PRELUDIO

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Si tuviera que decirlo, ella era como una luz y él como una sombra.

Ambos siempre crecerían a la par del otro y uno siempre se destacaría más que el otro.

Pero si la luz desaparecía, entonces todo sería de las sombras. Todos mirarían a la sombra. Nadie buscaría la luz porque simplemente no estaría.

¡Oye, ¿qué crees que haces?! ¡Lo iba a entregar mañana!

Fue empujado a un lado en pleno acto. Ella lo miró confundida y asustada, no lo reconocía en esa mirada y él tampoco lo hacía. Claro, seguramente nunca creyó que haría algo así.

Cuando tomó sus cosas y se fue, él supo que no podía dejarla marchar. Ella tenía tanto talento como él, después de todo, si se madrugaba...

Corrió tras ella y supo que era cierto.

Seguramente nunca creyó que haría algo así.

Después de todo, él no era nada de lo que ella creía.

LA CHICA DEL ROMPECABEZAS [COMPLETO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora