— ¡Sí! ¡Él es nuestro salvador! ¿O no lo es? —.
— ¿Es en serio? Pero luce como cualquier mortal ¡Sólo míralo! Es alguien perdido, alguien ciego, alguien que va en un rumbo opuesto —.
— ¿Podrá cambiar de opinión? —.
— Eso lo dirá el destino, muy pronto se dará cuenta del error que comete, entonces nos buscará y lo enmendará todo —.
— Por eso es por lo que debemos actuar pronto, el lograr que despierte del dominio mental que lo apresa será suficiente como para que inicie una rebelión —.
— ¿Y si no lo hace? —.
— Confío en que todas estas señales que le hemos enviado sirvan para que cuestione que algo no anda bien, de lo contrario nuestras esperanzas de renacer se desvanecerán y moriremos, desapareceremos para siempre —.
— Nuestro poder es casi nulo es como dar un tiro al aire, espero que pronto despierte ¿Por qué no se ha dado cuenta lo mucho que importa su existencia para nosotros en este momento? ¿Tan pocas señales hemos dado? —.
— Siendo realistas sí, nuestra fuerza como lo dices es casi indetectable, no somos nada, apenas si hemos podido enviarle señales borrosas en sus sueños —.
— Incluso debemos agradecer que podamos estar inmersos en él, Pharoom lo ha elegido y eso nos ha dado una pequeña hendija por dónde entrar así lo único que hayamos causado en él son muchas dudas, miedo y confusión que van a ir en aumento —.
— ¿Así que no tenemos otra opción? —.
— Él es quién debe elegir, o va en busca de la verdad o continúa con su objetivo y nos destruye para siempre, es cuestión de tiempo, por eso recurrimos a este último llamado —.
— ¿Está diciendo que dejemos todo a la suerte? —.
— No exactamente, más allá de nuestra suerte el destino de Ouckranium depende de él y su voluntad —.
Nuevamente en la madrugada...
— ¿Qué está pasando conmigo? ¿Quiénes o qué son ellos? — exclamó despertándose nuevamente aterrado a la mitad de la noche.
A la mañana siguiente...
Era el tercer día en el bunker, el penúltimo en el reino y su rutina comenzaba de nuevo, aunque no de la manera habitual, luego de no poder dormir el resto de la noche tras las extrañas pesadillas que había presenciado, al amanecer cuando la poca iluminación entró por su ventana era inevitable sentirse cansado, confundido, aterrado y con más dudas que nunca, mirándose al espejo vio que estaba peor de lo que pensaba, cuando los sirvientes llegaron sólo se resignó en dejar que hicieran su trabajo y lo dejaran impecable, era un día muy importante.
Aquel día junto a su comitiva recibirían el tan anhelado ritual de purificación ante el dios Pharoom, el estar impecable era obligatorio, no cualquier persona era invitada a pasar a ascender al Monte Templarius y, además, Naelani ya había estado allí una vez así que era mejor ocultar todo lo que le había pasado en las últimas noches y mantener una buena imagen ante el todo poderoso.
Luego de reunirse con la comitiva para desayunar, todos compartieron de una jocosa comida hablando de varios temas acerca del gran viaje, pero hubo alguien que no la pasó muy bien, se le notaba nervioso, pensativo y ensimismado, era Naelani.
¿Cómo no estarlo?
Los extraños sueños, los aterradores gritos y las escenas de la guerra, los mensajes por parte de voces desconocidas y por último esa extraña conversación entre tres sujetos que dudaban sobre al que referían como el salvador, todos estos aspectos habían causado un delirio leve, ese estado en el que no sabías diferenciar lo fantástico con lo real, estaba desesperado, tenía que contarle esta situación a alguien con urgencia, temía volverse loco, pero ¿A quién?
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Tierra de Oscuridad. [Ouckranium #1] ✔
FantasiNaelani Frackers es un respetado soldado de las fuerzas militares Olvadias. Tras el fin de la 1ra batalla de los reinos, es nombrado general del ejército del reino Olvadias, con una vida casi perfecta y el planeta a su merced, los reyes le ordenarán...