Capitulo 28

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Cuando Hermione despertó estaba muy dolorida. Aspirando fuertemente se incorporó y miró alrededor buscando a la persona encapuchada. Se dio cuenta de que estaba sentada en una cama, dentro de una habitación de paredes de piedra. Se destapó y sacó un pie de la cama para marcharse, alguien habló:
-Yo que tu no me movería mucho.
¿Una voz de mujer? Hermione se fijó bien y al lado de las grandes puertas que se encontraban en el fondo de la habitación, aquella persona encapuchada estaba apoyada en la pared.
-¿Qué quieres decir?-dijo con valor.
-Bueno, estás embarazada, no querrás sufrir un aborto...
Hermione se llevó la mano inconscientemente a la tripa. Ahora respiraba entrecortadamente y el miedo la invadía poco a poco. Volvió a meterse en la cama, no quería perder a su bebe.
-Muy bien, así me gusta, aunque es casi por tu bien...
-¿Quién eres?-dijo apretando los dientes.
-Bueno, ¿de verdad te interesa?
-Si.
-¿Por qué?
-Porque quiero saber como se llama la persona a la que voy a matar si no me deja libre...
La persona comenzó a reírse sonoramente. Tenía los brazos cruzados y se movían al agitarse su pecho. Acto seguido, sin dar tiempo a reaccionar a Hermione, estaba al lado de la cama, mirándola desde la oscuridad de su capucha. Hermione tenía lágrimas en los ojos, tenía miedo, pero no se lo dejaría ver.
-Tranquila, no me interesas tu, lo que me interesa es tu bebe...
-¿Qué?
-Si, aunque quizás mueras...
-Muéstrate.
-Es tu último deseo, ¿no? Está bien.
En un rápido movimiento, se quitó la capa con capucha. Una melena espesa y morena flotó en el aire. Ante ella había una mujer, muy guapa, con labios rojos y ojos negros. Sonreía maliciosamente.
-Bueno, soy Dulma. Ya tienes lo que deseabas y pronto yo también lo tendré...
-Maldita, no dejaré que le hagas nada a mi bebe, ¿entiendes?
-Ssssh, no te sulfures, necesitas reposo y tranquilidad. No te preocupes por nada. Descansa, el bebe debe salir sano...
-Cállate, prefiero morir antes que darte a mí bebe. Draco te derrotará.
-¿Draco?-reía a carcajada limpia.-A ver si es verdad que es tan valiente y viene a buscarte...
Dulma desapareció dejando a Hermione sola y muy asustada. Solo esperaba salir de esa lo más pronto posible.
* * * * *
Draco estaba desesperado, no sabía como encontrar a Hermione. Harry y Ron le infundaban ánimos que no conseguían que pudiese conciliar el sueño por la noches. No comía ni bebía, solo buscaba a Hermione. Un día, Draco se desmayó de desfallecimiento. Le dejaron descansar mientras Harry y Ron se ponían al cargo de la misión. En esos momentos Draco tenía una pesadilla. Se retorcía y sudaba mucho. Se despertó de golpe gritando el nombre de Hermione. Allí vio, encima de su mesilla de noche una nota. La abrió todavía temblando a causa del sudor frió que le recorría la espalda.
Tengo lo que mas aprecias. Ya sabes quien soy, ¿verdad? Pues ven a buscarme. Estamos en el castillo, después del bosque de hielo. ¿Podrás llegar hasta aquí? Te espero impaciente...
Draco saltó de la cama y sin avisar, se armó con su varita y se dirigió a buscar los polvos flu, se metió en la chimenea y diciendo alto y claro “al bosque de hielo” desapareció entre las llamas verdes.
Al instante Draco temblaba de frío y se tapaba los ojos con las manos para que la ventisca no le cegase. Comenzó a andar lentamente, el viento era muy fuerte y le hacía retroceder a veces. Pero no se rendiría.
Las horas pasaron y Draco no sentía nada, estaba totalmente congelado. Tropezó con una piedra y calló de rodillas. Estaba totalmente desorientado, pero oyó las pisadas de una persona que se acercaba. Estaba encapuchada.
-¿Te encuentras bien?-dijo.
-Socorro, ayúdame, me he perdido...-dijo Draco sin aliento.
-Bueno, yo se salir de aquí. ¿Quieres que te diga como?
-Si, por favor...
-Sígueme.
A duras penas, Draco se levantó y siguió la figura encapuchada. Todo a su alrededor estaba borroso y hacía lo posible por no perder el conocimiento. La figura encapuchada se dio la vuelta asustada por un ruido hecho por Draco: este se había desmayado cuando habían entrado en el castillo.
Draco despertó en una habitación cálida. Estaba acostado en una cama. Alguien se acercó a su lado y le tocó la frente para mirarle la temperatura.
-¿Hermione?
Dulma se enfureció. Aun pensaba en ella.
-No, soy Dulma.
Draco se incorporó. Efectivamente aquella chica no era Hermione.
-¿Quién...?
-Yo te salvé de morir congelado.
-¡Tu tienes a Hermione!
-Vaya, veo que si que sabias quien era...
-Déjala, nunca te lo perdonaré...
-¿Así tratas a la persona que te acaba de salvar la vida?
-Lo has hecho aposta.
-Cuando reacciones, vendré a verte, tu mujercita lleva bastante tiempo sola, habrá aprendido la lección de insultarme.
De un portazo salió y a pesar de los esfuerzos de Draco, no pudo levantarse de la cama, estaba muy débil todavía.
* * * * *
Hermione comenzaba a asustarse. No sabía cuantos días llevaba allí y comenzaba a encontrase mal. Al principio no le dio importancia, pero cada cierto tiempo notaba una punzada de dolor. Dulma entró y la vio retorcerse de dolor.
-Bien, ya salías de cuentas. Por fin ha llegado el momento.
Hermione se temió lo peor. Estaba de parto. Su bebe nacería allí y quien sabe lo que la haría...Necesitaba proteger a su bebe y pensaba todo el rato en Draco.

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