Capítulo 35

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Me demore con este cap ya que quería que quedara bien. Espero que haya valido la espera.

***

La música comienza a sonar, anunciando el momento más importante de las bodas: la entrada de la novia.

Silvie, vestida con su sencillo vestido blanco y con la cara cubierta por el velo, aparece ante nuestros ojos. Camina lentamente tomando el brazo de su padre, con una sonrisa enorme en su rostro, hacia el hombre con el que está a punto de casarse. Se nota lo felices que están en este momento.

Sonrío cuando la mujer de mi amigo pasa por mi lado y me saluda. Ella ha esperado mucho este día y casi no ha podido dormir anoche a causa de ello. Aun así, se ve enérgica y llena de vida. Francis, por otro lado, la espera casi con los brazos abiertos. Esta tan o más emocionado que ella. Su gran momento ha llegado.

Mientras la ceremonia sigue y mis amigos comienzan a decir sus votos, mi vista se desvía un momento a John. Aprovecho que esta distraído para deleitar a mis ojos un poco más. El traje le sienta tan bien que tengo que hacer uso de toda mi voluntad para no fantasear ni babosearme en público. ¡Uf! Tener un novio tan apuesto y sexy es realmente agotador.

—Acepto—declara Francis con una sonrisa.

Devuelvo mi atención a la pareja, para presenciar el momento exacto en que se aceptan el uno al otro hasta que la muerte los separe y sellan el pacto con un beso rebosante de amor.

Todos comienzan a festejar con ellos, mientras que yo me escabullo hacia afuera junto a Alisson. No pienso dejar que se vayan sin bañarse en arroz.

—¿Crees que Silvie me odie si le meto un puñado de arroz en el escote?

—Eres malvada.

—Es que es muy tentador.

—Lo sé.

Los novios se asoman por la entrada y todos vitorean con alegría, llenándolos de felicitaciones y mucho arroz. Obviamente, yo no me quedo por detrás y comienzo a lanzarles un poco. John aparece en mi campo visual, está sacando fotos de todos los ángulos posibles.

—¡Eres una atrevida! —chilla Silvie.

Alisson corre con una sonrisa traviesa lo más lejos de ella posible y Francis estalla en carcajadas.

—Ya veras, Alisson Parker—declara—. Cuando te cases te hare lo mismo.

No puedo evitar reírme de los intentos de Silvie por sacarse todo el arroz del escote. Mi amiga se ha salido con la suya.

Una vez que ellos se suben al carruaje, nosotros nos subimos a los autos para seguirlos hasta el salón donde será la fiesta.

Miro a John de reojo y suelto un suspiro. Se encuentra sumergido en un silencio sepulcral, en lo más profundo de sus pensamientos, y lleva así desde que hablamos el otro día. A veces temo que decida terminar la relación, que realmente tenga que perder todo a cambio de ese viaje.

No, Jane. No debes pensar negativamente ahora. Hoy es un día para festejar, no puedes arruinar el ambiente.

Miro por la ventana en un intento por despejar mi mente y siento el dese de ir a visitar el cerezo. Nada se compara a la paz que obtengo estando ahí. Quizá luego de la fiesta pase por allí.

—Jane.

Me sobresalto al oír la voz de John y me volteo para verlo.

—¿Q-Que ocurre?

—Ya llegamos.

Le doy un vistazo a mi alrededor, corroborando que John tenía razón. Al parecer, me he quedado en las nubes. Le sonrío cálidamente mientras sus ojos hermosos me dan esa mirada profunda que suele dar. No importa lo que suceda en el futuro, John me seguirá gustando. Abro la puerta, dispuesta a bajarme, pero entonces John me toma del brazo.

El cerezoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora