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El sonido irritante de su teléfono resonaba por toda la habitación. Había recobrado la conciencia luego de aquel largo sueño, pero aún seguía sin poder abrir los ojos. Estiró un brazo sintiendo con el acto el peso de un cuerpo más en la cama, supuso que era de Jihyo pues por más que intentaba recordar algo, el ruido del teléfono y un inmenso dolor de cabeza la consumía sin dejarla pensar claramente; sin embargo sintió que el peso era exagerado, como si Jihyo hubiese subido demasiados kilos de más, y aunque así fuera, no le prestaría más atención para no hacerle sentir mal. Era extraño.

Tomó su teléfono y le fue inevitable tener que abrir los ojos. Era una llamada de Chaeyoung, y como no se encontraba en situación de querer contestar, colgó y luego silenció su teléfono. Ya se encargaría de hablarle después. Intentó acomodarse para dormir un rato más, sin embargo no notó el poco espacio de la cama y perdió el equilibrio; trató de aferrarse a las sábanas tirando de estas como apoyo, pero obviamente no servirían de nada. Tras un golpe en seco y un gritillo de dolor de su parte, Tzuyu había caído de la cama despertando a Jihyo quien estaba a su lado.

— ¿Chewy? — Le habló preocupada, mirando a su novia en el suelo. — ¿Estas bien?

— Sí, si. Sabes, creo que debemos hablar seriamente sobre la forma en que siempre me dejas menos espacio en la cama. — Se quejó haciendo ladear la cabeza a la más grande. Ella igual sentía que tenía poco espacio y había otro cuerpo al lado suyo que hasta apenas pudo percibir.

Se asustó al pensar que un fantasma estaba en su hogar y ahora poseía su espectro algún cuerpo que se encontraba a lado suyo
Pero antes de tan siquiera poder voltear, este cuerpo extra soltó un quejido.

— ¿Por qué hacen tanto ruido? Dejen dormir...

Los gritos de la pareja no se hicieron esperar. Y ahí fue donde todo se salió de control.

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— Chaeyoungie vuelve a la cama... — Mina exigió con un puchero y su voz suave y adormilada. Estaba desnuda y con la espalda al aire mientras sus brazos abrazaban una almohada tras la ausencia de su menor y las sábanas cubrían sólo la mitad de su cuerpo.

Chaeyoung soltó el teléfono mientras bufaba. Algo en su instinto le decía que Tzuyu estaba en problemas, ese instinto fraternal que tenían manas de detectar cuando la otra necesitaba ayuda. Pero lo dejó pasar. Se acercó de nuevo a su novia acostandose a su lado y la abrazó con ternura sin poder evitar subir una pierna a su cuerpo. Mina inconicentemente sonrió mientras trataba de reconciliar el sueño.

— Mina, en algún punto de tu vida, sea conmigo o no... ¿Te gustaría tener hijos? — Me hablo tan bajo llena de nerviosismo.

La japonesa saltó ligeramente ante la sorpresa de su pregunta. Jamás lo había pensado, y que Chaeyoung lo preguntase así le daba una emoción en lo más profundo de su estómago.

— Chaeyoungie... ¿Qué cosas piensas? — Se rio tiernamente haciendo a la menor soltar un puchero.

— Solo pienso que podría ser de nosotras en un futuro. Estamos a punto de graduarnos, y sinceramente no sé qué haré después. Siempre quise una familia pero no se si sea capaz de conseguirlo.

— ¿Por qué piensas eso?

— No lo sé, tal vez biológicamente no pueda. O también pueda que me dé miedo todo lo que involucra tener una familia.

El ambiente se había tornado serio en un momento a otro. Mina se sorprendió, pero era verdad, Chaeyoung solía ser muy insegura cuando de su futuro se tratase. Una idea pícara se le vino a la mente, pero antes prefirió continuar con la seriedad del asunto.

— Chae, deja de preocuparte por lo que puede llegar a pasar. Las cosas se darán en su momento y por algún motivo, si tu eres la indicada para criar una familia entonces pasará. — Besó sus labios luego de voltearse y mirarla fijamente. — Pero si es lo que tu quieres, puedo ayudarte a practicar para cuando vayas a dejar embarazada a una chica.

Y ahí estaba, ese toque juguetón  que tanto amaba la menor. Era cierto, mejor evitaría preocuparse innecesariamente, ni siquiera sabía porque lo había pensado. Sus manos bajaron a la cintura de su novia y la miró de igual forma esperando su indecente propuesta.

— Eres insaciable Myoui. — La besó con una pasión desde su inicio. Tan fogozamente que incluso le daba gracia.

Hubieran continuado de no ser por la llamada de su teléfono que retumbó por toda la habitación. Rápidamente se despegó de su novia y corrió a contestar sabiendo que se trataba de Tzuyu. Mina bufo, definitivamente la dejaría sin sexo toda una semana por hacerle eso.

— Tzuyu, ¿Qué pasa? Tuve un mal presentimiento y...

— ¡Tuve un trío con Sana y Jihyo y ahora quieren matarse entre ellas y también quieren castrarme! ¡Ayudame Chaeyo-! — La llamada fue cortada dejando en suspenso a la pareja.

Incluso la jaonesa pudo oír el desastre de lo fuerte que la voz de Tzuyu había gritado con tanta desesperación.

— Esta muerta, no podemos hacer más. — Mina se dio la vuelta e ignoró el alarmado estado de su novia quien se vestía adecuadamente para salir directo a donde sea que estuviese la Taiwanesa.

— Cielos Mina, tenemos que ayudarla, tu y yo sabemos perfectamente que son capaces de dejarla sin hijos si así lo quieren. — Chae retiró las sábanas que cubrían el cuerpo de la jaonesa dejándola expuesta. Se embobo unos segundo tras la vista, pero la vida de su mejor amiga estaba en peligro.

— ¿Tenemos? Agh, esta bien, pero que conste que únicamente voy para que Jihyo no haga ninguna estupidez que la pueda meter a la cárcel.

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— ¡Te dije que no volvieras a acercarte a nosotras! — Le gritó una furiosa Jihyo a una pobre japonesa que se escondía tras el sillón evitando el impacto de uno de los jarrones de la casa.

Tzuyu había encontrado finalmente un lugar donde podría estar a salvo, debajo de una mesa mientras se abrazaba así misma en posición fetal y rezaba por su vida. Las cosas se habían descontrolado desde esa mañana, y todo gracias a la calentura de aquella noche. A pesar de que ella recordaba vagamente que Park fue quien se insinuó primero con Sana, por su propio bien prefirió callar.

— ¡Yo no tengo culpa de nada! — Sana chillo al sentir los pasos de Jihyo acercándose hacia su lugar. Estaba acorralada, y por ende, estaba muerta. — Ustedes dos estaban borrachas, yo solo hice lo que me pidieron...

— ¿Estas diciendo que te aprovechaste de nosotras? Dios Minatozaki, estas enferma.

— ¡No! Pero fueron muy incistentes...

Un recuerdo vago llegó a la mente de Park, pero esto en lugar de calmarla, únicamente elevó su ira porque se convino con la vergüenza de sus actos.

Aunque de igual forma, recordaba que no la había pasado mal anoche, pero definitivamente no podía confiar en esa japonesa nuevamente.

Iba a continuar con el sacrificio de la pobre japonesa, sin embargo, la puerta fue tumbada con tanta fuerza y de los escombros una pequeña silueta apareció como si fuera algún tipo de superheroe.

— Eso la vas a pagar, y yo no te voy a ayudar. — Mina entro como si fuera su casa bebiendo de su frappe y con lentes de diva caminando por su hogar hasta sentarse en uno de los sillones.

¿Qué mierda estaba pasando?

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F me quede sin ideas para este fic que supuestamente "no iba a ser largo"

Peeeero ya tengo en borrador otra historia algo similar a esta (creo xd no c) y que esta mejor fundamentada. Claro que, no esta terminada, así que tardará en publicarse todavía.

¿Ya leyeron mi otra historia sobre lobitos? UwU

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⏰ Última actualización: Sep 20, 2019 ⏰

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