Capítulo 2

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No sabía si realmente había sido la mejor decisión, fue impulsivo y algo imprudente, fue lo que Iida le dijo cuándo cerro el trato con Tomura, pero lo ignoro, no era como si realmente ese trato lo afectase.

Lo llevo consigo y dejo en una cama de una de sus múltiples habitaciones para que descansara, el chico aún estaba inconsciente, y su fiebre iba en aumento, debía ser atendido de inmediato, a lo que solo pensó en una persona quien podría ayudarlo y no tendría que lidiar con explicaciones innecesarias.

—Izuku, hola.

—Uraraka, necesito que vengas urgentemente.

—Ocurrió algo ¿estás bien?

—Sí, pero necesito que atiendas a alguien más, alguien pasara por ti en unos momentos ¿estás en el hospital?

—Sí, deja aviso a mi tutor.

La llamada termino, y pasaron unos veinte minutos para que una castaña que aún llevaba su bata blanca entrase guiada por su asistente, Izuku le sonrió, la chica era su mejor amiga desde pequeños, ambos habían aspirado a estudiar medicina juntos, pero ella fue la única que tuvo la oportunidad de hacerlo, ahora llevaba gran parte de su carrera, por lo cual siempre que el pecoso necesitaba asistencia médica y discreción, podía contar con la chica.

Esta se aproximó al muchacho en la cama y lo vio con preocupación, tomo su maletín y se dispuso a revisar sus signos.

El pecoso se hizo a un lado dejándola trabajar, no le molestaba realmente explicarle a la chica, pero esta solía decirle que prefería saber lo mínimo, siempre lo amenazaba que el día en que lo enredase en sus problemas, lo atravesaría con un bisturí.

Izuku veía preocupado al muchacho, se imaginaba mil y un cosas, siempre se preocupaba de más por las personas, temía lo peor, pero trataba de guardar la calma, la chica le inyecto algo que no pregunto ni cuestiono que era, tardo unos treinta minutos y esta solo suspiro dejando al chico.

—¿Solo era una fiebre?

—Quiero un chequeo general...

—Sal de la habitación y dame otros veinte minutos por favor.

El pecoso acato la orden y salió, confiaba demasiado en la castaña, al punto de confiarle su propia vida, espero tras la puerta, aun cuando Iida le sugirió esperar en la sala o algún lugar más cómodo, el pecoso se negó.

Pasaron unos treinta minutos, y la castaña salió dejando la puerta cerrada tras de sí, el pecoso la vio algo preocupado por su semblante tan pesado, la chica le pidió ir a un lugar más cómodo para conversar, el acepto y dejo a Iida al pendiente del chico por si llegase a despertar y necesitar algo.

—No suelo preguntar, pero ¿De dónde salió?

El pecoso suspiro algo avergonzado, porque en efecto Uraraka jamás preguntaba nada, y el hecho que en esa ocasión lo hiciera le preocupo.

—Se lo quite a un socio de mi padre, supongo que no tienes buenas noticias...

—Jamás había visto algo así, Izuku... tendrás que tenerle demasiada paciencia, ¿Qué pretendes hacer con él? ¡Si me dices que lo mismo que ese hombre, ahora mismo iré con la policía!

La chica se levantó molesta, ya que después de ver todo lo que le habían hecho al muchacho, quedo rabiosa por ello, hizo un chequeo simple, no quiso indagar demasiado con el chico, no quería aprovecharse porque estaba inconsciente, pero lo poco que pudo, le dio a entender perfectamente para que lo usaron.

—¡Uraraka me ofendes! Y-yo no sé qué hare, pero no será eso ¡lo juro!

La chica se tranquilizó, se volvió a sentar y suspiro tratando de calmar su enojo.

Sálvame - DekuKatsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora