La alarma suena, indicando el inicio de un nuevo día, sin embargo, con toda la emoción no he podido dormir. Lo recuerdos de todo lo que ha ocurrido durante el paseo nocturno, arremeten contra mí una y otra vez, sacándome más de un chillido de emoción. Más de una vez, abrazo la almohada y ruedo por la extensa cama, hasta consigo caerme y golpear mi trasero contra el suelo, pero nada de eso arruina el momento.
Unos golpecitos en la puerta llaman mi atención y me obligo a calmarme, necesito aparentar normalidad. Camino hasta el rectángulo de madera y me dispongo a abrirla, encontrándome con Lisell. Lleva su uniforme pulcramente cuidado y su cabello amarrado en un moño prolijo. Diría que se ve normal, pero tiene unas ojeras que llaman mi atención.
—¿No pudiste dormir bien? —pregunto con curiosidad y ella niega con la cabeza.
—Rhys, ese maldito... —masculla y luego se aclara la garganta—el señorito la vio por la ventana y quiso salir a dar un paseo. Intenté detenerlo, pero terminé siendo arrastrada por él.
—No me digas que...
—Lamento que mi jefe sea tan entrometido, no queríamos oír a escondidas—dice algo apenada—. Le dije a ese mocoso que no se atreva a...
La miro con incredulidad, intentando contener una risilla, mientras ella carraspeaba en un intento por disimular su mal humor.
—Lo siento, solo dormí dos horas.
—No te preocupes, entiendo.
—Cierto—dice, como si acabara de recordar algo—. El desayuno está listo.
—De acuerdo, bajare enseguida.
Ella asiente y procede a retirarse, dejándome sola con mis pensamientos de nuevo. Espero que lo que ha pasado no influya en nuestro trato con Rhys.
Me visto y arreglo mi cabello, recogiéndolo en una coleta alta. Por suerte, la mansión es bastante fresca y el calor no nos afecta tanto. Cuando llego al comedor, me encuentro con mis amigos, quienes llevan una entretenida platica sobre quien sabe que cosas, y con Rhys, quien no deja de mirar su tableta electrónica mientras le da instrucciones a Lisell.
Me siento a un lado de Alisson, justo frente al hombre que se niega a salir de mis pensamientos y que ahora mismo no deja de verme. Hago un esfuerzo para no sonreír como colegiala enamorada y cambio la dirección de mi mirada a lo que hay en la mesa.
—Hay de todo un poco, toma lo que gustes—dice Rhys levantando a penas la vista de su aparato—. Si quieres algo que no esté entre eso, solo pídelo.
—Está bien, gracias.
Lo observo por un momento, notando que ya no esta tan enérgico como ayer, más bien se encuentra concentrado en lo que sea que está haciendo. Alisson se acercó un poco para hablarme al oído, logrando que casi pegue un brinco.
—¿Te cansaste de John y ahora te va mi hermano? —susurra y yo la miro con regaño—Era broma.
—No seas tonta—gruño por lo bajo—. Simplemente estaba pensando en la condición y algunas cositas que ocurrieron anoche...
—¿Cositas? —su mirada se llena de picardía—Tendrás que contarme luego.
Asiento con una sonrisa traviesa, devuelvo mi vista a lo que hay sobre la mesa y elijo un pedazo de tarta de fresa para acompañar mi café. Lo saboreo con mucho gusto, aunque no se compara con la exquisitez que prepara Maggie.
—Bueno—dice Rhys, deja la tableta en las manos de Lisell y se centra en nosotros—, me gustaría aprovechar este momento para hablar de la primera parte del plan.
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El cerezo
RomanceA Jane le encanta visitar el cerezo en sus ratos libres, es su lugar favorito en todo el mundo. Si no está allí, se encuentra escribiendo en su afán por compartir sus historias con el mundo. Después de todo, ha conseguido cumplir su sueño de ser esc...