para mí fue la vez más excitante que he tenido, fue mientras yo...

— Creo que debemos irnos, ya casi empieza la otra clase. — Nayeon se levantó mirando su reloj de aquella mesa espaciosa, quien al ver sus acciones, Mina y Chaeyoung hicieron lo mismo.

— Pero saben, realmente no sabía cómo tenía que hacerlo, admito que estaba nerviosa, pero como soy yo lo hice de maravilla, y a partir de ahí soy una máquina en la cama, todas me dicen que soy perfecta, y no las culpo, sé que lo soy. — Ay, pobre Momo... — ¿Hm? ¿Chicas? ¿Dónde están?

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Y así pasaron semanas, tampoco es como que Mina fuera una zorra que tratara de acostarse con cualquier cosa que produjera sombra, todo lo contrario, tardaba su tiempo encontrar alguien que la convenciera de decir "quiero intentarlo con él". Por desgracia, hasta ahora, no ha vuelto a suceder. Decidió restarle importancia, así que salía con sus amigas más seguido tratando de distraerse, pero era imposible cuando las hormonas de todas ellas están a full, y el único tema de conversación que existe entre ellas es el Kama Sutra.

Tonta y triste realidad.

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Por otro lado, Chaeyoung se encontraba sola en casa...

Sí, extrañamente la menor no sólo se encontraba en su departamento completamente sola como de costumbre, sino que también estaba en su recámara, con la puerta cerrada, sus audífonos puestos, debajo de las sábanas sentada en posición indio, y un rollo de papel justo a su derecha. Sin olvidar claro, su teléfono en su mano izquierda.

— Ahg... Ahh... Mm... — Ella movía por toda la extensión de su muy erecto miembro su mano derecha. El vídeo en su pantalla revelaba una chica de cabellera negra un poco más abajo de los hombros, mirada fría y ojos rasgados, pero siendo brutalmente follada por alguien tras de ella. — Mm... M-Mina...

A veces reducía la velocidad de sus movimientos justo antes de sentir aquel cosquilleo en su vientre, torturándose a sí misma, y dándose pequeños pellizcos en la cabeza de su miembro. Notó que las personas del vídeo aumentaban sus embestidas, y ferozmente el chico penetraba a la actriz, entonces Chaeyoung los imitó en su mente, imaginándose así misma con alguien similar a la chica del vídeo, aquella que en jadeos nombraba sin saber, y así su mano volvió a su ritmo desenfrenado. Cuando al igual que en el vídeo, ambos chicos gimieron después de un estallido de sensaciones, y el orgasmo llegó haciendo manchar la cara de la mujer del semen del hombre, Chaeyoung no pudo detener su mano, quien apretando su miembro con más fuerza y sin parar de subir y bajar, sintió algo jodidamente excitante formularse en su pelvis.

— ¡Ahh! ¡Agh! ¡Mina! — Con una última embestida a su mano, la castaña se dejó llevar, corriéndose en ésta, aún imaginándose con la japonesa.

Alejó con repulsión el teléfono de su vista, se limpió la mano con un poco de desinfectante, su pene con el papel de baño y los restos que quedaron en la tela de su ropa y sábanas. Calmó su respiración y se recostó exhausta. Se tapó la cara con su brazo, estaba avergonzada de sí misma.

Y es que no era la primera vez que se masturbaba pensando en la japonesa, incluso inconscientemente en sus sueños pasaban escena eróticas con ella. Pero, ¿cómo culparla? Si Mina no ayudaba en mucho con su estúpido y sensual cuerpo, ese cabello tan sedoso y brillante, su sonrisa que dejaba mostrar sus rosadas encías, su voz tan tenue y suave; y el hecho de estar enamorada por dos años de ella. ¿Qué te puedo decir? Ocurre siempre lo mismo, pero es inevitable. Además, que la japonesa siempre recalcara  lo mucho que quiere hacer el amor con alguien solo le daba falsas esperanzas e ilusiones, que no hacían más que alborotar en demencia a su pequeño (no tan pequeño realmente) amigo.

Un sonido campante salió de su teléfono, con pesadez lo miró y notó un mensaje entrante. Sin más lo leyó esperando algo bueno de esto.

Yoda👂:
Deja de tocarte tu cosita pensando en Mina y baja rápido a la sala. Estoy esperando a que acabarás desde que empezaste sólo porque soy una buena amiga que quiere salir contigo a tomar un café.


Yoda👂:
Rápido.

Chae no podía estar más roja y apenada. Recuerden quitarle la llave de su departamento a Tzuyu en cuanto la vea.

A duras penas se cambió de ropa y salió lista para escuchar burlas de la más alta, burlas o sarcasmos, como ya era costumbre de ella. A veces, Tzuyu puede ser el mismísimo demonio detrás de esa linda cara.

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En fin, cada quien tiene sus propias prioridades que no hacen más que hacerlos sufrir. Sino es amor, es que simplemente ya no quieres ser virgen, claro muchas otras cosas más como la ninfómana de cierta japonesa, la inseguridad, la poca suerte, los rechazos, una mala relación, uff, muchas cosa, que dejamos a la imaginación qué le pertenece a cada quién.


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Bien, este capítulo fue más que nada como una introducción a lo que puede suceder más adelante, por ahora nos sentiremos en el Michaeng, pero si ustedes quieren podremos seguir las demás parejas que tengo en mente, ¿Cuáles serán? Jujuju UwU 

En fin, este Fic no será uno largo, ni tampoco uno tan serio lleno de drama, así que espero que les guste.

Gracias a todos por leer y nos vemos en el siguiente capítulo, UwI.

Just Like A Virgin (G!P) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora