La niña los siguió a una distancia prudencial, observando como Steve, cuya tos se había vuelto más virulenta iba apoyado en los fornidos hombros de su nuevo amigo. Bucky le había pedido la dirección de la pensión en la que se alojaba y allí se dirigían.
La noche estaba empezando a cubrir la gran manzana con un gran manto de oscuridad sin estrellas, y eso le preocupaba al sargento. No tenía ni idea de qué sucedía, ni en donde se encontraba. Lo único que sabía era que tenía que cuidar de aquel muchacho como si le fuera la vida en ello.
Llegaron por fin a Clarke's y, tras atravesar el bar, el cual estaba bastante concurrido, se dirigieron a un patio interior y allí subieron al cuarto que Steve tenía alquilado con su mísero salario. Este no había querido ir al médico y Bucky no había vuelto a insistir. No obstante, estaba intranquilo porque aquella tos no tenía buena pinta y hacía frío.
Nada más entrar en aquel cuchitril de mala muerte, ordenó al chico flacucho que se metiera en la cama. Este no replicó y se tapó con su vieja y deshilachada manta, que era lo único que tenía de abrigo. Bucky se fijo en que cerca de la cama había una pequeña estufa de carbón, apagada y olvidada por su inquilino, ya que calentarse era un privilegio que no podía permitirse. El sargento miró a la niña invisible en aquel mundo y está asintió. El dinero serviría para comprar carbón y comida, al menos por una temporada.
Bucky se dirigió a Steve y le dio la mitad del fajo que tenia guardado en la chaqueta.
—Ten tú esta mitad. Voy a ir a comprarte cosas para calentarte —dijo y señaló al dinero que había dejado junto al patidifuso Steve—. Si no te fías de mí, te dejo la mitad de lo que tengo. Así tendré una excusa para volver aquí.
—¿Es que eres rico? —preguntó Steve desde la cama hecho un ovillo incapaz de creerse que alguien fuera amable con él.
Bucky no contestó. No tenía ni idea y tampoco podía preguntarle a la niña o Steve le creería un enajenado. Simplemente se encogió de hombros y salió por la puerta. Volvió al cabo del rato con un tarro de sopa caliente, una caja con algo que olía a estofado, una manta colgada del hombro y una saca mediana de carbón. Nunca Steve había sido tan feliz de ver a alguien y sus ojos centellearon.
La estufa se encendió por primera vez en mucho tiempo y Steve pudo cambiar la manta por una más nueva y de mejor calidad. Bucky sirvió la sopa en cacillos y entregó uno a Steve que la bebió con dificultad pero sin derramar una gota. El estofado fue más complicado de comer. Hacía tiempo que no comía en grandea cantidades y su estómago se había empequeñecido. Bucky tuvo que ayudarle con más de la mitad del plato pero a ambos les reconfortó y a Steve le disminuyó un poco su aspecto enfermizo.
—Gracias —dijo tras un largo rato en silencio disfrutando de la calidez de la estufa.
Bucky hizo un gesto con la mano que sujetaba el tenedor para quitarle importancia y le sonrió.
—No te iba a dejar tirado ahí.
—Perdona por haber sido receloso al principio. No puedes confiar en mucha gente por aquí —dijo Steve dejando su plato en una mesilla pegada a su camastro—. Nueva York no es un sitio fácil.
De modo que estaban en Nueva York. Pero ¿en qué año? Bucky adoptó un gesto meditabundo.
—Nunca es fácil, supongo. Pero habría que tener poca humanidad para no ayudar a los demás en una situación parecida.
—Eres un buen hombre, James —dijo Steve recostandose en la almohada.
Un nuevo ataque de tos del chico hizo que Bucky se alarmara y se sentase en el borde del lecho mientras incorporaba al otro y le daba palmadas en su huesuda espalda. Cuando terminó de toser, Steve se llevó la mano a los labios que se encontraban manchados de sangre negruzca. Cuando Bucky lo vio su semblante cambio a uno de horror absoluto.
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Phantom (Stucky) (Stony) Hiatus
Fanfic'Estamos juntos en esto. Si vuelas en un avión, yo viajaré contigo. Si tomas un tren hacia el infierno, te seguiré hasta el final de la línea. Y cuando hayamos terminado, volveremos a casa'. Fanfiction de Marvel Universe, Captain America. Los person...