Capítulo 11

23.1K 1.7K 50
                                    

Narra Greta

Ya no podía más, mis nervios hacían mis movimientos más torpes, jadeaba cansada, no podía normalizar mi respiración, aunque no era para menos un lobo, estaba siguiéndome, mi profesor. Y dudo que sea para preguntarme algo sobre el cuestionario que entregué, aún tenía el cachorro en mis manos, hasta que unas garras afiladas desgarraron mi blusa, sintiendo un dolor y ardor en mi espalda, me empujo y termine en el piso.

Por suerte, logré soltar al cachorrito a tiempo - corre amiguito, se libre -pero el cachorro hacia intentos por ladrarle al lobo en mi espalda -por favor, déjame ir - con la voz quebrada, casi no podía respirar, me estaba aplastando mi espalda -Dereck, detente -llorando de desesperación sintiendo sus arañazos en mi espalda - se que este no eres tu -ya no aguantaba, solo escuche los ladridos del cachorro y gruñidos del lobo.Ya no sentí nada, todo se volvió negro.

Desperté, en un lugar que no reconocía, era una habitación gigante decorada de colores armoniosos, con un ventanal enorme que ofrecía una vista espectacular del bosque. ~¿Dónde estoy?~ observe que una venda envolvía todo mi tórax y abdomen.

-El doctor me dijo que guardaras reposo-era Dereck entrando con una postura seria, suspire y me trate de cubrir, ya que solo tenía una venda que envolvía mis senos, no sabía donde estaba mi blusa, ni mi sostén. En eso él se sentó enfrente de mí, no me había visto a los ojos.

-Creo que tengo que irme a casa -trate de levantarme rápidamente, me sentía incómoda, no dejo de recordar en lo que paso en el bosque, el cachorrito, la bruja, mis heridas...el beso de ella y Dereck en su oficina, se me revolvía el estómago. Encontré mi blusa desgarrada en una silla, la tomé de la silla y me la puse, cuando siento una mano detenerme -no me toque - murmuró con la voz quebrada.

-Greta yo...-lo interrumpí, mirándolo a los ojos con un gesto de frialdad.

-No -mirándolo mal -estas semanas he sido simplemente O'Connel su alumna, no lo entendí profesor Weisz, usted me dijo esa noche que ocurrió lo de Matt, que podíamos tener confianza para comentarle las dudas que tenía -con seriedad recordando aquel día que fue a la oficina - usted me miro como si hubiera enloquecido y me dijo "señorita O'Connel si busca un consejero o un psicólogo, esta en el lugar equivocado, solo soy su profesor"- tratando de tragar en seco.

-Entiende Greta, no era yo - por fin me miro a los ojos, lucía arrepentido tratando de acercarse a mí, pero lo esquivaba- no quise hacerte daño, ni quise que esto pasará.

-¿Dónde esta ella? -simplemente pregunte - ¿y el perrito? - recordando a un pequeño cachorro.

-Mi manada se esta encargando de ella, no te volverá a molestar ni nada Greta - poniéndose a mi lado muy en el fondo extrañaba que me llamará por mi nombre - y el cachorro, esta bien sigueme -no me quedó de otra más que seguirlo algo seria, caminaba algo intimidada por esa gran casa -con cuidado -me tomo la mano para bajar las escaleras.

Ahí estaba el cachorro, en el patio tomando agua era una cosita tan tierna una bolita de pelos, ese día no supe que raza era, pero era un Husky Siberiano ~que ironías de la vida~ pensaba -Hola amiguito -me acerco a él, el cachorrito comenzó a caminar hacia mí, aun no ladraba, pero intentaba hacerlo -buen perrito -cargándolo con cuidado, también tenia algunas curaciones en las heridas de su lomo -necesitas un nombre...

-¡Dereck Nadir Weisz! -lo llamaba una mujer castaña de ojos azules, Dereck solo se giro algo confundido ~al menos ya tengo un nombre para el cachorro~ pensaba divertida- ¿cómo fuiste tan inconsciente? Que no te diste cuenta que Jettson te quería embru-se interrumpió al verme -Hola Greta querida, un gusto verte, que grande estas pequeña -con una sonrisa - soy Anett Weisz -me dio un beso en la mejilla - la prima de Dereck.

-Luego lo hablamos Anett -le decía Dereck, woow si que eran idénticos ambos primos, le sonreí a Anett.

-Hola Anett -cargando al cachorro.

-¿Ya hubo reconciliación entre ambos? Ya era hora de que marcaras a tu mate y que tuviera su lugar aquí contigo -pregunto pícaramente mirándonos a ambos.

- ¿De qué estas hablando? -pregunté con cierta sorpresa, no sé porque me sonroje, mire a Dereck buscando explicaciones, pero su cara era un poema.

-Prima ¿por qué preguntas eso? -sacándola Dereck con una mirada nerviosa -claro que no a pasado nada, vuelve a tu habitación ya.

~Más misterios a la carpeta de cosas por saber, genial~ suspire y con Nadir en brazos comencé a caminar a la salida

-¿A dónde vas? -me pregunto Dereck caminando a mi lado.

- A mi casa profesor Weisz -abriendo la puerta- supongo que debo darle las gracias por no encajarme las garras hasta los pulmones y no romperme ningún hueso en el intento -suspiro- me llevaré al Husky conmigo, no confío en sus tácticas de cuidar cachorros.

-Greta, lo lamento tanto no fue mi intención lastimarte, no quise que esto ocurriera ni lastimar al cachorro, no era yo, entiéndelo, entiende me siento mal, culpable-hizo una pausa- perdóname - yo ya estaba a llamando a Nathaniel

-Lo perdonó -el hizo una mueca de alivio - pero eso no significa que confió en usted-en eso llego mi amigo, colmillitos.

EN MI CASA.

Nathaniel me había encubierto con mi abuela, le había dicho que me quede a dormir con Rania después de limpiar la bodega. Así que no me regaño, ya tenía la caja en mi cuarto.

-Greta ire a acompañar a la señora Williams, su esposo murió anoche de una forma inesperada-vestía totalmente de negro, trague en seco "oscurus" - cuídate mi niña -le da un beso en la frente.

-Tu también abuelita -la abrazo, Nadir estaba acostado a lado mío, me había dejado quedarme con el cachorrito, se encariño con él.

~Ya es hora de saber que es esto que ocultaba mi madre y abuelo~ sacando la caja que estaba abajo de la cama y la llave del collar, abriendo aquella caja de madera negra.

Ese día descubrí muchas cosas, que existen los cazadores mi madre y mi abuelo lo eran, pero no los cazadores convencionales de venados y animalitos de la creación, sino de vampiros, hombres lobos y demonios.

Había distintas maneras en que podían detenerlos, desde melodías compuestas en piano, violín, flauta...pero hay más formas, observo unos viejos rituales en pelea que se podían hacer para debilitar a esos seres, había un libro gigante con todo lo que debemos saber de esas criaturas.

Ser o no ser cazadora, esa es la cuestión, si acepto mi vida no volverá a ser la misma de antes, quizás corra con el mismo destino trágico que todos los cazadores que venían en esa lista, pero no podía seguir con esto, esta ciudad debe estar tranquila de demonios.




¿Mi profesor es un hombre lobo? ¡¿Qué?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora