Triste noticia, triste dia

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No me sentía bien, continuaba con ese nudo en mi garganta, Bebí un vaso de agua y me dormí.
Mis sueños me atormentaron de nuevo, dándole vueltas a la idea, a esa mala noticia.
Horas antes...
-Kate, tengo novia ahora, me temo que no podremos vernos cuando vengas.
-Ah si? Me alegro mucho Leo!!.-mentí, para no parecer desesperada, sentí que algo se rompía dentro de mi.-No te preocupes, no hay ningún problema, adiós.
"Cómo es posible? En tan poco tiempo, que sin vergüenza!!
Habían pasado sólo 10 días en los que no hablaban, seguro enamoro a la primera chica que lo miro a los ojos.
Esos tremendos ojos cafés...
Basta. Deja de alucinar, recuerda Kate, estas ofendida y dolida.
Intenté conciliar el sueño otra vez, sabía perfectamente que mis sueños me atacarían de nuevo pero, no me importaba.
Mi madre subió a hablar conmigo, se dio cuenta que algo no andaba bien, es tan perceptiva, me gustaría ser como ella en ese aspecto.
Abrió la puerta.
-Hija, no quieres bajar a ayudarme con la cena?
-No tengo hambre mama, vete.
Se quedó mirándome en silencio.
-Que?! Mamá, déjame en paz, tan sólo por un rato!-dije alzando la voz.
Salió de mi habitación.
Lo sé, lo sé...No soy, se podría decir una chica muy respetuosa con su madre.
No lo soy con nadie cuando me siento triste, como les dije antes, cuando estoy triste, es en serio.
Me revolqué en mi cama y me puse a mirar mi techo blanco, con pegatinas de estrellas, de esas que brillan en la oscuridad y que la mayoría de los niños conserva en su habitación. Adoro mi habitación, no es como la de todas mis amigas, llena de pósters de One Direction o Justin Bieber, para nada.
No tiene nada pegado en la pared, a excepción de mis estrellas en el techo.
Consideré la idea de pegar un póster de Coldplay o The Killers, mis bandas favoritas, pero mi padre detesta que las paredes queden sucias, tuvimos varias peleas por esa razón, es mi habitación yo puedo hacer lo que me de la regalada gana!!! Pero si desobedezco me quitan mis objetos valiosos: mi móvil, o mis series de Skins; cómo adoro esa serie...
Estuve un rato pensando en otras cosas, miré el reloj y eran las 7:04 p.m., sólo habían pasado cuatro minutos, así es cuando estoy triste, o intento pensar en otras cosas, pero me cuesta demasiado, o me resigno, como ahora, que Leo, volvió a mi cabeza.
Como desearía eliminar la distancia del mundo. Si tan sólo viviéramos en la misma ciudad tendría hasta la oportunidad de conquistarlo!
Pero el tipo es tan orgulloso, que también podría apostarles que no se fijaría en alguien como yo, ni en sueños.
Si es que me llegó a dar algo de importancia fue porque todo ser humano, en algún momento de su vida, quiere placer sin costo y sin sentimientos, quiere divertirse, y más aún si nadie se entera de ese asunto, aprovechando que no vivimos en la misma ciudad. Creo que saben a lo que me refiero.
Seguía filosofando la idea de que Leo me quiera aunque sea un poco hasta que mi teléfono sonó.
-Emily..?
-Kate, qué mierdas te pasa? Llevo llamándote desde hace 2 horas y no te entra la mínima gana de contestar!
-..Mmh, disculpa, llevaba el móvil desconectado, y no me encuentro muy feliz que digamos.
-A la montaña, en 10 minutos.-Me ordenó.
-Bueno, adiós.-colgué el teléfono.
Una de las mejores ventajas de tener a Emily como mejor amiga es que, vive a 3 cuadras de mi casa, gozamos del mismo vecindario, en las afueras de la ciudad, prácticamente en el campo, ya que hay cerros cerca y nuestro escondite secreto, desde pequeñas, la montaña.
Siempre que surgía algo importante para contar, nos reuníamos ahí. De niñas jugábamos todo el día haciendo castillos de arena y jugando a la "cocinita" volvíamos a nuestras casas totalmente mugres.
Salí de mi casa sin permiso, a mis padres no les importaría, sabían muy bien a donde iba, la montaña ya no era un escondite desde que nos quedamos dormidas con Emily a los 5 años una tarde y nuestros padres fueron a buscarnos por horas, hasta que nos encontraron.
La vi acercarse, siempre con sus shorts amarillos, lucía siempre sus piernas, tenía un cuerpo envidiable. Yo en cambio, era demasiado delgada, podía comerme un León y seguiría igual. Una flaca sin forma.
Nos saludamos.
-Que paso..?.-replicó Emily.
-Leo tiene novia, me lo contó.-le conté el suceso con indiferencia.
Estuvimos dándole vuelta al tema por un largo rato, hasta que mi hermana, Cassandra me llamó par cenar.
-Bueno Kate, ignóralo, sabes que en el momento menos esperado, Leo saldrá de tu mente, para siempre.
-No estoy tan segura, pero gracias, te veo mañana.
Cené en silencio, mi madre seguía enfadada conmigo, no me importaba en ese momento.
Revisaba el perfil de Leo, como una loca, cada cinco minutos veía que se conectaba, tenía la esperanza de que me hablase, pero nada.
"De seguro está con su novia haciendo quién sabe qué."
Estuve pensando cómo será ella, como se hubieron conocido, que harán y cuanto durarán.
Sólo conseguí lastimarme a mi misma dándole vueltas al tema.
Terminé mis deberes y me dormí angustiada. A seguir soñando, esperaba que esa noche fuera demasiado pesada y larga, pero al contrario, fue como un abrir y cerrar los ojos, sin ningún sueño.
Sin saber que me esperaba un día descabellado.

Masoquismo emocionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora