ᴇɴsᴇñᴀᴍᴇ ᴀᴍᴀʀᴛᴇ

~Capítulo 4~

Ámbar abre la boca para decir algo cuando unas palmadas la interrumpen. Luna y Ámbar miran hacia la dirección y casi a Luna se le sale el alma del cuerpo. Es Daniel, la última persona que habría deseado ver.

-Daniel: Luna Valente, pero qué agradable sorpresa. Dime ¿ya encontraste al padre de tu hijo?

-Luna: Largate de aquí.

-Daniel: ¿Qué? ¿Te avergüenza que todos sepan que estás esperando el hijo de un idiota y me lo quieres culpar.

Luna abre su bolso, de ahí saca el dinero y lo deja sobre la mesa, a continuación se levanta y sale del restaurante.

-Daniel: Eso es, huye...y mejor busca al padre de ése bastardo, no me quitarás ni un centavo.

Ámbar se levanta de la silla y se detiene frente a Daniel mirándole fijamente a los ojos.

-Ámbar: Te hace falta mucho para ser un hombre ¿sí sabías? Necesitas un psicólogo.

Ámbar sale del restaurante y va al encuentro de Luna, quien está junto a su auto llorando con la frente presionada contra el cristal de la ventanilla de la puerta del conductor.

-Ámbar: Luna...

Luna voltea hacia Ámbar. Las dos se miran unos segundos mientras las lágrimas bajan por las mejillas de Luna. De pronto Luna camina hasta Ámbar y la abraza fuerte. Ámbar también la rodea con los brazos.

Luna no puede dejar de mirar la mansión. Definitivamente Ámbar podía considerarse multimillonaria. Autos de lujo, mansión de lujo y más. Pese a eso se comportaba como una chica normal, una chica ordinaria. Ámbar aparece por la entrada de la cocina con un vaso con agua y se lo entrega a Luna.

-Luna: Muchas gracias.

-Ámbar: De nada.-dice Ámbar sentándose.

Se hace un silencio sepulcral entre las dos.

-Luna: Sé que te preguntarás porque no te he comentado nada de eso.

-Ámbar: No tienes la obligación de hacerlo. Siéntate libre de contarme lo que quieras.

Luna baja la mirada hacia el vaso y suspira. Las lágrimas bajan por sus mejillas.

-Luna: No sé cómo he podido enamorarme de una persona así. No lo puedo creer.

-Ámbar: No pienses en eso.

-Luna: Es que cada vez lo pienso, simplemente no me puedo contener. Terminamos hace un año, pero hace dos semanas nos volvimos acostar y...

Luna rompe a llorar nuevamente. Ámbar se va a sentar a su lado y la abraza. Luna apoya la cabeza en el pecho de Ámbar y percibe el dulce aroma de su piel.

-Ámbar: No es fácil olvidar a una persona a quien has querido mucho, pero tampoco es imposible, el tiempo te lo mostrará.

Luna mira a Ámbar a la cara.

-Luna: Ese es el problema, que no lo quiero, solo siento coraje, siento rabia, Ámbar.

-Ámbar: Entonces busca la forma de darle vuelta a la página, como me dijiste a noche, estoy segura de que encontrás a alguien mejor.

Luna sonríe y Ámbar le limpia las lágrimas.

-Luna: Gracias.

-Ámbar: De nada.

Luna apoya la cabeza nuevamente en el pecho de Ámbar y Ámbar la abraza.

***