veintiséis

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Maratón 4/5.

Me levanté y me cambié rápido, preparé mi bolso con lo básico; cámara, grabadora, lápices, celular, plata, auriculares y una libreta.

Hoy tenía la entrevista con Pavón en una cafetería del centro, agarré el celu y le escribí.

Luu🌹 : Cristian en media hora te caigo ahí💜.

Kichan💛 : Dale Luli, tranqui que tengo todo el día para vos😘.

Luu🌹 : Dalee❤.

Bajé las escaleras, fui al baño para hacer mis necesidades, agarre las llaves y saludé a mis viejos.

Nada más salir por la puerta vi el auto de Paulo, fruncí el ceño y la ventanilla del copiloto se bajó.

Dejándome ver a un Paulo con el ceño fruncido y mirándome fijamente, lo fulminé con la mirada y empecé a caminar en dirección a mi auto.

El arrancó y se puso a la altura de donde estaba yo.

—Luli—me llamó con un tono suave.

—Estoy ocupada, Exequiel— sí, estaba enfadada. La actitud que había tenido ayer parecía de un nene de 5 años y no daba.

—Ya sé, pero...—lo interrumpí.

—Pero nada, tengo que hacer un trabajo no me rompas los huevos. Cuando se te pase el enojo de nene chiquito, ahí, si querés hablamos—abrí la puerta del piloto y entre.

Arranque el auto y encaminé para la cafetería, no quedaba muy lejos de mi casa alrededor de 10 minutos  ya estaba ahí.

Era una cafetería re conocida en Córdoba y siempre veniamos con mis papás a desayunar los fines de semana, se comía re bien.

Y aparte era re linda, estaba llena de platas, ventanales, muebles y paredes color pastel, típico de una cafetería o pastelería.

Pude divisar al jugador de Boca sentado en una esquina apartado de todo el mundo para que no lo reconocieran, me acerqué a él y este estaba con el celular.

Raspé un poco mi garganta y enseguida levanto la mirada y sonrió.

—Hola linda—saludó con un beso en el cachete.

—Hola Cris—correspondí a su saludo, le sonreí y me senté.

—¿Cómo estás? ¿Todo bien? Hacia tiempo que no te veía.

—Si, muy bien ¿vos?—reí un poco—Si mal, desde que te fuiste del colegio no te vi más.

—Bien también—rió también.

Se acercó el camarero para tomarme la orden y se la di, algo simple café con leche y unas tostadas con manteca.

—Bueno, dale. ¿empezamos?—pregunté mientras sacaba las cosas del bolso.

—Dale, de una—acotó con una sonrisa.

Saqué todo y mientras esperaba a que me trajeran el desayuno empece a hacerle las preguntas al cordobés.

No había cambiado su actitud desde que lo conocí, era un pibe buena onda, abierto a hablar cualquier tema y lindo.

Estuvimos alrededor de una hora más o menos, haciendo todo porque tenía que preguntarle bastantes cosas y también nos cagabamos de la risa, decía cosas sin sentido.

—Listo, yo creo que ya está—dije terminando de escribir la respuesta a la última pregunta que le hice.

—Perfecto—me sonrió—¿Quien va a ser el otro futbolista que vas a entrevistar?

—A mi—acotó el nene que conocía desde siempre y en su tiempo fue mi mejor amigo.

córdoba ; paulo dybala Donde viven las historias. Descúbrelo ahora