Capitulo 12

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-Tranquilo, no tienes la culpa, has hecho lo que has podido.

-Joder pero era lo que querias y ni siquiera lo he conseguido.

-Esta bien Alfred, no pasa nada.

-Lo siento de verdad.

-Oye Alfred, te apetece quedar? Tenemos que hablar de lo de la entrevista y eso - aunque en el fondo yo no quería quedar para eso.

- Si, me parece bien, mañana por la mañana? Por la tarde tengo una reunión con Universal

-Vale.

Dejé el movil tirado en la cama y me tumbé sobre ella.
le iba a contar lo de Raul, era la ocasión perfecta. Estaba decidido, de perdidos al río.

El día se pasó mas rápido de lo que pensaba para no pensar demasiado me dediqué a ordenar mi apartamento y como soy todo un desastre me llevó todo el día.
Llegó la noche y estaba agotada, por lo que pedí una pizza y me tiré en el sofá mientras veía una serie sin prestarle demasiada atención.

Me costó mucho dormirme por lo que cuando sonó el despertador solo quería desaparecer, con mala gana me levanté y me fui a la ducha, no sin antes poner mi lista de spotify en modo aleatorio.
Estaba sumida en mis pensamientos cuando unos acordes demasiado conocidos empezaron a sonar y la voz que hacia que me transportara a cualquier lugar del mundo empezó a entonar los primeros versos.
Sin darme cuenta estaba entonando esos versos, una canción que decía tanto que hacia que cada vello de mi cuerpo se erizara.
Era toda una declaración de amor, en ella hace mucho tiempo me pedía que me quedara con el, que me quedara con el hasta que se cayera el cielo.
Era una canción para mi, solo para mi, y cada uno de esos acordes tenia mi nombre. Desde que se marchó no pude volver a escucharla, sentía que era una promesa que el decidió romper, pero al escucharla de nuevo sentí que me la volvía a cantar, y que me pedía que me quedara con él pasara lo que pasara.

Sumida en esos pensamientos salí de la ducha y me vestí rápidamente quedaba poco para que Alfred viniera.
Estaba bastante nerviosa no sabia como reaccionar, la ultima vez que le vi casi acabamos en la cama.
No me dio tiempo a pensar demasiado porque el timbre de mi casa sonó, al abrir la puerta un Alfred sonriente se encontraba al otro lado de la puerta.

-Hola - dijo entrando en casa- estas muy guapa

-Hola, Gracias - le dije mientras notaba como se me ruborizaban las mejillas.

- Quieres algo de desayunar? No me ha dado tiempo a comer nada- le dije mientras me dirigía a la cocina.

- Un café esta bien - me dijo mientras me seguía.

Mientras preparaba el desayuno empecé a tararear las canciones que habían sonado en la ducha sin ser consciente de que estaba cantando esa canción. Su canción.

-¿Qué estas tarareando? - me dijo con cara de asombro.

- Nada - dije cuando me di cuenta de la canción que estaba cantando.

-Venga Amaix, ¿ Que estabas cantando? - dijo mientras se levantaba del taburete de la cocina y se acercó a mi para hacerme cosquillas.

- No! Para Alfred! - chillé mientras corría por toda la casa intentando huir de el - que no era nada.

-ah no? Pues a mi me suena demasiado...- dijo mientras corría detrás de mi con cara juguetona.

- Para por favor! - le suplicaba entre risas una vez ya me había alcanzado y sus manos se deslizaban por mi cuerpo haciéndome cosquillas en los costados.

Intentando huir me tropecé con el sofá y los dos caimos sobre el sofá, Alfred encima de mi, nuestra respiración estaba agitada, resultado de la carrera que nos habíamos metido yo intentando huir y el intentando alcanzarme.
Su cuerpo estaba sobre el mío, rozando cada parte de mi cuerpo. Alfred apoyaba los brazos en el sofá para no dejar todo su peso sobre mi y así dejar un mínimo espacio entre los dos,pero su boca estaba demasiado cerca de la mía.

-De la tierra hasta marte - le dije en un suspiro.

Brillando a oscuras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora