Capítulo 10: a Kiss

108 21 12
                                    

 Comenzaron a trabajar aquella semana a contrarreloj. Según supo Steve el primer día, Howard ya había ideado un primer prototipo y tenía todo listo para ensamblarlo, pero necesitaba las medidas del capitán y reajustar las extremidades a su tamaño.

Durante la mañana hacían pruebas al traje confeccionado por Stark, sometían a Steve a pruebas físicas con ello puesto y se encargaban apuntar los resultados para considerar la evolución. Estas pruebas se llevaban a cabo en secreto y la única, aparte de Stark, que tenía acceso al campo de entrenamiento era Carter, la cual a veces participaba de ellos y se cebaba con Steve cuando algo le salía mal.

Una de las especialidades que le enseñó mientras llevaba el prototipo puesto, era el combate cuerpo a cuerpo. Puesto que ella no podía combatir contra el traje de vibranium le enseñaba los movimientos que debía copiar para medir la flexibilidad del material. Y una vez que llegaba la tarde y se lo quitaba, Steve debía pelear contra ella usando las mismas técnicas que le había enseñado. El problema era que Peggy era realmente un hueso duro de roer y por mucho que Steve intentase derribarla, ella era capaz de leer sus movimientos a la perfección. Por muchas fintas y placajes que le enseñase, no era suficiente y ella siempre se salía con la suya para inmovilizarlo.

—El problema es que eres un libro abierto —dijo Peggy usando el mismo término que Stark había empleado para describirlo—. Veo tus intenciones porque eres incapaz de usar la astucia. No puedes engañarme porque nunca lo has hecho con nadie y se te nota demasiado.

Esta charla tuvo lugar el tercer día de entrenamiento, tras haber permanecido ambos, dos jornadas en completo silencio salvo en los momentos que se rompía cuando Carter le daba algunas directrices. Steve, se limitaba a observarla y a asentir, sin más intención que aprender lo que le mostraba y nada más. Pero esa vez, Steve se atrevió a pronunciar más de dos palabras seguidas.

—No todos valemos para burlar a la gente, supongo...

—Pues esa es la actitud que deberías evitar. Todo el mundo vale porque todo el mundo lo hace a diario. ¿Crees que tus padres no lo hacían para no preocuparte? ¿Crees que no lo hace el sargento Barnes contigo? —recriminó Carter. Steve fingió sorpresa—. Te sorprendería saber lo que piensa ese hombre de ti.

—No me interesa saber nada de lo que hace Barnes o tú o cualquier persona del West Point —dijo Steve recobrando su seriedad. Aquello le confirmaba que Peggy no sabía nada de la relación que mantenía en secreto con Bucky. La mujer esbozó una sonrisa perversa.

—Conque no, ¿eh? Pues esa será tu perdición. Sin empatía no puedes crear una conexión y sin conexión, no podrás llevar a cabo tus engaños. Así funciona el comportamiento humano. La gente disfruta haciendo sufrir así que supéralo cuanto antes, Rogers —dijo Peggy dando el último tragó a su taza de café.

Se encontraban en la misma sala en la que Erskine había creado el suelo. En esos momentos estaba vacía. Ya no había super computadoras ni mesas clínicas, ni archivadores con papeleo. Lo único que quedaba era una mesa con una cafetera y unas sillas para sentarse. Cualquier rastro de que allí se había llevado a cabo un experimento había desaparecido.

De pronto entro Stark con un dossier amarillo en la mano. Estaba que trinaba y parecía no haber dormido en toda la noche. Era la primera vez que Steve lo veía fuera de sí.

—¿Y a ti qué tripa se te ha roto? —dijo Carter cruzando una pierna sobre otra sentada en la silla.

—Te daré la versión corta; no puedo hacer que el traje vuele —dijo Stark caer el sobre en la mesa con violencia—. Ya que el suero no le ha hecho tener los huesos ligeros a Rogers, es imposible elevarlo con su masa muscular. El vibranium es ligero, pero no lo suficiente. No poseemos la tecnología adecuada y no creo que un elevador por magnetismo solucionase el problema.

Phantom (Stucky) (Stony) HiatusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora