Capítulo 26

214 17 7
                                    

POV Bia
Caminé con la mirada de todos en mí. Llegué con Guillermo y él me miraba con una sonrisa.

Bia: Muchas gracias —miré a todos—. Aunque ahora se están preguntando con quién bailé.

Guillermo: Siempre hay un intruso en el baile, las únicas que están verdaderamente intrigadas son tus amigas.

Bia: ¿Qué les diré?

Guillermo: ¿Qué les podés decir? —reí.

Bia: Me dijo que me esperaba allá atrás.

Guillermo: ¡Bien! Vamos.

Comenzamos a caminar pero antes de salir de toda esa gente mis amigas junto a Carmín nos detuvieron.

Chiara: ¿Quién era él?

Celeste: Nosotras solamente vimos cómo te tomó y comenzó a bailar con vos.

Carmín: Al parecer no te importa tener novio —miré a Guillermo.

Guillermo: Fui yo quien la mandó con mi hermano para que bailara con él así que ella no tiene la culpa de nada. No sabemos quién pueda ser y justamente íbamos a buscarlo pero ahora no creo que lo podamos encontrar. 

Carmín: ¿Y por qué hiciste eso? —se acercó a él. ¿Qué planea Carmín?

Celeste: Ya basta, Carmín.

Alex: Guillermo necesito tu ayuda. 

Guillermo: Después te llevó —me susurró y asentí—. Adiós chicas —se fue junto a su hermano.

Carmín: Voy a demostrar que no sos tan santa como aparentas —se fue y me dejó con mis amigas.

Celeste: ¿No nos vas a decir a nosotras?

Chiara: ¿Quién era?

Bia: No lo sé, ni siquiera conozco su nombre.

Chiara: Volvé a decirlo —me miró fijamente.

Bia: Ni siquiera conozco su nombre.

Chiara: Dice la verdad, no conoce el nombre del chico. Soy buena descubriendo cuando ella miente.

Celeste: Está bien. ¿Vamos por algo de tomar?

Bia: En un momento voy.

Celeste: Está bien. 

Las dos se fueron y solté el aire que tenía retenido. Estuvimos muy cerca.

Bia: Ahora entiendo la importancia de no saber tu nombre.

La Cobra: ¿Ya ves? Siempre tengo razón —dijo cerca de mi oído y salté del susto— Perdón —dijo riendo.

Bia: ¿Qué hacés acá?

La Cobra: Vine por vos —tomó mi mano—. Vámonos antes de que alguien nos vea.

Asentí y dejé que me guiara entre los arbustos. Llegamos y había un columpio sujetado de un árbol. En el piso había una manta y la vista del cielo nocturno era hermosa.

Bia: Es hermoso...

La Cobra: Sabía que te gustaría —me abrazó—. ¿Querés columpiarte un poco?

Bia: El Comienzo De TodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora