—Deja de esconderte, primo—Sam jalo el brazo de Sean esperando poder sacarlo detrás de aquella planta grande.
Pero el castaño no quería salir, en las dos semanas que llevaba llendo a clases no había podido estar tranquilo en ningún momento. El niño más grande no parecía dispuesto a dejarlo tranquilo y encontraba el modo de siempre encontrarle y retenerlo entre sus brazos, llamandolo osito. Su osito.
—Tenemos clases y debes llegar rápido para que yo pueda irme a clases también.
Sean realmente lo único que quería era irse a casa, que papá Zayn le arropara, le diera sus galletas favoritas y que papá Liam leyera con el un libro como cada noche antes de dormir.
Resignado se soltó y siguió a su primo quien le encaminaba a su salón. Se despidió del castaño para irse a su propio salón. Su primo Edward ya estaba ahi, esperándole con la mano agitando su saludo hacia el.
—¡Hola, Sean!—tan pronto como Payne estaba al lado de Edward este lo envolvió en uno de sus efusivos abrazos.
—Aleja tus manos de mi novio, Styles.
El pequeño rubio de ocho años brinco lejos de su primo como si este estuviera en llamas y corrió hacia su lugar, Sean por fin pudo ver a Zed frente a el.
—Hola, osito—Sean se sonrojo con el apodo que Zed le había puesto, el niño mayor se sentó en la silla que sobraba a su lado y atrajo el pequeño cuerpo del castañito a sus brazos, y suspiro contra los rizos rebeldes de su osito—Te vez igual de hermoso que ayer, osito mío.
—Dé-Dejame.
El pequeño rizado de cabellos castaños poso sus manitas sobre el pecho del mayor y trato de alejarlo, pero sólo provocó la risa del azabache y que este le recompensara con una lluvia de besos por todo su cabello, mejillas, frente y barbilla. Sean agradecía que no fuera en los labios o bueno, eso había creído cuando sintio los labios tibios de Zed presionar contra los suyos.
Sean parpadeo todavía con sus labios pegados a los de Zed y con los brazos de este todavía haciéndole prisionero. Se sintió volar sobre una nuve suave de algodón.
—¡Zed King y Sean Payne separence ahora mismo!
Sean regreso a la realidad rápidamente con el grito que su maestra había hecho resonar en todo el salon. La señorita Juliet veía a ambos niños un poco molesta.
—¿Se puede saber que están haciendo?—pregunto todavía con esa mirada severa que Sean nunca había visto en su dirección.
—Estoy dándole besitos a mi osito—contestó simple el azabache de ojos azules y sin despegar el pequeño cuerpecito del castaño Payne.
La maestra enfureció más y señaló hacia la puerta—Vete a tu salón, Zed. Cuando termine el horario escolar quiero que ambos vayan a la dirección y hablaremos con sus padres.
Zed se encogio de hombros antes de volver su atención a Sean y sonreirle.
—Nos vemos después, osito—dejo otro beso casto sobre los labios del castaño, bajo la atenta mirada de la mujer y luego como si fuera algo simple dejo el aula.
Sean y la maestra se vieron unos momentos en silencio hasta que el niño suspiro y señaló con su dedito por donde Zed se había ido.
—Esta loco.
A la hora de salida Zayn, Liam y Carrie llegaron a la escuela por Sean, la directora Esperanza les había llamado para que acudieran ambos y entre los tres hablarán sobre el comportamiento del niño. Algo que ni Zayn y ni Liam entendieron muy bien.
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El Pequeño Osito De Zed |#3|
Novela Juvenil-Papi, pasame la ensalada, por favor-pidió Sean sin despegar sus ojos de su comida mientras picaba con el tenedor. Liam y Zed tomaron el bol de ensalada a la misma vez, ambos se vieron entre el rápido silencio que se formó. -Creo que me la pidió a m...