ALFRED
El martes llegó pronto, he de admitir que esa noche no pegué ojo, estuve observando a Amaia dormir hasta bien entrada la madrugada. Transmitía tanta paz cuando dormía que era imposible quitarle la vista de encima,tenía miedo de que las cosas no fueran bien y les pasara algo tanto a ella como a burbujita. Supongo que era un miedo que todos los padres primerizos tienen, pero no podía estar mas aterrado.
Amaia se removió en la cama destapándose completamente. Normal que tuviera calor, no entendía como podía dormir en pleno agosto tapada hasta arriba. Pero estaba preciosa, no me cansaría nunca de decir lo preciosa que me parecía.Sonó el despertador y apenas habia dormido 3 horas, pero teniamos que ponernos en marcha o llegariamos tarde a nuestra cita.
Decidí despertar a Amaia con besitos en la cara para que se despertara con buen humor. Ella respondio a mis besitos esbozando una sonrisa sin abrir los ojos todavia.-Buenos dias titi- dijo dulcemente y abrió los ojos lentamente.
-Hola ruru, alguien te ha dicho que eres monisima durmiendo?- dije acariciando su mejilla.
-Ay que vergüenza Alfred, seguro que estoy super fea cuando duermo.
-Tu no estas fea nunca Amaia- dije depositando un suave beso en sus labios.
-¿Como te encuentras hoy?
- La verdad esque de momento bien, tengo mucha hambre.
-Pues no se diga mas, vamos a desayunar- dije levantándome de la cama de un brinco.
-Oye.. ¿Estás nervioso por lo de hoy?- dijo mientras yo preparaba el revuelto de huevos para el desayuno.
- No sabes cuanto...- dije dándome la vuelta y mirándole a los ojos-necesito saber que estáis bien y que todo va bien, y que no os va a pasar nada.
-Ay Alfred, seguro que está todo bien, yo me encuentro muy bien, ademas nos estas cuidando tan bien que es imposible que vaya algo mal. Aunque yo también estoy nerviosa, no se que va a pasar en esa consulta.
-Seguro que no la olvidaremos nunca.
El dilema vino cuando tuvo que vestirse, no se sentía cómoda con casi ninguna prenda de su ropa,no esque le viniera estrecha porque no tenia nada de tripa pero si que se sentía incomoda.
-¿ Y si te pones esto?- dije enseñándole un vestido básico rojo con un poco de vuelo.
-Voy a probármelo a ver- dijo antes de quitarse toda la ropa que llevaba.
No pude evitar sonreír cuando se lo quitó todo, todo.-¿No vas a llevar ropa interior? - dije acercándome a ella con una sonrisa picara.
-¿Para qué? Si me la van a quitar- dijo divertida- además así puedo jugar un poco contigo.
-Que mala eres, y como me gusta- dije mientras mordía su oreja- no se si podré contenerme y no meterte mano en todo el día- dije mientras subía mis manos por sus piernas.
-Pues intenta controlarte- dijo guiñándome un ojo
Justo en ese momento el telefonillo de casa sonó haciendo que mis manos se detuvieran en sus muslos y la cara de resignación apareciera posada en mi casa.