Narra Greta
-No iras Greta Denira, ¿de acuerdo? - era Charles cruzando loa brazos, mirándome con seriedad rodé los ojos.
-¿Cómo sabes mi segundo nombre? Nadie lo sabe -exasperada viendo a Dereck inconsciente en uno de los sillones- me acabas de decir que Dereck, esta en peligro de infectarse y convertirse en esa cosa, por esas mordidas-tratando de que mi voz no tiemble -¿Cómo quieres que me quede sin hacer nada? Él no merece esto, solo se ha preocupado por su manada y su bienestar -luchaba porque las lágrimas no salieran de mis ojos.
-Yo le sugerí a tu madre el segundo nombre - alzó la ceja ~¿Qué?~ cruce los brazos y el me tomo de los hombros - entiende que no quiero arriesgarte Greta, ya perdí a tu madre hace mucho tiempo, no quiero perderte a ti.
-¡¿Qué?! ¿De qué esta hablando? - exaltada - es obvio que estabas enamorado de mi madre, pero esto ya es mucho, yo no soy ella- cruzo los brazos.
-Yo soy - se le murieron las palabras en sus labios - ¡Ya se que no eres ella! Por eso debo de cuidarte, apreciaba mucho a tu madre, fue muy importante para mí -trajo las cosas, para hacerle curación a Dereck.
Baje la mirada y tomo las cosas -Yo lo curó Charles, gracias -me acerco a Dereck - te vas a poner bien -le susurro comenzando a limpiar sus heridas con cuidado de no lastimarlo más. Charles estaba evaluando o no sé que estaba haciendo, pero un brillo azulado salía de sus manos, hasta que se detuvo súbitamente. -¿Qué ocurre Charles? -preocupada.
-Sigue habiendo esencia de oscurus, en su sistema-comentó.
-¿Qué podemos hacer Charles? - pálida, la imagen de Luke Hatway convertido en esa cosa, se me vino a la mente, tome la mano de Dereck -dime que no se convertirá en ese tipo de híbrido lobo-demonio.
-Hay posibilidades de que ocurra Greta, no te puedo mentir - se me fue todo, el alma, el aire, el color, todo.
-¿Puedes hacer algo? - con un hilo de voz, temblando.
-Por el momento puedo contener la esencia con magia, pero no contendrá la esencia durante mucho tiempo -suspiro y sigo viendo a Dereck.
-Tengo malas noticias -decía Leo mirando el libro de cazadores, sin despegar la vista de las páginas del libro antiguo -Se supone que hay fases de infestación demoniaca, la etapa 1 la cual dura años, es donde los demonios empiezan a llenarse de energía, tomando el alma de las personas -trago en seco- la etapa 2, es la de colonización donde empiezan a tomar cuerpos, para absorber la energía de dicho cuerpo, necesitan de un solo cuerpo, para que todos los demonios se alimenten de su fuerza.
-Que mejor manera de tener energía que tomando el cuerpo de un hombre lobo - completando lo que decía Leo.
-Que mejor que tomar el cuerpo del alpha- completo Charles, negué no quería que eso le pasará a Dereck. ~A él no, por favor~
-Pero siguen con el cuerpo de Luke Hatway, por el momento no pueden tomar otro cuerpo - debatí.
-El cuerpo de Luke, no es tiene la misma energía y fuerza como el del Alpha -comentó Leo-por eso, pronto va a desaparecer el cuerpo de Luke, cosa que no pasara con el cuerpo de Dereck, si la infección se llega a propagar.
-No- me desmorone en el sillón de Charles -tenemos que evitar eso -desesperada- ayúdenme, por favor -susurro, ~quizás colmillitos, también corrió con la misma suerte que Luke~ espero que no.
-Empezaré a trabajar en una poción hija- dijo Charles tomando mis manos y mirándome a los ojos - confía en mí -lo abracé, me sentí segura abrazando a Charles.
Más tarde.
-Vamos Greta, no puedes irte a dormir, sin antes cenar- ella me sonreía, trate de regresarle la misma sonrisa.
-Si, déjame te ayudo a poner la mesa- le digo tomando los platos, bostezando. Ella me tomo de las mejillas y las estrujo cariñosamente..
-Greta hace un par de días encontré esto, entre unas cajas que se me olvidaron sacar -saca una pequeña libreta empastada de color azul acua -era el diario de tu madre, pensé que esto debería quedarse contigo -suspiro- para que encuentres siempre palabras de consuelo o apoyo en él -me entrego la libreta, podía ver con una caligrafía perfecta que decía "Laura Lanstein"
-Muchas gracias, significa mucho para mi tener esto- le sonrió y seguimos platicando toda la cena, hasta que termino la cena, abro la libreta y lo primero que veo es un mapa, dibujado en una hoja blanca vieja.
Era un mapa de la ciudad subterránea, había una parte no muy descrito ~Nathaniel~ pensé, tome mi teléfono y no dude en marcarle a Leo, tenía un presentimiento.
-¿Hola? ¿Greta? ¿Qué ocurre?
-Leo, ya saber donde esta Nathaniel - me aventuraré en esta nueva aventura.
-Estoy afuera de tu casa en 5 minutos- me prepare lo mas rápido posible.
-Usa esto- era mi abuela desde la puerta, traía una chaqueta de cuero negro - era de tu madre y ella la usaba cuando salía a sus asuntos - me guiño el ojo ~¿ella sabía lo que era mi madre?~ no lo dudo ni tantito -vuelve con bien a casa Greta, mi niña.
Sonreí más confiada -Lo hare abuela -sintiendo un escalofrío, al ponerme la chaqueta como si mi madre estuviera conmigo.
-Según este mapa, la entrada al subterráneo es esta ahí -señala Leo a una vieja alcantarilla, ya no estaba en uso, ni tenia agua, pero olía a rayos.
-Espero que este ahí- tapándome la boca y nariz con una mascada, entrando a ese oscuro túnel con una linterna, cada vez que nos adentrábamos podía escuchar unos gritos que me causaban frustración y miedo.
-Si lo esta, reconocería esa voz en donde sea-era Leo a mi lado, rompiendo una vieja puerta de acero oxidada, viendo una escena horrorosa, Nathaniel de cabeza, suspendido del suelo con visibles heridas, la sangre que escurría al piso alimentaba al lobo blanco.
-Chicos -era Nathaniel en un susurro apenas audible - me alegra verlos, Youngblooth, Leo -parecía que estaba sonriendo, en eso el lobo blanco se levanto, directo a atacarme, con mis instintos de cazadora, saque la navaja y se la encaje. Me quedé muda, si aceleraba la muerte de este cuerpo, querrán ir por Dereck ~no mi Dereck~
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¿Mi profesor es un hombre lobo? ¡¿Qué?!
Hombres LoboGreta O'Connel una chica con aspiraciones y sueños, acaba de ingresar a la universidad. Ella pensaba que encontraría paz y tranquilidad en la ciudad natal donde creció su madre, pero se da cuenta que nada es lo que parece. Una tradición familiar que...