En un rincón lejano del inmenso universo fue forjada la vida de manera súbita por cuatro fuerzas, cuatro seres, cuatro individuos representantes de los elementos agua, tierra, aire y fuego, autoproclamados dioses en alma y sagrado espíritu inmortal, fueron los soberanos creadores de la galaxia Infinniter 13 que desde ese entonces albergó una sola cosa: Ouckranium, este enorme planeta que en principio era de un color naranja fue el único y el más importante al que ellos hubiesen dedicado tanto tiempo y esfuerzo para que por fin se pudiera albergar vida desde ese momento.
Aquel planeta tan basto, alumbrado por su sol, contando con todas las características óptimas para la vida, pronto se llenó de fauna y flora, preparándose para ser partícipe de otra «creación humana» muy similar a la que en algún momento hubo en la lejana tierra, pero a menor escala.
En aquel nuevo edén, las cuatro fuerzas coincidieron en crear seres que disfrutaran de todo lo que habían hecho a cambio de ser considerados dioses recibiendo alabanzas, sacrificios y un sumo respeto, su curiosidad por crear un mundo como ellos quisiesen los hicieron reunirse en la gran mesa en el paraíso de los cielos de aquel planeta. Compartiendo una excesiva cena, uno de los dioses abrió la reunión.
Ouckranium, año 0, hechuras místicas.
Paraíso de los cielos, el gran palacio.
— ¡Hermanos estamos reunidos aquí para celebrar este gran hito! ¡Propongo crear cuatro especies humanas! ¡Para que enaltezcan a cuatro dioses! — pensó el dios Aaron.
— Cuatro especies, eso significa que dejarás una a cargo para cada uno ¡Me parece algo lógico! ¡Bien pensado hermano! — exclamó con aprobación otro de los dioses llamado Maracles.
— No eres para nada egoísta ¡Estoy de acuerdo con mi hermano! ¡Declaro bendita la idea que ha expuesto! — exclamó complacido el dios Livious.
— ¡Un momento! ¡No estoy de acuerdo! — exclamó otro de los dioses.
— ¿Qué te incomoda Pharoom? — preguntó Livious algo sorprendido con la respuesta de su hermano.
— Acaso ¿No es mejor dejar este planeta a cargo de uno de nosotros? Deberíamos sortearlo, los que pierdan pueden crearse otro en esta inmensa galaxia ¡Hay mucho que explorar en este universo hermanos míos! — comentó un poco molesto el dios Pharoom.
— Todos en esta mesa sabemos que no podríamos crear otro planeta por sí solos, necesitamos nuestras fuerzas unificadas, además ¿Quieres que este hermoso planeta termine como la «tierra de Jehová»? ¡Vaya desperdicio! — dijo burlándose Maracles.
— Puede que eso haya sucedido, pero en nuestro caso no pasará Pharoom, lo siento, pero nuestra decisión está tomada, el planeta será de los cuatro, aunque para que estes un poco más tranquilo, las tierras y los seres que crees serán independientes y a tu gusto ¿Bien? — ordenó Aaron.
— Bueno en ese caso podría funcionar... aunque — seguía pensándolo el dios.
— ¡Vamos Pharoom! No es tan complicado, créeme que todo irá bien — le convencía.
— ¡Ya, ya! Está bien ¡Hagan lo que quieran! Pero eso sí no quiero que ninguna de sus creaciones saque provecho de otra ¿Entendido? — advirtió Pharoom.
— Podemos crear tratados y organizarlos de tal manera que no tengan que interactuar entre ellos, somos dioses y podemos hacer lo que quieras — le afirmaba Livious para tranquilidad de Pharoom.
Tomada la decisión en la gran mesa, los cuatro dioses procedieron a idear nombres para cada reino en Ouckranium. Las creaciones tomaron tiempo y para ello cada uno estuvo solo enfocado en pensar las diferentes características propias de cada elemento que poseían, tras varios días los resultados de los dioses y la elección de las tierras donde convivirían se basaron en los signos cardinales para la ubicación de los territorios que cada reino tendría en el planeta. Fueron distribuidos de la siguiente manera.
OLVADIAS: Reino ubicado en el territorio norte del planeta, con conocimiento en todo lo relacionado al elemento Tierra.
AFRATION: Reino ubicado en el territorio sur del planeta, con conocimiento de todos los campos del elemento Agua.
SENZYCIUS: Habitantes de la zona oriental del planeta, conocedores de todo lo que concierne al elemento Fuego.
NAMIVANOS: Habitantes de la zona occidental del planeta, conocedores de todo lo relacionado al elemento Aire.
Tras bastante tiempo de dedicación finalmente terminaron de darle forma a sus creaciones y poner dentro de sus mentes ideales y conocimientos innatos distintos, cada uno de ellos lo puso en su territorio como cuando se dispone a poner peones en el tablero de ajedrez. Con bastantes modificaciones y bosquejos que poco a poco fueron perfeccionados, pasado este proceso se reencontraron nuevamente para darles vida.
Paraíso de los cielos, el gran palacio.
— ¡Me alegra reencontrarnos y ver como el planeta ha sido poco a poco llenado con especies y seres interesantes! ¿Preparados para hacer esto realidad? — preguntaba Aaron mirando a sus hermanos con cierta ansiedad.
— Estimados dioses, sean presentadas sus creaciones ¿Cuál de ellas tendrá una evolución fructífera? — preguntó el dios Livius con intriga.
— Solo lo sabremos con el tiempo, así que declaro la paz entre nosotros y les deseo lo mejor en sus reinos — exclamó Maracles finalmente.
— ¡Que se dé paso a la vida y prospere el futuro! — exclamaron los cuatro seres.
— ¡Siendo así! ¡Unamos nuestras manos y otorguemos la energía que dará vida a nuestras creaciones! — prorrumpieron todos que a su vez hicieron posiciones de manos y oraciones a sus creaciones aun inanimadas.
Hecho esto y con un planeta que ofrecía todo a sus creaciones, descendieron físicamente de Infinniter 13 a Ouckranium para comenzar su mandato como nuevos reyes de sus territorios.
Como cuando se siembra una semilla, cada reino comenzó a reproducirse poco a poco hasta cubrir su territorio iniciando su evolución.
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"Nu aid arap us noicaerc, nu oinelim arap us noiculove".
*Escritoen Ouckraniumo culto referente a la creación.
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Tierra de Oscuridad. [Ouckranium #1] ✔
FantasiaNaelani Frackers es un respetado soldado de las fuerzas militares Olvadias. Tras el fin de la 1ra batalla de los reinos, es nombrado general del ejército del reino Olvadias, con una vida casi perfecta y el planeta a su merced, los reyes le ordenarán...