Mi corazón se detuvo.
Sentí un escalofrío por todo mi cuerpo, mi estómago dio un vuelco y palidecí. Martina se dio cuenta y corrió hacia mi. Me ofreció un vaso de agua y le dió unos últimos retoques a mi cabello.
-No bajarás sin mi. Tengo que ver el auto de Leo-mencionó riéndose por lo bajo.
-Te burlarás de su auto en mi cara, ¿no es así?.-fruncí el ceño pero a los segundos soltamos una carcajada.
Bajamos por el ascensor, mientras me daba la charla de "Si el no me besaba, tendría que hacerlo yo, pase lo que pase" Yo sólo reía nerviosamente, si, me moría por un beso pero estaba literalmente en pánico.
Llegamos a planta baja, ya era de noche, salimos del departamento y divisé su auto. No estaba tan mal...
Miento. Su auto era chatarra pura. Martina estaba a punto de explotar de la risa, le di un codazo para q se comporte. Me despedí de ella, me agarró del brazo.
-Cuídate Kate, no quiero sobrinos.-me sonrojé-Pásala bien y te quiero aquí a las 12 como máximo.
-Tranquila, 12 estoy aquí.
Se alejó hacia su puerta, yo estaba a cuatro pasos de ver a Leo, el muy imbécil no se bajó del auto. Lo vería a oscuras. Llevaba la piel de gallina.
Me armé de valor y me subí al auto. Se veía muy poco, pero pude notar su hermosa sonrisa, esos ojos brillantes, deslumbrantes ojos cafés, su cabello castaño elevado y abundante hacia un costado, tan hermoso, tan sexy mi Leo.
-¡Leo!...como..como estas?
Que pregunta más tonta, es obvio que sabía como estaba, recordé que hablamos virtualmente y siempre le pregunto eso.
-Kate...-sonrió.-bien haha...wow eres tan...bonita.
Me sonrojé y agradecí a la oscura noche de corazón, que no se dio cuenta.
-Gracias.-respondí correspondiendo su sonrisa.
Arrancó el auto, y me preguntó a donde me gustaría ir.
Conversamos de cosas estúpidas, me pidió que conectara mi móvil a la radio de su auto, escuchamos música conduciendo sin rumbo, hasta que surgió la idea.
-Baby, tengo el deber de presentarte, al mejor lugar para pasar un buen rato.
Había un motel llamado LoveIn2, podía notarse que no era muy humilde, se veía muy bien.
-Aquí es.-se bajó del auto dió la vuelta con una sonrisa de suficiencia, maldito orgulloso, me abrió la puerta, al menos ahora era un caballero.
Me sentía tan atraída hacia él, que a veces me quedaba mirándolo como una boba, al momento notaba que era un estúpido, y desviaba la mirada.
Bajé del auto y pude verlo mejor, era realmente guapo.
Relativamente alto, media cabeza más que yo, delgado pero no escuálido, era perfecto.
Volví a la realidad.
-Acompáñame.-me miró fijamente, tenía un poco de picardía en su mirada, me asuste.
Vi el motel, me paralicé. ¡Que acaso quería violarme de buenas a primeras?!
Avance junto a él sin poder formular una sola palabra.
-¿Traes ropa interior sexy?.-me miró serio.
Me puse como un tomate, no sabía que decirle, me quede quieta, sin realizar ningún movimiento.
Soltó una carcajada y se burló de mi reacción.
-Hubieras visto tu cara! ¿baby en serio pensabas que iba a traerte al motel???!.-siguió riendo, yo estaba enfurecida pero no dejaba de mirar y pensar en lo sexy que se veía realizando cada uno de sus movimientos.
Caminamos una cuadra, estaba fresco, yo llevaba puestos unos shorts de jean y una blusa turquesa ajustada, me sentaba bien, hasta podría alagarme diciéndome sexy a mi misma, me sentía demasiado feliz. Llegamos a nuestro destino. Era un bar, con muy buena pinta. Llamado "Strocco" era moderno, amplio, al entrar no pude evitar sorprenderme ay ver todos esos juegos de luces, te sentías en otra dimensión y era totalmente nuevo para mi.
Nos sentamos en la barra mientras conversábamos y pedimos dos tragos, me pedí el más suave, era una combinación con un raro nombre, pero realmente sabía exquisito.
Como ya conocía mi punto de alcohol clave, es decir ya sabía cuanto tomar antes de acabar desmayada.
Había una pista de baile, pocas personas bailando pero música realmente buena. Leo me invitó a bailar. El efecto del alcohol empezó a correr por mis venas, el parecía estar normal, pero estaba igual de alocado y feliz que yo.
Bailamos por un rato, cada vez más cerca, por un momento me pregunté que paso con Melanie pero decidí olvidarme del asunto, no volvería a ver al chico de mis sueños en meses, quizás años.
Cada vez q se acercaba, rozaba su nariz con mi cuello, y yo quedaba impregnada con su exquisito perfume, totalmente una droga para mí. Podría decirse que me sentía la chica más feliz del universo, no quería que nunca acabase.
Me miró fijamente, por varios segundos, sin movernos, se acercó un poco más hasta que mezclamos respiraciones, sonrió y me jaló de la mano, alejándonos, salimos corriendo.
-Quiero mostrarte algo Kate.-me sonrió y me agarró de la mano, entrelazando sus dedos con los míos.
Sentí otro escalofrío y otro vuelco en el estómago.
A dos cuadras del bar, había una plaza, un hermoso parque, y a continuación, un mirador. La brisa fresca de la noche alborotaba mi cabello y me sacaba unas cuantas lágrimas, cuando empezamos a correr hacia el mirador. No podía quitar esa sonrisa tonta de mi cara, Leo me abrazó de la cintura y reducimos la velocidad al llegar a las escaleras del mirador.
-¿Te gustó el bar? ¿Te encuentras bien? No me digas que esa sonrisa la tienes por el alcohol.
Me reí por lo bajo.
-Si, gracias Leo, me encantó. Y estoy bien, tranquilo.-mi voz sonaba relajada y eso era señal de "Kate no esta tan bien"
Había pasado a la fase de felicidad y tranquilidad alcoholicamente hablando.
Lo sé, mis fases de alcohol son un poco extrañas, suerte que no llegué a ponerme realmente mal.
Llegamos al mirador. Era totalmente hermoso, era un simple parque, rodeado por verjas blancas en un precipicio, también era un bien lugar para suicidarse pero este no sería el caso.
Nos sentamos en una banca, mirando todas las luces de la ciudad, una espléndida luna llena y el oscuro cielo estrellado. Era un sueño. Estaba simplemente soñando, despierta, en la realidad. Mis emociones se acumularon y mi exceso de felicidad sacó una lágrima de mis ojos. Leo me abrazó.
-Eres hermosa Kate.-nos miramos a los ojos y reímos, no tenía idea porque.
-¡Por fin te conocí baby!.-le dije entusiasmada. Adoraba ese apodo mutuo. Se acercó a mi oído.
-Por fin conociste al chico de tus sueños.
Me quedé helada, no sabía que el estúpido de Leo pudiera leer mi mente.
-Nunca dejarás de ser orgulloso y arrogante no?.-pronuncie cada palabra con enojo y cariño al mismo tiempo.
Nos reímos, se acercó mucho más y me besó.
Fue el beso más apasionante que tuve. Sin exagerar, mientras nuestras lenguas bailaban yo sólo podía pensar en que mi sueños se cumplieron. En qué la esperanza nunca se pierde porque el amor si existe. En qué estoy enamorada de Leo Castelli mucho más de lo que imaginé.
Me miró a los ojos y ambos sonreímos, lo abracé.
Después de un buen rato de charla, sin sentido, empezó a hacer frío.
-Toma mi chompa, estas temblando baby.
-Gracias.-lo besé en la mejilla y por primera vez se sonrojó.
Caminamos tranquilos mientras yo disfrutaba a muerte de su perfume, impregnado en su chompa, suave, indescriptible momento.
Llegamos a su auto y antes me preguntó si quería entrar al motel. Le dí un golpe en su brazo que le provocó más risa. Me abrazó fuerte, y me alzó tal y como si fuéramos recién casados.
A cada momento me recordaba que estaba con mi sonrisa tonta y roja como un tomate, lo cual me ponía aún más roja, estoy segura que todos los colores del arco iris pasaron por mi cara.
Subimos al auto y condució dando una pequeña vuelta a la ciudad, disfrutaba viendo por la ventana hasta que mi móvil me interrumpió.
Era mi padre.
Mierda.
Mierda.
Mierda.
¿Tenía que llamar en un momento como este?
-Kate, donde mierda estas? ¿Por qué no contestas el móvil?! Te prometo que a penas llegues tu móvil será decomisado por dos semanas!!!.-fruncí el ceño.
-Disculpa papá, me quedé sin batería y en este momento estoy en el baño.
No se me ocurría nada más que decir.
-¿Y por qué puedo oír música de radio?
Mierda. Doble mierda.
-Me gusta entrar al baño con música.
-Pero no entiendo, por qué...-colgué a mi padre.
No podía creerlo ni yo, Leo empezó a reírse fuerte y yo me sentí toda una rebelde.
Ni modo. Estoy en la mejor noche de mi vida no pienso desperdiciarla y se que vale la pena.
Llegamos a casa de Martina, nos bajamos del auto, y me acompañó a la puerta. Eran las 11:37 pm. Perfecto.
-Kate, terminé con Melanie, hace 3 días.-lo miré e intenté no parecer interesada en esa noticia.
-Ah, lo siento mucho.
-Al contrario, me deshice de una gran carga. Pero bueno, la pase muy bien hoy, hasta cuando te quedas?
-Domingo. Y yo también la pase muy bien, gracias.
Inesperadamente se lanzó y me plantó un beso en los labios.
Era distinto al anterior, este contenía un poco más de deseo, pasión y desesperación, me quedé inmóvil por unos segundos y luego le correspondí el beso. Adoraba jugar con su cabello mientras nos besábamos y el adoraba acariciar mi espalda, tiernamente. No daba más de la felicidad.
Escuché un ruido. Se abrió la puerta del departamento de Martina, era su madre, saliendo, nos encontró en medio beso. ¡¡Fue tan incómodo!! Nos miró de mala manera pero decidió hacer caso omiso, Leo y yo nos separamos en 2 microsegundos, lanzándonos miradas matadoras y de adioses.
-Pasa Kate, Martina está esperándote arriba, yo iré a casa de mi hermana, vuelvo enseguida.
-Esta bien, muchas gracias.
No tenía idea de cual era el motivo por el que la madre de Martina salió a la media noche a casa de su hermana, podía notar a millas de distancia que era mentira, por la forma en que estaba vestida, pero decidí no juzgar ni suponer nada.
Subí al ascensor, en un total shock.
Mi sonrisa no podía desaparecer de mi rostro, mis mejillas continuaban rojas y calientes y seguía sintiendo el sabor de los labios de mi amado Leo.
Estoy perdidamente enamorada de él.
Mierda.
En un principio supuse que si nos besábamos dejaría de gustarme y sólo lo vería como para pasar el rato pero esa fue la idea más estúpida que estuvo en mi mente.
Todos mis sentimientos son más fuertes ahora. No puedo entenderlo.
¿Qué mierdas tenía Leo de especial que hacia que tanto me gustara?
Esa era una duda existencial que nunca lograría descifrar.
Llamé a la puerta de Martina, salió y me recibió exhibiendo su pijama de gatos, gatos por todos lados, se veía tan tierna. Me abrazó y me pidió toda la explicación incluyendo detalles sucios. Que no ocurrieron ni ocurrirían.
Me puse un pijama de pequeñas jirafas que me prestó. Algo me dice que Martina tiene cierto trauma con los pijamas de animales, muchos animales.
Estaba agotada. Subí a la cama de arriba y ella durmió en la de abajo. Siempre soñé con tener una cama de dos pisos, sueño nunca cumplido, excepto cuando estoy aquí, en Roma, donde todos mis sueños se hacen realidad. Ya estaba alucinando, el sueño afectaba mi coeficiente mental.
Puso música desde su móvil, que me adormeció, pensando en todo lo que ocurrió hoy, el mejor día de mi vida, mejor, LA MEJOR NOCHE DE MI VIDA.
Me llegó un mensaje.
De Leo!!!!
"Me gustó verte baby, quieres que nos veamos mañana? ;)"
Conteste a los minutos. "No lo se, operarán a mi abuela, de todas formas te aviso baby:)"
Me contestó con un "Ok, dulces sueños (conmigo)baby"
Seguía derritiendome con su orgullo, no podía evitarlo.
Recordé que mañana operan a Rosa.
No se si podré salir pero en ese momento no pude borrar la sonrisa de mi rostro. Sin saber lo que me pasará mañana. El amor, todos esos hermosos sentimientos, a veces no son tan hermosos.Nota de autora:
Hola gentecita!!!☺️como están?
Aquí les traigo otro capítulo, todavía no tengo un fía fijo para subir caps pero nunca pasan de una semana así que cuando menos lo esperen, en unos 4 o 5 días como máximo estoy subiendo caps :) espero que les haya gustado y por favor cualquier cosa que les guste o no, comenten! Y voten :)
Gracias a todos mis lectores, enserio los quiero!!! Muaaa
Cami.
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Masoquismo emocional
RomancePrometes no enamorarte. Te enamoras, te hacen falsas ilusiones y no te corresponden por distintos motivos, en este caso: distancia. Como superarlo? Dicen que el dolor es inevitable y sufrir es opcional, pero que tan masoquista es Kate, y qué método...