treinta y seis

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Lula
10 de octubre de 2019

Un mes.

Un mes había pasado desde que no nos hablábamos con Paulo, por lo menos de mí parte.

Cabe aclarar que finalmente no cenamos, le pedí amablemente que me llevará a mí casa para no alargar más todo.

Terminé de pasar mí comentario de texto sobre la entrevista que le había hecho a Lautaro y la envié a donde correspondía.

Mí celular sonó y la pantalla se prendió avisándome de la notificación.

Bebé🤤 : Hola, están bien?

Me saqué los lentes y los dejé a un costado para después agarrar el celular y desbloquearlo.

Era el primer mensaje que recibía después de esa noche, el había venido a buscar a Giu pero siempre con mí papá de por medio.

Por lo que tenía entendido se había ido a Buenos Aires por un par de días al igual que mí papá por unas pruebas de la selección.

Pensé en que contestarle ya que la pregunta la había hecho en general, junte mis dedos y escribí;

Luu🌹 : La nena está bien.

Al instante las dos palomitas se pusieron azules, me quedé mirando que iba a escribir pero la contestación nunca llegó, en cambio apareció una videollamada entrante de el.

La rechace porque no tenía ganas ni estaba preparada para verlo después de un mes.

Bebé🤤 : No me rechaces, dale atendé.

Nada más recibir eso automáticamente volvió a aparecer la videollamada entrante de el futbolista, pero esta vez sí la atendí.

¡Al fin!—exclamó, rodé los ojos y él sonrió—¿Cómo estás?

—¿Acaso te importa?—murmuré, me había olvidado que el sabía leer los labios. Me gané una mirada asesina de su parte—¿Qué querés? Estoy ocupada.

A vos—acotó y lo mire con los ojos abiertos de par en par al ver la naturalidad con la que lo dijo—¿Que haciendo? ¿La gorda?

—Trabajar, duerme—hablé mientras me hacía un colita bien alta. Su mirada estaba puesta en mí fijamente y bajó un poco cuando se me levanto el top—¡Paulo!

¿No tenes corpiño?—me miro divertido y yo lo fulminé con la mirada—Bueno perdón, es que me haces desear.

—Cortala.

¿Hacemos sex call? Bueno, en este caso videollamada—dijo y se acomodó en la cama mirándome mejor. Lo miré mal y él sonrió—Mentira, te jodo gorda.

—Claro claro—rodé los ojos sarcástica haciéndolo reír.

Hermosa que sos, te extraño y te amo—habló después unos segundos de silencio, antes de que pidiera hablar, agrego:—Perdón.

Fruncí el ceño sin entender, —¿Perdón por qué?

Por ser tan pelotudo, por cagarla con vos, por desconfiar, mí comportamiento—me miró—Por todo amor.

Abrí la boca.

Ya sé que no es el momento indicado pero te lo tenía que decir, perdón posta—siguió, trague en secó. No sabía que decirle—Cuando llegue lo hablamos y te lo compenso. Pero dale, quiero arreglar todo.

—Pau...

Dale, por favor—insistió e hizo un mini puchero que me dieron muchas ganas de besar—Porfa, decime que sí.

—Yo eh—hice una pausa—Bueno, dale.

córdoba ; paulo dybala Donde viven las historias. Descúbrelo ahora