Capítulo VIII

787 55 2
                                    


"He experimentado de todo, y puedo asegurar que no hay nada mejor que estar en los brazos de la persona que amas"---John Lennon


Habla Nora

Me despierto muy poco a poco, la luz del sol me va a dejar ciega. No sé exactamente donde estoy. Me encuentro en los asientos traseros de un todo terreno, tapada con una manta y recostada en las piernas de un chico que todavía no he conseguido verle la cara mientras que su mano se encuentra en mi espalda.

Me incorporo despacio hasta que una voz que si reconozco empieza a escucharse en el coche.

- ¿Qué tal te encuentras? ¿Has podido dormir bien?- Rob me dice acariciando mi espalda mientras que los recuerdos vienen a mi mente.

Me alejo hasta llegar a la ventanilla del otro lado del coche. Intenta tocarme pero rápidamente doblo las rodillas hasta tocar mi pecho. Estoy temblando del miedo, ¿qué ha pasado desde que me subió al coche? ¿Hacia dónde vamos? ¿Por qué me está secuestrando?

- Tranquila mi princesa. No te voy a hacer daño, ni nadie de la manada, más bien al contrario, te van a proteger, van a dar su vida por su luna- dice mientras, literalmente, se queda a dos palmos de mi.

- ¿qué quieres de mí? ¿Dónde estamos? ¿Por qué dices "manada"? ¿y qué es eso de luna?- no recibo contestación por ninguno de los ocupantes del coche.

- Pronto te lo explicare, pero antes cálmate, vas a conseguir que se vuelva a abrir la herida. Cuando lleguemos a nuestro hogar te curare y te explicare todo.

Solo asiento a eso de que me explique y a lo de curarme, pero en cuanto tenga la oportunidad me escapare y llamare a la policía y le contare todo lo que me ha pasado desde que le conozco.

Me quedo en la misma posición hasta que veo como el retrocede un poco. Me relajo un poco y bajo los pies para que toque el suelo del coche. 

Llevamos horas en este coche, las vistas son preciosas, por lo que puedo ver estamos en una carretera que atraviesa el bosque. Esta anocheciendo y cada vez hace mas frió. Estoy temblando cuando unos brazos me rodean y me acercan más a Rob. Está calentito.

- ¿Qué haces?, suéltame, no me toques- digo mientras intento zafarme de su agarre.

- Tranquila, estas temblando, yo te daré calor, no te preocupes, solo descansa

No digo nada más, me acomodo un poco mientras mis ojos se cierran un poco. Estoy demasiado cansada como para luchar contra él.

---

No sé en qué momento me quede dormido. Pero noto pequeñas caricias en mi mejilla, son pequeños círculos con una ternura típica de una madre. Decido abrir los ojos poco a poco, para que estos se acostumbren a la luz, dándome cuenta de que estamos a punto de entrar a una ciudad amurallada. Para que quieren estar amurallados, para que nadie entre, o peor aún, para que nadie salga.

- Por fin despiertas, llevas un par de horas durmiendo- habla Rob sin dejar de jugar con mi mechón de pelo y de acariciar mi mejilla

- ¿Dónde estamos?

- Estamos en casa, en la manada y en la que a partir de ahora será nuestro hogar.

- ¿Cómo que manada?, no sé de que hablas, ¿me podrías decir algo sin provocarme más dudas.

No dijo nada, solo sonreía. De pronto nos paramos en una casa de varias alturas de estilo moderno con grandes ventanales, era preciosa pero no se que estamos haciendo aquí y para que exactamente.

De repente se abren las puertas, todas a excepción de la mía. Veo como sacan unas maletas del maletero incluyendo una que reconozco como mía, fue la que prepare para intentar escapar de él.

Mi puerta se abre sacándome de todos mis pensamientos, lo primero que siento es mucho frió. Rob se da cuenta y lo que hace fue lo mismo que hizo en el coche; se acerco a mí, me abrazo con todo su cuerpo de dios del Olimpo, me llevo al estilo princesa a aquella casa majestuosa.

Al abrir la puerta de estilo rustico moderna me di cuenta que por dentro tiene un estilo hogareño, tranquilo, sereno y calentito. Me posa sobre un sofá color crema que es que esta más cercano al fuego.

- No te muevas, ahora vengo. Cuando llegue te contare toda la verdad y todo lo que quieras saber.- Yo solo asiento, mientras el meda un beso en la frente. Se gira y me deja sola frente la chimenea.

Lleva como diez minutos encerrado en lo que parece  su despacho. De vez en cuanto se escucha un par de gritos, pero nada fuera de lo normal. Mi vista ya ha recorrido todo la habitación. Me he topado con un par de fotografías, en ellas puedo reconocer a Rob, y a otro chico que se parece a el por lo que he supuesto que sea su hermano.

Una mano se posa en mi hombro, haciéndome girar en su dirección. Me encuentro con otro dios griego, con una perfecta sonrisa en la cara. Se parece bastante a Rob.

- Hola preciosa, ¿Qué haces aquí?,

- Hola, me han dicho que espere aquí. ¿Quién eres?

- Eso lo debería preguntar yo encanto, me llamo Jordan.- se acerco a mi provocando que retorciera poco a poco- Déjame adivinar, vienes a que te alegre un poco esa cara ¿no?- mi cuerpo está pegado a la pared, mientras él se acerca más a mi- hueles muy rico lo sabes ¿no?, estoy deseando estar dentro de ti- soltó una carcajada que hacía que me estremeciera. Ladeé la cabeza hacia un lado mientras él seguía olfateando mi cuello. Note como su lengua lamia mi cuello provocando que me retuerza de asco.

- Déjame, no me toques- lo intente mover pero no podía, él solo se acercaba más a mí- he dicho que te alejes de mi- dicho esto le di un fuerte manotazo en la cara, creo que me dolió más a mí que a él.

- Mira por donde, tenemos una fierecilla a la que debo domar- se acerca más a mi si es posible, poniendo su entrepierna junto a la mía.

Estaba a punto de llorar y gritar cuando ya no está aprisionando mi cuerpo. Más bien esta debajo del de Rob mientras no para de darle golpes en la cara, mientras el solo se ríe.

- Aléjate de tu luna, es mía, solo mía y de nadie más. Ni se te ocurra acercarte porque te juro por la sagrada diosa luna, yo a ti te mato.

·-·Muchos besiiis y que tengan una buena lectura. Y recuerden "ni el bueno es tan bueno, ni el malo tan malo"·-·

#TeamRob

#TeamJordan

Mía, solo mía y de nadie másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora