8.-Roma, parte 1

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-Si, si, bueno, ok mamá, está bien, entendido....Adiós! Si, ya, adiós mamá, también te quiero...Adiós!!!-colgué a mi madre. Ya iban. 8 minutos de puro recomendaciones estúpidas.
Subí al avión acompañada de Rosa.
Estaba tan feliz, emocionada, cambiaría de ambiente. ¡Por fin!
Rosa se puso a leer, me cedió la ventanilla, lo cual me emocionó mucho más.
Me puse mis audífonos, volumen al máximo, "tip toe -imagine dragons" como adoraba esa canción.
La canté en silencio mientras despegábamos, cuando el avión se elevó, sentí un cosquilleo en mi estómago, solté una carcajada y estaba aún más emocionada. No podía dejar de mirar por la ventanilla, como me alejaba cada vez más de mi ciudad. Parecía una retrasada que nunca subió a un avión, desprendía felicidad por todos mis poros y no podía dejar de sonreír.
Fue un vuelo tranquilo, la única intranquila era yo, y casi todos los pasajeros se dieron cuenta de ese aspecto.
Bajamos del avión y una leve brisa impregnaba nuestros rostros, hacia calor, el clima estaba perfecto para mi.
Rosa estaba casi igual de emocionada que yo, más aún al ver a su amiga esperándonos, yo estaría más tranquila y no tendría que ocuparme de ella.
Llegamos al apartamento de Gloria, la amiga de Rosa. Era acogedor y cerca de casa de Martina, muy conveniente.
Salimos a almorzar a Piazza Trilussa, un agradable restaurante de comida típica. Apenas probé mi comida, no sabía cual era la razón de mi falta de apetito.
Bueno la sabía muy bien.
Leo. Necesitaba hablar con el, verlo!!
Entré a su perfil.
Estaba en línea. Estaba pensando en qué ponerle, me comían los nervios, para mi suerte, Rosa se encontraba tan distraída conversando sobre chismes y juegos de mesa de ancianas con Gloria, que no se inmutó ni se dio cuenta de mi nerviosismo repentino.
Miré mi móvil otra vez. Seguía en línea. Quise ver su foto por milésima vez, podría mirarla por años a pesar que seguía siendo la misma y salía con dos amigos, la vi y me llegó un mensaje. De él.
Estaba a punto de morir ahogada por mi propia saliva y mi hiperventilación.
**********
Ya eran las 4 pm.
Me levanté como nueva. No soñé nada, lo cual fue raro, debería haber soñado excesivamente ahora y más aún con lo que pasó a la hora de almuerzo.
Empecemos por partes.
Si, Leo me mandó un mensaje justo en el momento que yo miraba su foto atontadamente.
La conversación no fue muy larga, esencial, diría yo, un saludo, un par de preguntas acerca de si me encontraba en Roma, una pequeña explicación por su parte, sumada a una disculpa por la noticia de su noviazgo.
Después de tranquilizarme en el baño, pensar positivamente, le respondí con tranquilidad, me propuso que nos veamos esta noche. ¡¡ESTA NOCHE!!
No, no podía tragármelo. Leo Castelli, mi soñado amor, ese maldito orgulloso del que estaba enamorada, pasaría a recogerme en su auto esta noche a las 7!!
Decidí tomar las cosas con calma, cosa que no pude cumplir, volví a la mesa, Rosa seguía conversando con Gloria, cosa que me convenía. Sólo interrumpí para pedirle permiso e inventarme que me quedaría en casa de Martina a dormir. Sí, lo haría, no piensen que me acostaré con Leo, no.
Salimos del restaurante, necesitaba ganar energía y debíamos hacer hora para ir al cirujano de Rosa. Mañana la operan.
Llegamos a casa de Rosa, le mandé un mensaje a Emily, le conté absolutamente todo.
Raúl me preguntó que tal estaba y bueno, no le conté sobre Leo, sentía un poco de vergüenza. Charlamos y me deseó un buen viaje. Ya saldríamos cuando volviera a Milán.
Recordé que soy una persona que necesita un poco de descanso, que tendría una cita con mi soñado Leo esta noche, y debía lucir presentable. Me dormí.
Y aquí estoy de nuevo.
Fuimos al cirujano, Estuve un rato con Rosa, me abandonó por irse con otras dos amigas. Genial.
Llegué a casa de Martina con un helado, unos chocolates (que le encantan) y un ramo de flores. Parecía un príncipe azul.
Pero no, sabía muy bien que se pondría muy feliz y se acabaría terminando el helado antes que yo intente probar un poco.
Toqué el timbre. Me abrió ella.
Dió un grito lleno de emoción. Sus verdes ojos brillaron, al verme a mi, luego a las flores, helado y chocolates, en ese orden.
Corrió a abrazarme, antes me hizo pasar y poner las cosas sobre la mesa, ya tuvimos una mala experiencia con los abrazos mezclados con helado derramado por todas partes.
-¡¡¡¡Kate Jones!!!!-se abalanzó sobre mi y caímos al suelo. No podíamos dejar de reír-Lo..lo-siento!!-seguía riendo, me levantó del suelo.
-¡¡Martina Belli!!-intenté no hacerla caer, aunque de todas formas no pude.
-¡Eres hermosa! No tenías que molestarte en...-le tapé la boca y de la destapé metiendo un bombón de chocolate en su boca.
Estaba disfrutando el chocolate, fuí a la cocina, me alegré de volver a ver su limpia cocina y recordar la última vez que vine, manchamos todo el piso con chocolate líquido. Larga historia.
Saqué un florero y coloqué las flores ahí, se veían muy lindas.
Para cuándo volví, Martina ya había empezado a devorar su helado, tal y como me imaginé.
Pusimos una película, no recuerdo el nombre, y para variar no la vimos. Nos pasamos la tarde conversando y contándonos, en resumen que fue de nuestras vidas, actualizando noticias de amores, nuevos amigos, cosas de chicas.
Le conté todo, absolutamente todo sobre Leo, ella lo conocía pero sólo de saludo.
No les conté acerca del novio de Martina, muy buena persona y ya apenas entró, lo amenacé a una cruda y vil muerte si se atrevía a lastimar a mi amiga.
Eran las 6:35 pm.
Estaba totalmente fuera de control, mis nervios me atacaron peor que en guerra. Sentía escalofríos cada dos minutos, estaba hiperactiva, mientras Martina y Luca se besaban intensamente, yo arreglaba mi cabello, me ponía un poco de maquillaje, y no dejaba de saltar por toda la habitación. ¡Me iba a morir! Debía lucir bien, o por lo menos, semi-bien. Bueno lo dejemos en: decente.
La madre de Martina me ofreció comer, pero no podía, me negué educadamente. No podía comer y menos aún en situaciones críticas como esta.
Un mensaje nuevo.
Leo: "estoy afuera ;)".

Masoquismo emocionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora