Capítulo 19

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—Bien, comenzaré yo—dice Francis—. Durante las dos últimas semanas, he hecho mi investigación y encontré algo que no es agradable. La editorial ha estado depositando pequeñas cantidades de dinero en una cuenta bancaria cada día. De momento la suma no significa un peligro, pero a largo plazo ya es otra cosa. Si Celestial Words ya está en decadencia, eso la terminaría de llevar a la ruina.

Todos lo miramos, con los ceños fruncidos, mientras intentamos procesar la información que nos está dando. Nos hemos reunido en Sun Coffee, tras dos semanas de ardua investigación, para poder idear un plan y enfrentar a Mason Coleman. No ha sido fácil en lo absoluto, hemos tenido que hacer todo sin que se entere el sujeto en cuestión, un gran logro definitivamente.

—La cuenta está a nombre de un anónimo—prosigue—. Fui al banco a preguntar, pero no me quisieron dar datos. Ya saben, políticas del lugar. Como última instancia, podríamos intentar hablar con el dueño del banco, apelar a su sentido de la moral, aunque dudo que le interese algo que seguramente le haga perder dinero.

—Tienes razón—dice Alisson, pensativa, mientras bebe un sorbo de su café—, hablar con el dueño no garantiza que tenga buenos resultados para nosotros. Seria riesgoso si resulta estar del lado del señor Coleman.

—Si, por eso decidí esperar un poco a ver qué información traían ustedes.

—Ahora seguiré yo, si no les molesta.

—Claro, vinimos para eso Alisson. —dice Karen.

—Hace unos días, Mason Coleman se apareció por este lugar junto a un grupo de empresarios.

Si no supiera que Sun Coffee es un lugar bastante conocido y grande como para que hasta a los empresarios les guste venir a pasar el rato, me resultaría curioso que hayan elegido este lugar. Sin embargo, es algo posible.

—A simple vista, no logre reconocer a ninguno. Quiero decir, yo conozco a varios empresarios de la zona, pero no se trataba de ninguno de ellos y me atrevo a decir que ninguno de ellos estaba en la lista del personal de Celestial Words.

—Así que tiene malas juntas—suelta Francis y se mete un bocado de pastel a la boca—. Oigan podríamos hacer estas reuniones por siempre, son agradables e informativas.

—Y con comida gratis, ¿No? —Karen lo acusa con la mirada y él se ríe.

—Sigue, Ali. Ignora al glotón. —le digo, ganándome una mirada recelosa de mi amigo.

Ella se ríe con complicidad, pero no tarda en volver al asunto. Hay mucho que tratar y el tiempo es oro.

—Reservaron un sector para que nadie oyera su charla, pero, por suerte, yo era la que los iba a atender. Fui a tomar su orden y pude oír un poco de lo que platicaban. El tal Mason estaba hablando de sus planes a futuro y el quiebre de la editorial, por lo que trate de ser lo más cautelosa posible. Tras cruzar unas palabras, llamo a uno de ellos como «Wilson Morgan».

Esas últimas palabras llaman nuestra atención, pues todos sabemos quién es ese señor. Wilson Morgan es el CEO de la editorial que le hace competencia a Celestial Words. Se me hace totalmente raro que ese señor, que tanto se negaba a dialogar con nuestra compañía, este tratando con nuestro nuevo CEO.

—Al oír ese nombre investigue un poco, sin embargo, había muchos datos protegidos.

—¿Protegidos?

—Sí, Jane. Datos de imposible acceso para los que no tienen permiso.

—¿Estarán escondiendo algo? —dice John, más para sí mismo que para nosotros.

—Seguramente, ese sea el caso—suelta Alisson, le da otro sorbo a su café y se echa para atrás—. Todo es muy raro.

—Me gustaría saber qué clase de relación mantienen esos dos...

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