Capítulo 32

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POV Bia
¿Qué hace ella aquí? No puede ser… ¿Qué le diré a Alex?

Aillén: ¿Bia?

Bia: Hola —Alex la miró.

Aillén: ¿Alex? —se conocen.

Alex: Aillén…

Bia: Así que se conocen.

Aillén: Fuimos a la misma escuela.

Alex: ¿Y ustedes cómo se conocen? —la miré. ¿Qué le digo?

Aillén: ¿Qué te puedo decir? Conozco a todo el mundo —que bien que no dijo nada—. Pero bueno, vine con Erick.

Alex: ¿A sí?

Aillén: Por supuesto. ¿No querés ir a saludarlo? —miré a Alex. Parecía que estaba asustado.

Bia: No sabía que aún venías para acá.

Aillén: Siempre. Y bueno, me encantaría tener una charla con vos —me dijo—, a solas.

Alex: Iré por otro helado.

Aillén: ¡Por supuesto! —se fue. Podía notar la mirada de enojo que Aillén demostraba hacia Alex.

Bia: ¿Alex no te cae bien?

Aillén: Alex no es como todo el mundo cree.

Bia: ¿De qué hablás?

Aillén: Me enteré que el viaje de La Cobra se adelantó, por eso vine a buscarte.

Bia: No quiero hablar de él.

Aillén: Pero no debes enojarte con él.

Bia: Nunca me dijo que se iría.

Aillén: Sé que tenía las intenciones de hacerlo. Por favor escucha lo que tengo que decir —asentí—. La Cobra ha sufrido mucho, y es por eso que tiene a muchos enemigos. No te diré que es una víctima, o sea sí lo es, pero no completamente. Él también ha actuado de mala forma, no lo digo por todas las cosas de la banda, sino porque muchas cosas que él hizo causó el gran odio de su peor enemigo.

Bia: ¿De qué hablás?

Aillén: La Cobra le quitó muchas cosas, unas sin querer, otras a propósito. Era obvio que ese chico lo terminaría odiando, pero él no comprende que tiene algo que La Cobra jamás a tenido, un amor de madre —miré a otro lado—. Vos tampoco lo has tenido, vos le diste otro tipo de amor, pero ese amor pudo llenar un poco ese vacío que había en él. Sí, era cierto que La Cobra se iba a ir, debido a su situación familiar tiene que viajar de país en país, de internado en internado. Y estoy segura que fue ese chico quien adelantó su partida y no le permitieron despedirse de vos.

Bia: Yo estaba en el hospital.

Aillén: Lo sé. El hospital junto al aeropuerto.

Bia: ¿Cómo lo sabés?

Aillén: No pudo despedirse de vos como debía, pero eso no quiere decir que no te visitó —la miré sorprendida—. Estabas dormida cuando el entró para verte por última vez.

Bia: El Comienzo De TodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora