treinta

13K 624 28
                                    

—Jodeme que hiciste eso, Lula—dijo Noa mirandome con sus ojos miel.

Le habia contado todo lo que paso en el boliche, desde que conocí a Mateo hasta que me lo chape y obviamente no dejé atrás la parte de Paulo.

Estabamos en el living de su casa, comiendo pizza como unas chanchas y mirando dibujitos a las seis de la mañana, Brandy y Mr. Whiskers.

La ventaja de todo esto es que hace menos de un mes Noa vive sola, asique podíamos estar tranquilas y hacer lo que se nos cante.

—Sí—es lo único que alcancé a decir, Noa estaba en shock por la situación pero mas por la reacción que había tenido yo con Mateo, no era una chica atrevida como ella.

—Nah, te amé—me abrazó—Sos mi idola chabona.

—¿Y vos que onda?—me animé a preguntar. Justo cuando la fui a buscar para irnos la vi hablando con un chico bastante lindo.

—Nada, me comí con el que me viste hablando—subió los hombros—Pero tenia unas ganas de cogermelo, mal.

—¡Ay Noa!—grité y me dí en la frente.

—¿Qué? Tenia ganas de garcharmelo, posta. Menos mal que me dio su número—informó agarrando el vaso de Coca para tomar—Mañana le digo que venga y nos vimos.

—Bueno, me parece bien. No sé—levanté los hombros, realmente no sabia que responder no soy una chica de dar consejos en más, me los dan a mi porque yo soy un desastre.

—Igual aunque me coja a ese bombón mi corazoncito ya esta ocupado—dijo con voz tierna y llevandose las manos al pecho.

Abrí los ojos sorprendida y pestañeé un par de veces. Noa era la típica chica que no quería ni ataduras, ni compromisos con nadie solamente tuvo un novio en su vida y fue cuando tenía 15 años.

Se me haría raro que mi amiga tuviera novio después de tanto tiempo pero me alegraba por otra parte que sintiera algo mas que atracción física por alguien.

—¿Quien es?—pregunté curiosa.

Me agarró de la mano y me miro directamente a los ojos. No entendia que hacía asique fruncí el ceño, —Sos vos, Lula.

Me quedé en shock y le saqué la mano rápidamente, solo me limitaba a mirarla. No pasaron ni dos segundos que Noa ya estaba tentada, me había cargado.

—Sos una boluda, me lo creí—contesté enojada con los brazos cruzados.

—Tu cara fue lo mejor—dijo aun ahogada de la risa—Perdón amiga, te amo.

—Boe, ¿quien es el chico?—pregunté cambiando de tema otra vez.

—¿Quién dijo que fuera un chico?—levantó la ceja y sonrío.

—Dale Noa, dejate de hacer jodas y conta, boba—contesté ya cansada.

—Es Cristian—se limitó a decir y agarro otra porción de pizza.

—¿Que Cristian?—pregunté confundida.

—Pavón, nena—rodó los ojos.

—Ah—alargué la a y asentí—¿Le hablaste?

—No, pero tengo el número.—levantó los hombros.

—¿Como lo conseguiste?—fruncí el ceño, por lo que tenía entendido el jugador de Boca cambiaba cada dos por tres de número pero por suerte con el actual llevaba 3 meses.

—Fácil, te agarré el celu y me lo pasé—levantó los hombros y antes de que pudiera contestarle me sonó el celular, una llamada.

Me levanté y me fui a la cocina para poder hablar más cómoda, descolgué la llamada y me lleve el celular a la oreja.

—¿Hola?—pregunté confundida y curiosa.

Hola Luli, soy Paulo.

córdoba ; paulo dybala Donde viven las historias. Descúbrelo ahora