19-¿Quien dice que de las peleas no nace el amor?

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Ese día estaba destinado a ser nublado, la tristeza en ella no abandonaba su cuerpo. Y su rostro lo expresaba claramente.

Niall le había dicho que con los días se volvería a sentir bien, pero de eso ya había pasado una semana.

Y evadir a Harry se había convertido en una tarea difícil, ¿No podía entender que no quería verlo ahora? De sólo pensar en la estupidez que había echo los colores suben a su rostro junto con la humillacion.

Después de comer en casa de la mamá de tío Niall, Adam y Carrie habían tomado clases con el oficial Horan, clases que dejaron a un noqueado Adam y una Carrie molida.

Cuando la tortura había acabado, ella había regresado a casa, pero había tenido que pasar por la parte trasera y esconderse en la casa que había sido de Petunia. La cual había vuelto a la granja pues unos estúpidos vecinos se habían quejado.

Claro que Niall se pasaba por entre la libertad lo que los vecinos dijeran, y le había traído un cerdito a la chica, uno pequeño y tierno al cual llamaron Tocino.

Ese dia de clases Sean iba al frente del auto con Zed manejando. Bajando un poco los ojos, vio las manos de ambos entrelazadas y sintió nauceas.

¿Por qué?

—Hey, Slappy. Llegamos, preciosa.

Zed bajo para abrir su puerta y dejarle un beso en la frente para después empujarla en direccion de su escuela. Su hermano se despidió de su novio y ambos hermanos entraron a la escuela con el sonido de la bocina del auto detrás de ellos.

—Llevas días con el rostro decaído, ¿Quieres hablar de eso?—trato, pero nada parecía funcionar con su hermana.

—Realmente no—se alejo de su hermano, tomando su propio rumbo a clases.

No quería revivir lo mismo una y otra vez, suficiente tenía con las terapias del tío Horan y su mamá. Por que si, la señora Horan se había unido a las terapias.

Así que pasó las clases sin siquiera contestar a los recados que Juliet dejaba caer sobre su mesa, o los intentos de Josh por levantarle el animo, Sam le abrazaba para transmitirle paz, y Edward simplemente dejaba caer sobre el escritorio de su prima pedazos de chocolate, sabiendo que ama ese dulce.

Carrie no podía ni siquiera ver a Edward, la vergüenza no se lo permitía. Incluso antes de que sonará el timbre, ella se levantó tomando sus cosas y avanzó a la salida.

—¿A donde cree que va, señorita Payne?—pregunto el profesor deteniendola en su escape.

—Al baño, señor.

Señaló la mochila en manos de ella—¿Junto con sus cosas?

—Las necesito—contestó a través de sus dientes, molestandose poco a poco.

—No creo que necesite su mochila para ir solamente al baño.

—Si usted es mujer y le negó un bebé a su viente, este en venganza le hara sangrar por la vagina, mientras siente como si se fuera a morir por los infernales dolores en su vientre—escupió ya furiosa, importandome poco si los demás alumnos habían escuchando eso—Así que si usted me da permiso no tendré que explicarle por lo que estoy pasando ahora mismo.

—Puede ir—permitió finalmente.

💙                  🐻               💙

El receso llegó y con ellos Carrie salió al patio donde sus amigos le esperaban ya. En una de las mesas Juliet le saludo a la distancia. Estaba por ir hacia ahí cuando sus ojos captaron el acto a metros de ella.

El Pequeño Osito De Zed |#3|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora