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— Tzuyu... — Su novia la miró en el momento en que escuchó su nombre salir de su tenue voz.  Jihyo apagó el televisor tratando de erradicar todo ruido para pensar claramente y poder ser escuchada.

Tzuyu se sorprendió al escuchar que la llamaba, comúnmente nunca se interrumpían mientras veían una película, mucho menos si ésta la había recomendado y escogido la misma Jihyo, por ello la miró sabiendo que algo importante estaba por decir. Dejó aún lado sobre la mesa su traste con solo sobras de las palomitas que habían preparado para disfrutar de la película en la comodidad de la casa Park, ambas cubiertas por una delgada manta y recostadas sobre el extenso sillón de tres piezas. Aún acurrucadas, la menor miró a los ojos a su, afortunadamente, novia de nuevo, esperando su veredicto.

Jihyo por su parte aún se pensaba lo que diría. Después de todo el incidente ocurrido, y de que no solo Jihyo perdonara a Tzuyu, sino que también Jeongyeon, Nayeon, todos los amigos de la mayor, y casi toda la escuela (debido a los rumores y chismes que no tardaron en expandirse para manchar su nombre); ambas podían sentirse libres finalmente, y lo más importante, se sentían cómodas una con la otra. En verdad que su amor superó barreras, cualquier persona en la posición de Jihyo no se hubiera tan siquiera preocupado en la menor después de lo que le hizo pasar, pero a ella no le interesaba lo que los demás pensaran, ella sólo sabía que amaba a Tzuyu lo suficientemente para luchar por ella y mantener su amor, pero especialmente, no hacerla caer en sus errores nuevamente. Ella confiaba mucho en su menor, porque a este paso no le había demostrado lo contrario. En verdad se arrepentía, y juraba ser mejor persona solo por Jihyo.

La coreana lo sabía, y lo valoraba, pero después de todo aún había una inquietud en su interior. Ella tampoco quería cometer errores que aceptaba haber tenido, y por ello se sentía lista para dar el siguiente paso con Tzuyu. La cosa era que no sabía cómo decirle.

Está vez los papeles se habían invertido, Park llevaba a la menor siempre que podía a una seción de besos y caricias tiernas, con la intención de ir más allá de eso, pero en cuanto Tzuyu se daba cuenta ésta la alejaba diciendo "no volveré a presionarte con algo que no quieras" y solo se detenían. Creyendo que era ella quien empezaba con el preámbulo, sin tan siquiera pensar en que verdaderamente era Jihyo quien lo hacía. No la culparía, ciertamente las cosas no había salido muy bien cuando lo intentaban antes de lo ocurrido, causando un temor en la mayor que no pasaba desapercibido, y que Tzuyu lamentaría si volvía a causar ese sentimiento en su amada. Pero ahora era Jihyo quien se animaba para que fuera algo lindo para las dos, sin rencores ni temores, prácticamente consensuado, y Tzuyu simplemente no se daba cuenta.

Así que henos aquí, si no podía conseguir lo que quería de forma espontánea, sin necesidad de planear nada y que fuera el viento quien las llevara a la pasión, entonces tendría que decir lo que quería para dejarlo en claro. Volviendo a dónde estábamos, ¿Qué tan difícil era decirlo? Se armó de valor sin dejar de ver a su taiwanesa, que llevaba una cara como de perrito regañado.

— Yo... Yo creo que podríamos, ya sabes, intentar hacer algo nuevo. — Fue directa, ¿Eso está mal? No, claro que no, la cosa está en que Tzuyu no tenía ni la más mínima idea de lo que estaba diciendo.

Así que la menor solo sonrió lentamente de manera confusa, parpadeo varias veces, tratando de descifrar el mensaje oculto en sus palabras.

— Oh, ¿Quieres que compre un juego de mesa? Es tarde para que salgamos a algún lugar... — Sí, apostaba a que era eso.

Jihyo golpeó su rostro con la palma de su mano, siendo víctima de un feroz sonrojo por lo que iba a decir.

— No, no quiero un juego de mesa... Me refiero a que, tal vez, tú y yo podamos... ¡Y-Ya sabes! — Dijo apenada, moviendo sus manos tratando de explicar a lo que se refería.

Just Like A Virgin (G!P) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora