Capítulo 13

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Ese aroma peculiar que lo asqueaba llego a sus fosas nasales, retrocedió lo más que pudo, pero simplemente sintió la pared fría tocando su piel desnuda haciendo que un escalofrió recorriera toda su espalda, lloriqueo en silencio mientras trataba de alguna forma cubrirse.

Pero fallo totalmente en lograr sentirse seguro, la mirada rojiza del contrario lo recorrió, viéndolo siniestro mientras fumaba, le gustaba hacerlo después de terminar, trato de tomar la sabana que estaba en la cama para cubrir su desnudes, ya no quería ser visto más por él.

Pero el mayor la tomo y tiro al suelo alejándola del menor, este tembló y solo se limitó a esconder su mirada entre sus rodillas, grito de repente por el ardor que comenzó a quemar su hombro.

Había apagado su cigarro en el, cosa que hizo con naturalidad, porque para el mayor todo era un juego y el chico era solo un objeto.

Comenzó a lloriquear aún más y lo tomo del cabello jaloneándolo con fuerza para azotarlo contra la cama y dejándolo boca abajo, escucho la cama rechinar y se colocó sobre el para seguramente continuar con lo que habían dejado para que el mayor fumara un par de cigarros.

El rechinar de la cama iba a compas con el ardor que sentía y se limitó a morder el colchón para poder callar su lloriqueo, pero de nuevo lo jaloneo del cabello y sus jadeos y chillidos por el dolor comenzaron a retumbar la habitación.

La risa del adulto retumbaba en sus oídos de manera que le provocaba más terror el encontrarse ahí, sintió su aliento sobre su cuello y lo mordió hasta enterrar sus dientes en su piel y dejarle una marca rojiza, casi morada.

No quería eso, no quería estar ahí, quería morir, quería que alguien lo salvara, lo sacara de ahí, quería a su mamá, quería a su papá, quería ser un infante libre de todo eso, estar en su habitación jugando con sus juguetes de All Might, jugar a los héroes con su vecino y mejor amigo, comer muchos dulces y cosas picosas, ir al colegio y estudiar.

Pero con cada paso de los días iba olvidando todo eso, al punto de no poder pensar en nada más que lo que ocurre dentro de esas cuatro paredes, seguramente ahí moriría, nadie jamás le daría cariño o incluso se sentiría aliviado y seguro de nuevo.

Ya no era un niño, era un juguete, un objeto, nadie le explico porque, ¿Por qué debía perder su inocencia? Cuando apenas y lograba alcanzar la mesa de puntitas, ahora notaba que su cuerpo cambio por los años, pero por dentro seguía igual, era un niño desesperado y aterrado.

Sintió unas manos tomarlo de los hombros y se sacudió con miedo, de nuevo estas lo frotaron y su cuerpo comenzó a sentirse más pesado.

—¡Kacchan despierta por favor!

Abrió los ojos en automático al escuchar esa voz, se topó con esos ojos esmeralda llenos de preocupación y por unos segundos tardo en entender todo, ya no estaba ahí, todo fue un sueño — o un recuerdo — pero el ya no era parte de esa habitación de perversión, él estaba en su propia habitación, con Deku.

El mayor lo abrazo con fuerza apresándolo entre sus brazos, aspiro su aroma dulce, y se percató que estaba lloriqueando, sus mejillas estaban húmedas.

—Lo siento, fui por un vaso de agua y pasé a checarte en el transcurso, parecías tener una pesadilla.

El menor lloriqueaba aún más con eso, Deku o había sacado de ese sueño, más bien esa pesadilla, tanto de sus sueños como de la realidad.

—Tengo miedo... lo odio, ya no quiero sentirme así.

—Todo está bien, estas aquí.

Pasaron los minutos y el menor había logrado calmarse, se giró al reloj en su cómoda y vio que ya era pasada la media noche, Deku suspiro y separo para retirarse al ver que el menor ya estaba mejor.

Sálvame - DekuKatsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora