El Pequeño Osito De Zed |#3|

4-Escuela.

—Amor, es su primer día de clases, debes estar contento en vez de preocupado.

Zayn hizo un puchero tomando al abogado por el saco para que este le abrazara.

—Lo se, Li, pero tengo miedo—confesó. Su esposo los mecio hacia los lados tranquilamente—Apenas llegaron hace unos días y me da miedo que no estén listos. ¿Y si mejor les damos estudios en casa? Sean es tan pequeño y lindo, y Carrie es muy pequeña y pleitista.

—Van a estar bien, amor—prometió tomando el rostro de su esposo para dejar un beso en aquellos labios cereza que tantas veces le hicieron ser un tonto—Lo se.

—¡Yo no quiero ir a la primaria!—Liam suspiro escuchando el grito de su hija. La niña entró a la cocina apuñando la tela de su falda—Yo quiero quedarme en casa.

—Usted, señorita, tiene que ir á la escuela para ser una exitosa profesionista más adelante—el abogado la levantó en sus brazos para subirla al banco frente a la isla de la cocina—Acaso, ¿No quieres ser como tus papis?

—Puras patrañas—gruño entre pucheros—Claro que quiero ser como ustedes, papi, pero odio la escuela, yo no nací para ese tipo de castigos.

Zayn reia mientras seguía haciendo el desayuno, Liam trataba de hacer entender a su hija y está parecía empeñada en insultar la escuela. Sean apareció a los minutos con su uniforme impecable y bien planchado, tomo asiento al lado de Liam y este dejo un beso en la cabellera castaña del niño.

Sean suspiro con el gesto, a el le gustaba ser cuidado y desde que había llegado a esa familia no sólo tenía protección sino mucho, mucho amor.

El ya consideraba al señor Liam y al señor Zayn como sus padres, despues de todo, padres son quienes te aman y cuidan de ti, ¿No?

Liam se despidió de los tres con besos a cada uno antes de irse a su trabajo, Zayn les mando a lavarse los dientes y tomar sus mochilas para llevarlos a la escuela.

—Esta escuela les va a gustar, sus primos están aqui.

Carrie iba en la parte trasera jugando con su videojuego. Sean prestaba atención a Zayn y el camino para memorizarlo por si acaso.

Aparcaron frente al lugar donde miles de niños entraban sonrientes, Carrie no entendía cuál era lo emocionante.

—Tienen los número de liam y míos anotados en todos sus cuadernos, también tienen los de Niall, Louis y Sofía. Cualquier cosa marquen a todos hasta que uno conteste, ya saben sus tíos que deben venir corriendo.

—Papi, calmate—pidió Carrie. Su manita fue al hombro de Zayn y este se relajó—Estaremos bien.

Sean asintió a las palabras de su hermanita y ambos niños bajaron con los rostros llenos de besos y con Zayn pidiendo que se cuidará mucho, que Liam estaría a la salida esperándoles.

Sean diviso al hijo del señor Harry y el señor Louis saludandoles efusivamente con la mano. El niño chillo cuando trato de abrazar a Carrie y está siseo como un gato salvaje, entró al lugar dejando a ambos niños.

—¡Hola, primo!—Sean si fue abrazado, era incómodo sentir a Edward abrazandole—Yo te llevo, Vamos a estar en el mismo año, es emocionante.

El pequeño Payne le sonrió incómodo, pero siguiendo al sonriente rayo de sol que le tomaba de la mano.

Descubrió que estar entre multitudes le ponía nervioso, más de lo usual y le ahogaba. Aún así, no objeto y siguió a Edward a la espera de que fueran mandados a su respectivo salón.

El aula que le habia tocado era grande y limpia, tenía mesas y sillas de madera oscura, un pizarrón y el escritorio del maestro. Sean estaba curioso viendo todo a su alrededor.

—Te sientas conmigo—el pequeño Styles no lo pregunto, sólo jalo de la mochila al castaño para sentirlo a su lado—Confía en mi, te vas a divertir mucho aquí, mi papi Lou dice que la escuela es una porquería, pero papi Hazza dice que es un lugar divertido de enseñanza.

Ojos curiosos asentian a cada palabra del niño, no quería ser roñoso y espantar al único que le a hablado hasta ahora.

La maestra que le había tocado parecía un poco estricta, pero enseñaba bien y de todos modos, lo que estaba enseñando Sean ya lo sabía.

Alrededor de las once una chicharra sono anunciando el descanso y Edward lo arrastro a donde los alimentos les esperaban.

—John y Sam ya deben estar en la cocina de la escuela—escucho Sean a su primo.

Al pasar veía a los demás jugar, hablar y convivir entre ellos, Sean no podría hacer eso, era demasiado timido para acercarse a alguien.

—Estoy nervioso, Edward—confesó por lo bajo.

Styles se volteó con su rostro confuso y después sonrió, abrazando nuevamente a su primo para poder hacerlo sentir mejor.

—Todo está bien, primo, me tienes a mi y a los demás primos.

Justo cuando Sean comenzaba a sentirse bien con ese abrazo, fue cuando unas manos le tomaron por detrás apartandolo de su primo haciendo que su espalda topara con un cuerpo un poco mas grande que el.

—Deja de abrazarlo, niño.

Edward lucia asustado viendo detrás de Sean, ambos niños no habían esperado aquello y Payne tenía miedo darse la vuelta, ¿Sería uno de esos bravucones de los que había leído?

—Pe-Pero el es...

—No me importa, deja de abrazarlo o te voy a enserrar en el cuarto del conserje hasta mañana.

Sean chillo bajo cuando vio a su primo correr lejos de ellos y esas manos le daban la vuelta. Perdió el aliento y su corazón se aceleró cuando miro al mismo niño del McDonald's frente a el.

Quiso correr, quiso decir algo para safarse, pero nada pasaba y el azabache le sonrió, la misma sonrisa que le había dado antes, vio su mano subir para apartar algunos cabellos de su frente. Tembló cual hoja al aire.

—N-No me pe-pegues—suplico tembloroso, casi al borde de un ataque nervioso.

Pero el niño siguió viendole con esa sonrisa que se amplió un poco mas.

—Eres muy bonito, osito—lo apretujo contra si meciendolo como a un bebe—Muy bonito. Un osito muy bonito, mi osito.

Hola!
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Mucho amor 💙