Prometidos

Capitulo 1

El verano estaba llegando su fin y una chica castaña de pelo ondulado y bastante largo recogía su habitación. Era Hermione Granger y ese año empezaba séptimo curso en la escuela Hogwarts de Magia y Hechicería. Dentro de unos día tenía que ir al Callejón Diagón a comprar el nuevo material. Por eso guardaba los antiguos libros. Ese curso, sería el ultimo y después se enfrentaría a la vida adulta. Lo bueno era que vería de nuevo a sus amigos Harry y Ron. También vería a su gran enemigo, Draco Malfoy.
Se levantó de la cama llena de libros y se acercó al espejo. En el vio reflejado a una hermosa muchacha de 17 años. Ya no era para nada la niña de los cursos anteriores, era mucho mas madura e inteligente. Volvió a la cama y se agachó a mirar haber si había algún libro antiguo. Encontró un álbum polvoriento de color verde. Sopló el polvo y vio que en la portada ponía en números plateados 1992. Hermione hizo los cálculos rápidamente y supo que en ese año ella tenía 5 años. Abrió el álbum intrigada y vio que era de fotos. Salía su casa, con sus padres. Luego una casa que nunca había visto, parecía una mansión. En el jardín había dos niños pequeños muy sonrientes de la mano. Uno de ellos era la niña de pelo castaño enmarañado, y el otro un niño rubio de ojos azules. Hermione sabía que esa niña era ella, pero ese niño, no le conocía de nada. No se acordaba de el. Siguió pasando fotos hasta que paró en una en la que estaba sus padres con la pequeña niña en brazos y los padres del niño con el en brazos. Todos rubios y con expresión de superioridad. Les sonaban a Hermione, pero en ese momento no caía. Decidió bajar a preguntárselo a sus padres. Ellos estaban en el salón hablando. Cuando Hermione apareció por la puerta vio que su madre sostenía una carta.
-Mama, papa, ¿quiénes son estas personas que están con nosotros?-Sus padres vieron las fotos y se miraron serios.-¿Y esta casa? Porque parece una mansión.
-Si, hija, es la Mansión Malfoy.-dijo su madre como si no pasara nada.
-¿¡Que!?-Hermione casi se cae de la impresión.-Pero...no puede ser, los Malfoy...
-Si, les conocemos.
Hermione se sentó y respiró profundo con los ojos cerrados. Esas palabras no tenían sentido. ¿Sus padres conocían a los Malfoy? Entonces ese niño que le daba la mano a Hermione sonriente era...¡DRACO MALFOY! Imposible, si la odiaba...a no ser que el tampoco supiese de estas fotos...Cada ve que lo pensaba, menos le encontraba lógica.
-Cariño, son amigos nuestros desde hace años. Lucius Malfoy me ayudó en una ocasión, y le debo mucho.-dijo su padre.
-¿Y por que no me lo habíais dicho?
Sus padres se miraron con expresión grave.
-No habías preguntado. Ahora vete a seguir ordenando tu cuarto.
-Pero, ¿esa carta?-Hermione quería saber más.
-Nada, por cierto, mañana iremos al Callejón Diagón.
Hermione subió a la habitación arrastrando los pies. Estaba decepcionada. Se volvió a sentar en la cama y miró la foto de los niños. Algo se movió en su interior. Era casi imposible imaginar que Draco la agarrase de la mano. Seguramente habrían jugado y se habrían divertido juntos. El mismo Draco que la miraba con desprecio. Parecía un sueño. Mañana se lo contaría a sus amigos.
* * * * *
Llevaba un rato con Harry y Ron tomando algo el Caldero Chorreante. Hermione no se lo había contado todavía. Veía a los chicos riendo sin preocupaciones y pensó que se burlarían de ella. Ensimismada en sus pensamientos que estaba, que no se dio cuenta de que Ron y Harry ojeaban el álbum y se quedaban mirando la foto de los dos pequeños de la mano.
-Hermione... ¡Hermione!-dijo Ron
-¿Qué?-Se sorprendió.
-Esta eres tu, ¿verdad?, pero este...me recuerda a alguien.
-Si...se parece a...-dijo Harry.
-Draco Malfoy.-dijeron a la vez Harry y Ron riéndose.
-Si, es verdad Harry. Pero no tiene la cara de asco de siempre.-dijo Ron.
-Si, y si fuera el, no agarraría de la mano a Hermione.-volvieron a reír.-¿Quién es Hermione?
-Tu novio de la infancia-dijo Ron burlonamente.
-Pero que crios estáis hechos.-puso los ojos en blanco.
-Dinos, por favor.-Harry y Ron pusieron cara de ángeles.
-Pues...es...es...Draco Malfoy.-el nombre lo lijo en un susurro.
-¿Cómo?, no te hemos oído.-dijo Harry.
-Draco Malfoy.-Hermione no sabía como sentirse al ver la cara de asombro de sus amigos.
-¿Tu y Malfoy de pequeños os conocíais? Que callado lo tenias.-espetó Ron.
-No digas tonterías Ron. No lo sabía. Aquí tengo 5 años y no recuerdo nada.
-Wow.-dijo Harry.-Seguro que Malfoy se muere.
-Bueno, tampoco soy tan horrorosa.
-No es por ti Hermione. Tu eres maravillosa.-la chica sonrió ante el cumplido de su amigo.-Pero para el será horrible.
-Si.-Ron cerraba los ojos con una sonrisa de bobo.-Imagínate la cara de Malfoy cuando se entere de que su familia se junta con muggles...su mayor pesadilla.-reían mas y mas.
-¡Hombres!
Hermione disimulaba muy bien lo preocupada que estaba con esa relación de amistad de sus padres con los Malfoy. Algo la decía, que todavía tenía que enterarse de mas cosas.
Terminaron de comprar el material y vieron a lo lejos a Draco Malfoy custodiado de Crabbe y Goyle. Hermione volvió a sentir lo mismo en el estomago. ¿Qué sería? Sin demorarse mas, siguió a Harry y a Ron hasta una chimenea para volver cada uno a su casa.
-Nos veremos en el Expreso.-dijo Hermione.
-Si.-respondieron a la vez.
Harry y Ron desaparecieron hacía la Madriguera. Hermione se fue a casa. Cuando llegó, estaba sacudiéndose el hollín. Sus padres estaba allí.
-Hermione, cámbiate. Vamos a visitar a los Malfoy. Nos han pedido que vayamos a cenar.
-¿Por qué?-dijo Hermione sin aliento.
-No preguntes tanto. Vamos. 
Hermione subió en estado de shock a su habitación, donde su madre la había preparado un vestido negro que llegaba hasta la rodilla, ajustado. El escote era de palabra de honor. Los zapatos de tacón complementaban el traje. Una pequeña cajita de color rojo estaba al lado. La abrió y se asombró al descubrir un colgante con las letras “D. M.”. Supo en seguida que se refería al nombre de Draco Malfoy. No sabía por que, pero se lo puso, era bastante bonito.