Capítulo 20

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En estos momentos, nos encontramos frente a las puertas de una gran mansión, tras haber atravesado un largo sendero en auto. Nos recibe una sirvienta, que Alisson presenta como Lisell, y nos guía todo el recorrido hasta una de las tantas habitaciones.

—Oigan, la mujer de esa pintura se parece a Alisson—suelta Francis y yo rio.

—Es mi madre—dice ella, logrando que Francis se quede confundido—. No pongas esa cara.

—¿No te habías dado cuenta? —le digo y me mira desentendido—Esta es su casa.

—¿Qué? —exclama.

—En la entrada dice: «Familia Parker». —suelta John.

Alisson suelta una carcajada y le comenta que la persona a la que venimos a ver, realmente, es su hermano Rhys. Ciertamente, yo siempre estuve al tanto de que la familia de Alisson tiene mucho dinero y que también tiene un hermano. Sin embargo, nunca lo he visto ni siquiera en fotos.

Lisell toca la puerta y espera la indicación para entrar. Tras esto, nos deja pasar a lo que parece ser el estudio del hijo menor de la familia Parker.

—¡Ha pasado un tiempo, hermanito! —chilla mi amiga, mientras corre a abrazar al muchacho que esta tras el escritorio.

—Alisson, pensé que no volverías a casa de nuevo...

—Lamento hacerte pensar eso, no he tenido mucho tiempo libre últimamente por el bar-café, pero bueno...—suelta con nerviosismo—necesitamos de tu ayuda.

—¿Necesitamos? —pregunta confundido.

Entonces su mirada tenaz recae en nosotros, nos estudia con un minucioso cuidado y sonríe.

—Chicos, les presento a mi hermano menor, Rhys Parker. Él es el mejor hacker que van a encontrar en esta ciudad—dice con orgullo—. Rhys ellos son...

—Se quiénes son—le corta, sin dejar de sonreír en ningún momento—. Un gusto conocerlos.

Siento como clava sus ojos en mí y me sobresalto. Rhys es un joven apuesto de veinte años, es decir, es más grande que yo por un año. Su cabello castaño claro y sus ojos verdes son idénticos a los de Alisson, lo que los diferencia es que él lleva su cabello corto y ondulado, mientras que ella lo lleva largo y lacio. Además, Ali tiene un lunar en su barbilla y Rhys es más alto que ella. Aun así, su atractivo no se compara con el de John, pues mi editor le gana por mucho.

Una sonrisa llena de soberbia aparece en su rostro, se deshace del agarre de su hermana y se aproxima a mí, camina con paso seguro sin cortar la conexión visual.

—Tengo que admitir que no esperaba conocerte en persona, mi estimada Jane Baker. —dice al tiempo que toma mi mano para depositar un beso en ella.

Lo miro con el ceño fruncido, ¿Qué carajos hace? ¡Mi mano es sagrada! Ahora el lugar donde John la ha besado esta mancillado. ¿Debería cortármela?

—¿Por qué me ves así? ¿Acabo de opacar el beso que tu editor puso sobre ella? —susurra solo para que yo lo oiga.

¿Cómo lo supo?

Él sonríe con picardía y audacia, es más listo que cualquiera de nosotros y lo hace notar. Ni hablemos de su ego dándole golpecitos al techo.

—Joven escritora, novelista reconocida internacionalmente por su carisma y belleza, su delicada y excéntrica escritura que va más allá de lo extraordinario. ¿Sabías que todos elogian tu imaginación?

—¿Debería sentirme halagada? —suelto con un tono hosco.

—Pues sí, estaba intentando halagarte. ¿No funciono? ¿Lo hice mal? —dice abandonando el aire de superioridad para demostrar un poco de inocencia—Leí tus novelas y me encantaron. Sabía que eras amiga de mi hermana, pero no pensé que llegaría a conocerte antes de su boda, si es que alguna vez llegara a pensar en casarse.

El cerezoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora