Después de haber tenido una larga conversación por mensaje con Elisa, decidieron que harían una llamada por teléfono para plantearle la idea a los papás de su mejor amiga el hecho de que se podía ir vivir un tiempo con Madie a Los Ángeles, pues tras haber obtenido su primer cheque había empezado a rentar un departamento pues tendría que viajar demasiadas veces a esa ciudad y fuera de la misma. Realmente no había nada de qué preocuparse, ya que los servicios no eran tan caros y el edificio tenía lavadoras incluidas; todo ya estaba instalado y estaba realmente barato.
Estaba nerviosa, no lo podía negar. Conocía a los papás de Elisa desde hacía más de once años y eran como su segunda familia, pero por ese mismo hecho sabía que sería un poco complicado convencerlos de algo tan grande como aquella idea. Eran las siete y media de la noche ahí en Los Ángeles y justamente en ese momento harían la llamada, pues al estar en diferentes husos horarios, había dos horas de diferencia. Por lo tanto, en la Ciudad de México eran las cinco y media.
Ella simplemente veía con ansiedad el teléfono del departamento. Elisa era la que le haría la propuesta y si todo iba como lo planeado, le llamarían. Vagando en estos pensamientos, mientras se mordía las uñas, un sonido constante proveniente del aparato llenó el silencio del lugar. Inmediatamente lo tomó, contestó y lo puso en altavoz.
— ¿Bueno? — preguntó dudosa y temerosa en español.
—Hola Madie, soy yo— escuchó del otro lado de la línea la voz de su casi hermana.
— ¿Qué pasó? ¿Qué dijo?
—Está aquí junto a mí, escuchando lo que dices.
—Oh... Hola Ericka, ¿cómo has estado? —dijo, la trataba de tú porque la confianza entre esa familia y la suya era enorme, se podían dar esos lujos.
—Muy bien Mads, ¿y tú? ¿Qué tal el mundo de la fama?
—Me alegro. Estoy bien gracias, y pues me trata bien, aunque es mucho que procesar y mucha responsabilidad debido a los fans, los chismes, los guiones, los horarios. Es pesado, pero me gusta demasiado.
—Qué bueno Madison. Elisa me comentó de su plan para que se vaya a vivir contigo allá.
—Sí, cualquier duda puedes decírmela.
— ¿Es un área segura dónde vives?
—Demasiado, hay cámaras afuera de cada departamento, en las entradas y salidas. Además, hay varios guardas de seguridad.
— ¿Tienes dinero suficiente para pagar todos los gastos?
—Así es. Mira, aquí los servicios no son tan caros por lo que no debe preocuparse por eso. Ya si quiere mandarle dinero extra a Eli para comprarse ropa o alguna chuchería lo puede hacer, y si no yo se lo pago.
—Está bien. Si tienes que viajar a otro lugar, ya séase estado, ciudad o país, ¿ella irá contigo o se quedará sola?
—Ella irá conmigo, ya que mi manager puede conseguir dos boletos (más el de él), siendo pagados por los productores.
— ¿Serán responsables?
—Completamente— la línea se quedó en silencio por varios minutos, escuchando el leve sonido de los susurros entre los papás de Elisa. Después de una larga espera la mamá de Eli volvió a hablar:
— ¿Cuándo podría ir para allá? —su corazón se había acelerado, la iban a dejar.
—En cuanto compre el boleto, pero lo más probable es que sea esta semana. Como por el jueves o viernes.
