La llamada

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Siempre era la misma conversación, los dos sentados en el jardín trasero de mi casa, acostados sobre el césped, disfrutando uno de los pocos días soleados que Daegu ofrecía.

-Algún día me casaré contigo-me dijo de repente como si estuviera hablando del clima de hoy.

-¿Por qué?-le pregunté totalmente confundido.

-¿Y por qué no?-contestó frunciendo el ceño -¿No quieres casarte conmigo?.

-Si quiero casarme contigo, pero...las parejas se separan, no quiero que nos separemos como mis papás-aún dolía saber que nunca más estarían juntos como antes.

-Tú me quieres, yo te quiero, no nos separaremos-sonrío haciéndome sonreír también.

-¿Cuándo nos casaremos?. Solo somos niños, creo que no se puede-lo cual me parecía totalmente injusto, ¿por qué no podíamos casarnos si nos queríamos?.

Jongin se quedó pensando un buen rato, no me atreví a distraerlo, me gustaba observarlo, creo que era mi pasatiempo favorito desde que lo conocí hace 4 años.

-Cuando cumplas 25 nos casaremos-me miraba expectante por saber mi respuesta.

-¿Por qué tiene que ser en mi cumpleaños?-refunfuñe.

-No te gusta celebrar tu cumpleaños, si nos casamos ese día, tendremos celebración doble, y podre darte regalos, no podemos ignorar nuestro aniversario.

Mi boca se abrió y parecía que no volvería a cerrarla, o por lo menos no por mi propia cuenta, estaba bastante sorprendido, tal parecía que Jongin ya lo había pensado con antelación, pero si era sincero conmigo mismo, me gustaba la idea, de casarme en mi cumpleaños, así pasaría desapercibido. Un aniversario es distinto, se celebra de a dos.

-Solo te casas conmigo para darme regalos-me reí.

-No es solo por eso-me miró seriamente-Yo te quiero Dodo.

-Yo también-contesté bajito y totalmente rojo, mientras parecía que mi corazón competía con un tren a alta velocidad.

Me levanté abruptamente de mi sueño, o más bien recuerdo, ¿era normal soñar con recuerdos?, ¿no se supone que los sueños o pesadillas eran situaciones raras y desconocidas?.

Este sueño me acosaba desde hacía varias semanas, aunque no era precisamente "acosar" la palabra correcta, ya que había tenido una infancia feliz junto a Jongin y atesoraría cada recuerdo en mi corazón, aunque ya no éramos tan unidos como antes, él siempre sería mi mejor amigo y sobretodo siempre sería mi único amor, pero no era un sentimiento recíproco, yo nunca ocuparía otro lugar en su corazón, para él solo era su mejor amigo, su confidente, su apoyo, casi un hermano me atrevía a pensar.

Decidí dejar los pensamientos deprimentes, ya había superado este amor platónico que sentía por él. Era hora de levantarme y empezar el día. Por inercia busqué mi celular para ver la hora, eran las 6 de la mañana, aún me quedaba media hora más antes de dejar la cama, pero algo en mi celular además de la hora captó mi atención, hoy era Martes 13 de agosto, faltaba un mes exacto para cumplir 25, ¿eso era lo que mi inconsciente trataba de decirme?, ¿qué se acercaba mi boda?, mejor dicho, que se acercaba mi cumpleaños, ya que los planes de boda quedaron enterrados hace bastante.

No debería entristecerme, al fin y al cabo, solo teníamos diez años cuando prometimos casarnos en mi cumpleaños número 25, era de locos pensar que sería real. Pero muy en el fondo, yo lo creí y esperé con ansias mi cumpleaños 25, aunque con cada año que pasaba mis esperanzas iban menguando poco a poco, no era tonto, Jongin me veía casi como un hermano y siempre me lo hizo saber.

La Boda De Mi Mejor AmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora