Aquí conoceremos al protagonista (Bastian Durán, un criollo francés de noble y pudiente origen) que comienza su periplo bajo la autoridad de un padre severo, rodeado de una sociedad tan variada y cosmopolita como la de Nueva Orleáns en 1888.
A lo la...
No voy a negar que durante algunos minutos tuve grandes dudas sobre lo que iba a hacer, que el miedo a un futuro incierto y los remordimientos por abandonar a mi madre estuvieron a punto de vencer toda mi anterior resolución y obligarme a volver a casa, rendido ante los deseos de toda la sociedad...
Pero no pasó de ahí; fueron sensaciones comprensibles en una situación como la que estaba viviendo, y finalmente se antepuso mi voluntad y continué allí, aferrado a aquella barandilla de la estación mientras esperaba la llegada del tren que me alejaría de la angustiosa vida que había llevado hasta entonces.
No sabía si moriría asaltado por unos bandidos en unos pocos días, si una serpiente venenosa me dejaría agonizando en una cuneta, o si unos salvajes apaches me emboscarían y me torturarían... pero si algo de eso sucedía, sería porque yo había decidido tomar este camino, y nunca me arrepentiría de haber sido fiel a mí mismo.
El sol ya despuntaba sobre el horizonte, y una lejana columna blanca de humo fue distinguiéndose en lontananza, cada vez más cercana.
Asegurándome que no hubiera nadie en las cercanías que pudiera robar mi caballo y el equipaje sobre él dispuesto, anudé las bridas de Charcoal a la empalizada y entré en el edificio para enfrentarme al chico que dormitaba tras el mostrador, con el rostro cubierto por la gorra de encargado nocturno de la estación.
La insistente campana que anunciaba la inminente llegada de un ferrocarril logró que se despertase de inmediato, y aproveché para sacar el importe y colocarlo ante él. —Le pedí a tu compañero del turno de tarde que me reservase un billete hacia San Antonio.
—Ehm... sí, señor. —Abrió el libro de registros y paseó el dedo por las anotaciones del día. —¿Su nombre, por favor?
El vello de mis brazos se erizó, y supe que este era el comienzo de todo, mi momento, mi elección: la aventura y la libertad me aguardaban en el Salvaje Oeste.