El frio, la humedad del lugar y sin la más mínima idea de lo que sucedería a la mañana, Naelani logró dormir unas cuantas horas forzadas por el cansancio, temprano los gritos de muchos reclusos en la infinidad de celdas y acompañado de una algarabía, despertaron al ex general que abriendo sus ojos se encontró con que cerca de la entrada a la celda hablaban varios guardias a quienes solo podía verles las botas bajo la puerta, aun medio dormido, lentamente se levantó y se acercó a escuchar que sucedía.
— ¡Llévenlos a las minas! ¡Hay muchos minerales por explotar! ¡Los demás a los engranajes! ¡Aquel que se rehusé será azotado y torturado en la columna de la vergüenza! — gritaba un hombre mientras se escuchaban quejidos y lamentos de los cientos de reclusos que arrastraban sus cadenas mientras caminaban por los pasillos.
— ¿Trabajos en las minas? Pensaba que Pharoom había dejado de lado la idea de comprender al máximo la composición de nuestra magia innata, pero veo que siguen en pie las investigaciones — Se decía en voz baja mientras continuaba prestando atención bajo la puerta.
— Me he enterado que el mayor Marfo Crowred ha sido posesionado ¿Lo sabían? Ahora si el resto del planeta va a ser conquistado — comentaba uno de los guardias a sus compañeros.
— Sí eso también escuché, imagínate conocer todos esos nuevos territorios, quisiera irme de este lugar — le decía otro de los que acompañaba.
— ¡Ja! ¡Sigue soñando compañero! A duras penas somos guardias de este antro de locos, incluso les traemos de comer, lo único que disfruto de este sitio es cuando podemos torturar y matar, es mejor dejar en manos de dios toda esta gran misión — le comentaba el guardia desanimado.
— Si eso es lo único bueno, por lo demás somos unos simples donnadies, pero se vale soñar ¿No? A ver pásame otra bandeja, quiero terminar rápido para ir a comer también — decía otro de los hombres mientras avanzaban con una especie de carro.
— Por lo que vimos en la otra guardia los carnívoros se han encargado de limpiar un poco las celdas, morir es lo mejor para estos dementes — comentaba otro guardia.
— A ver si pronto todos estos malditos mueren — comentaba su compañero molesto.
— Mejor que queden y así tenemos empleo estable o ¿Prefieres ir a la guerra? — le preguntaba algún otro de los miembros de la guardia dejando las bandejas con comida mientras se alejaban más de donde el prisionero los escuchaba.
— ¿Cómo pueden estos dos dementes seguir durmiendo después de tanto alboroto? Al menos se van a alegrar cuando despierten — se decía aliviado mirando la bandeja de comida mientras regresaba a la cama de piedra.
Cuando volvió a acostarse se puso a pensar en lo que había escuchado ¿Marfo Crowred general? Era una locura, aunque desconocía muchas de las habilidades de este hombre mientras lo observó en el palacio, lo que más lo decepcionó era ver que sencillo había sido reemplazarlo, ahora con su suerte en el limbo también se preguntaba qué había pasado con las cartas que había escribido a los suyos, dudaba mucho de que hubieran sido entregadas a su familia, temía que les hubiese pasado algo dada su situación actual, resignado sólo intentó dormir un poco más.
Horas más tarde Naelani se despertó nuevamente incomodado por algo líquido que goteaba sobre en su cabeza, tocándose la frente sintió la mano humedecida, al verla detalló asustado que era sangre, observando a su alrededor siguió con la mirada más rastros del líquido vital en una de las paredes, al levantar la cabeza observó a un carnívoro con un cuerpo en uno de sus brazos, estaba cubierto de sangre y en sus ojos se apreciaba la sed de desmembrar aquel cadáver, este mirándolo fijamente, siguió su recorrido mientras estremecido veía como este atravesaba el muro mientras le sonreía macabramente.
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Tierra de Oscuridad. [Ouckranium #1] ✔
FantasíaNaelani Frackers es un respetado soldado de las fuerzas militares Olvadias. Tras el fin de la 1ra batalla de los reinos, es nombrado general del ejército del reino Olvadias, con una vida casi perfecta y el planeta a su merced, los reyes le ordenarán...