LEER NOTA AL FINAL DEL TEXTO.Después de aquel momento fuera del salón de aquella fiesta no supe con exactitud qué siguió después. Creo que me quedé un minuto afuera, analizando lo que iba a pasar. Nos íbamos a besar, él y yo; íbamos a juntar nuestros labios. Mierda Harrison, ¿por qué tenías que llegar?
Espera, ¿y por qué yo maldecía ese momento? ¿Acaso yo..? No, no y más no. Tom es sólo mi amigo, las cosas deben de seguir así. Con ese beso las cosas hubieran cambiado, y lo más probable, para mal. Nuestra amistad se hubiera ido al caño, cosa que me negaba a aceptar. Ya era malditamente especial para mí en tan poco tiempo.
¿Entonces por qué me siento destrozada y deprimida? Es aquí donde entras conciencia para guiarme a la verdad, aunque prácticamente sería yo misma... Wait, eso solamente pasa en las novelas de Wattpad. Creo que debería de dejar el vicio y poner los pies en la tierra. Debería...
¡Concéntrate Madison!
Cuando caí en cuenta que estaba sola afuera, como idiota, decidí entrar y dejar el hielo donde Haz nos había dicho. No veía a aquel par por ningún lado, y no era como si los estuviera buscando. Entre la multitud vi a mi mejor amiga, así que alcé un poco la pesada falda del vestido para caminar hacia ella. Cuando me vio me bombardeó con miles de preguntas, a todas contesté con: te cuento más al rato, en el que estemos solas; lo entendió por completo. Por eso, y por otras miles de razones era la mejor amiga que pudiera existir.
El tiempo pasaba, a veces rápido y otras tortuosamente lentas. Había momentos en los que me dejaba llevar por completo por la música, olvidando los sucesos previos a este punto de la fiesta, pero luego caía en la cruda realidad. Me dolía, dolía y mucho. Lo único que podía hacer para alejar el dolor era la música y bailar hasta el cansancio, sin embargo, esa sensación amarga siempre regresaba.
Dieron la una de la madrugada y algunas personas ya se habían ido, pero no las suficientes como para que el lugar se viera desolado. La música en ningún momento había menguado, estaba en su mejor punto. Todo iba de maravilla hasta que lo vi a lo lejos platicando con Harry, Harrison y Sam. ¿Cómo podía estar ahí parado, ignorando el hecho de que hace menos de cinco horas habíamos estado a nada de besarnos? Porque yo no podía sacarlo de mi mente por más que tratara.
Su mirada se cruzó por unos segundos con la mía, pero con la misma que me vio, con la misma que se fue; aunque bueno, para mí fue una eternidad. Me miró como si fuera alguien insignificante, y tal vez así lo fuera. No quería llorar, pero estaba al borde de hacerlo; podía notarlo en mi enfoque borroso. Pensé en salir de ahí pero no podía verme como una malagradecida. En eso, se escuchó la clásica canción de cumpleaños y los meseros se acercaron con un enorme pastel con el nombre de Tom.
Empezamos a cantar la letra que todos sabíamos. Por más que tratara de sonreír, no me salía y él lo notó. Se quedó analizando mi rostro con una sonrisa para disimular en frente de los demás pero Thomas no me podía engañar, estaba preocupado. ¿Por qué habría de estarlo? Al fin y al cabo, él fue quien se alejó de mí. Terminaron de cantar y empezaron a repartir rebanadas de pastel. Las personas presentes se empezaron a dispersar por el salón nuevamente. La música había bajado de volumen considerablemente pero seguía siendo audible.
Me quedé sola, debido a que Haz se había llevado a Elisa a que le ayudara con los regalos preparados para el cumpleañero. Él, tras minutos de estar sumergida en mi soledad y pensamientos, se acercó a mí y me comenzó a hablar.
— ¿Qué pasa, Mads?
—Nada que sea de tu incumbencia, Holland.
—Miller, no te pongas así.
—No te entiendo, ¿sabes? Un momento eres muy lindo conmigo y me dices que soy importante para ti pero al otro me ignoras como si no te importara.
—Madie, no es eso. Yo...
— ¿Tú qué, Tom? No tienes justificación para eso.
—Tienes razón, pero...
—Pero nada. Ahora, si me disculpas me retiraré a mi habitación pero no sin antes despedirme de tu familia.
Tal como dije que iba a hacer, me despedí de todos los Holland presentes menos claramente del cumpleañero y les agradecí por todo; eran buenas personas, muy alegres se notaba a leguas. También me despedí de Elisa y Haz, quienes me dijeron que tendría que darles explicaciones. Subí a la habitación y me saqué literalmente todo el vestido. No sé cómo lo hice sola, pero lo logré.
Hice mi rutina para dormir: desmaquillarme, deshacer el peinado, exfoliar mi piel, lavarme los dientes y ponerme el pijama. Había sido un día largo, pero sobre todo, lleno de emociones amargas. Si me preguntaran ahorita si perdonaría a Tom, no sabría la respuesta. Mi enojo, pero sobre todo decepción, estaban a tope. Sería una Odisea para el joven, pero sabía que era necesario.
Con esos pensamientos, me sumergí en un sueño profundo.Hola, quería darles las gracias por tomarse em tiempo de leer esta novela. Pero, les agradecería más si votaran y/o comentaran; tal vez eso último no tanto porque sé que es difícil encontrar las palabras necesarias, pero con qué solo dejen un voto me alegraría muchísimo. He puesto mi tiempo, corazón, libretas y tinta en esta novela.
Los quiero y gracias por leer ❤️