Sábado 11, junio. 2016Charles había pasado por las chicas al departamento. David le comentó e indicó que Madison tenía que ir a una audición muy importante, a un lugar y a cierta hora. El señor europeo, como buen inglés que era, llegó como siempre puntualmente por las jóvenes. Elisa, al ser muy buena amiga, decidió acompañar a Madie pues sabía que tan importante era obtener el papel para ella.
Tras cuarenta y cinco minutos después, llegaron al edificio. Madie se presentó ante la señorita y al estar todo listo, un guardia de seguridad no dejó pasar a Elisa. La cara de terror de Madie se hizo presente.
—Okay Mads. Tú puedes. Yo estaré aquí esperándote. Recuerda dar lo mejor ti y no te pongas tan nerviosa, te quiero— le dio un rápido abrazo y la empujo al pasillo.
La chica no tuvo ni tiempo para reaccionar. Cuando se dio cuenta, estaba en una sala con puras chicas rubias y altas. Se sintió fuera de lugar, como si no debiera de estar ahí porque no pertenecía a aquel lugar. Tomó asiento en una silla cerca de la misteriosa puerta que había ahí. Junto a ella había una maravillosa chica, que incluso su belleza parecía sacada de otro mundo.
Pensó en escribirle a Tom, pero no habían hablado desde desde su fiesta de disfraces. Seguía recordando esa noche, en la que casi todo cambiaba entre ellos dos. Con l que sí había mantenido contacto era con Harrison, quien le había estado apoyando y distrayendo, junto con Elisa. Cuando ellas fueron al aeropuerto, solamente Harrison apareció para despedirse. Incluso las fans en las redes sociales se sorprendieron de no haber visto a Tom ahí. Extrañamente le dolía demasiado esta nueva distancia entre ellos. ¿Por qué habría pasado? ¿Acaso se molestó? Sacudió la cabeza, tratando de alejar esos pensamientos de su mente. Se tenía que concentrar para la audición, lo cual no lo lograría pensando en aquel joven británico.
Veía a las chicas entrar y salir por aquella puerta. Lo bueno es que nada más quedaban tres chicas para pasar, pensaba.
— ¿Está aquí Madison Miller? —dijo una señora de no más de cuarenta años, buscando con la mirada a la joven mencionada. Se levantó de su asiento y habló:
— ¡Aquí estoy!
—Bien, sígueme— y eso hizo.Caminaron por otro pasillo hasta que llegaron a otra puerta. Entraron y Madie vio a las personas que suponía debían de ser en su mayoría los productores. El señor de la boina , supuso, era el director. Aquel hombre fue el primero en hablar una vez que ellas posicionó sobre la cruz en el piso, justo en frente a una cámara.
—Muy bien Madison. Lo que te vamos a encargar hacer es cantar la primera canción que se te venga a la mente ante el siguiente escenario que te diré. Imagina que no has sabido nada de tu novio, amado o como quieras decirle, después de haber hablado por teléfono. Posees de treinta segundos para empezar a cantar— todos los presentes la miraban expectantes.
Pensó que era algo poético que le pidieran algo así, porque a pesar de que Tom no era su amado era muy importante para ella. Al momento se le ocurrió la canción "If you say so" de Lea Michelle. Empezó a cantarla y los productores se sorprendieron ante la rapidez y la elección. Las palabras salían de sus labios adecuadamente, pero también salían con sentimientos, lo cual no pasó desapercibido por los adultos presentes. Al acabar la canción le aplaudieron y le sonrieron. Madie sintió alivio y orgullo ante la audición que acababa de realizar.
—Excelente Madison— dijo una mujer—. Ahora, Flor te pasará una hoja que contiene unos diálogos. Yo te ayudaré, pues es una conversación entre dos personas— así pasaron otros diez minutos. Otro hombre habló.
—Listo Madie, eso ha sido todo. Le avisaremos en dos días a los managers si sus actrices obtuvieron el papel.
—Sí, muchas gracias por su tiempo— les sonrío y recogió sus cosas del suelo.
—Flor te guiará de regreso.