Capítulo 29
Narrador omnisciente
Los tres entraron en aquel edificio que era patrimonio de la ciudad, Nathaniel tenía un gesto de asco.
-Este hedor, sigue estando en mis peores pesadillas -murmuraba el castaño, mientras tocaba sus viejas heridas en el abdomen, Anett suspiró -esta más fuerte.-Lo raro es que no hay nadie - con algo de sensatez Leo, mientras caminaban por el primer piso - normalmente este lugar - señalando todo el pasillo - está infestado de oscuros, casi imposible el paso.
-Esto no me da buena espina, pero si esta sólo el lugar hay que aprovechar - decía Greta - guardar balas y armas, para más adelante -mientras bajaban por las escaleras, lo único que les permitía la visualización del lugar eran linternas y los flashes de los teléfonos celulares.
Hasta este punto, nadie había podido entrar al sótano, ni siquiera Nathaniel que estuvo en cautiverio un largo tiempo, él siempre estuvo en las últimas habitaciones de la planta de arriba.
-¡No! -al ver varios cadaveres ya en estado de putrefacción, Anett podía identificar a algunos miembros de la manada que tenían meses perdidos, un escalofrío le recorrió el cuerpo.
-Jason...-susurraba Nathaniel ante el cadáver del lobo, fue su compañero de "celda" - él fue mi amigo - en un sollozo de impotencia -trató de brindarme tranquilidad en todo ese tiempo que estuve encerrado -los vampiros no podían llorar, pero su voz se quebraba como si lo estuviera haciendo. -A mi me iban a traer aquí abajo -viendo toda la sala de festines que se daban los oscurus, ahí era donde terminaban de devorarse a todas sus víctimas, hasta su última gota de alma y sangre. -pero él se ofreció, me dejó inconsciente y se lo llevaron a él.
Greta abrazó a Nathaniel, sintiéndose mal Jason la había cuidado todos estos años a lo lejos - Lo lamento tanto Nathaniel- se limpió las lágrimas que le corrían por las mejillas.
-Esto ya es personal, se lo debo a Jason- después de unos segundos, con un rostro más serio caminando por el sótano. En eso Leo Márquez llegó con una mueca cansada y dijo:
-Esta todo cerrado, no encuentro ningún portal por aquí Greta -
-Tiene que estar por aquí, eso me dijo la Ángel cuando me la encontré -nerviosamente Greta, "no puede haber un error"
-Es obvio que no estará a simple vista el portal - decía Anett -quizás no somos las personas correctas para que aparezca ante nosotros, ya que no somos oscurus.
-¿Y qué sugieres Weisz? Pedirles amablemente a los oscurus que nos aparezcan el portal -con ironía Nathaniel.
-¿Por qué siempre eres tan cruel conmigo Nathaniel? - empezando a pelear esos dos.
-No tenemos tiempo para peleas de novios-cortando eso Leo exasperado - quizás Anett tiene razón, al final de cuentas es su portal y ellos saben cuándo y cómo abrirlo.
-¿Sugieren esperar a que los oscurus vengan?- decía Nathaniel viéndolos como si se hubieran vuelto locos.
-No hay necesidad de esperar Nathaniel - al escuchar los ruidos en la entrada parecían gritos y risas - a escondernos - opinó Greta y Leo asintió.
Una vez escondidos atrás de unos cadaveres, escucharon un llanto que se les hizo conocido más a Greta -Zaid...- estaba a nada de levantarse, pero Leo la detuvo - tienen a mi bebé, Leo- entrando en pánico, en eso pensó en su papá y la manada, comenzó a hiperventilar.
Los cuatro amigos se quedaron viendo como los oscurus, traían al bebé en brazos, ambos vampiros sostuvieron a la joven madre desesperada.
-Mira Greta -le dice en voz baja Anett tratando de calmarla - No le pueden hacer daño, si ves ese campo de energía que rodea a tu bebé? - señalando - está seguro...por el momento.
Greta solo atinaba a asentir con la cabeza, estaba viendo a Zaid como era cargado por Dereck. El pequeño bebé entre llantos desesperados se calmo unos segundos para contemplar a la persona que lo estaba sosteniendo, al no reconocerlo, continuó llorando.
-Con el sacrificio de este bebé- la voz del demonio mayor totalmente distinta a la de Dereck -traeremos del infierno a nuestros demás compañeros que se quedaron en la espera de salir, con ellos no solo esta ciudad será nuestra, sino cada territorio del mundo.
Los demonios comenzaron a hacer una fila alrededor de Dereck y Zaid, estaban esperando a que el campo que protegía al futuro alpha de la manda Silver Moon se rompiera.
Leo le daba señales a Greta de que tuviera algo de paciencia, al reconocer aquel ritual estaban tratando de levantar del suelo el viejo portal del inframundo ante sus pies. Ya que empezó a haber un leve temblor.
-No lo voy a permitir -murmuró Greta, soltándose del agarre de Leo, enfrentando al demonio mayor, mirando a su hijo comenzando a lanzar sus flechas a los demonios menos que lo acompañaban - te metiste con mi madre, tomaste el cuerpo del hombre que amo, pero con mi hijo -sin dejar de pelear con los demonios menores - No te lo permitiré- en un momento de distracción le lanzó una flecha a Dereck. Que para suerte de ella esquivó, la flecha cayó al suelo hecha polvo.
-Querida a mi no me puedes matar con tus inútiles flechas, soy más fuerte que mis demás seguidores - sonríe y sigue con el bebé en brazos - ¿te imaginas que esa flecha hubiera impactado en el pecho de tu hijo? - se empezó a burlar - hagamos algo - por un momento para la chica se detuvo todo, no escuchaba los gritos de sus amigos peleando con los demás demonios, ni los gruñidos, ni lamentos.
Se concentró en la puerta que acaba de ascender de entre la tierra, de madera muy antigua estaba abierta.
-Veamos de que eres capaz Greta O'Conell - le decía el demonio caminando a la puerta, él no podía atravesar la puerta por un viejo hechizo que logró conjurar hace tiempo, con las muertes de la madres de Dereck y Greta - ve por tu hijo - lo lanzó al inframundo al bebé.
"Mientras que tenga esa luz a su alrededor estará bien, iré por mi bebé, mi pequeño hijo"-¡No!- Greta al ver a su bebé atravesar la puerta, suspiró entrecortadamente, comenzó a correr hacia esa puerta - Soy Porttman, no O'Conell -saltó al inframundo en busca de su bebé, sin saber a lo que se enfrentaría y lo que conocería, sólo quería a su hijo a salvo.
ESTÁS LEYENDO
¿Mi profesor es un hombre lobo? ¡¿Qué?!
Hombres LoboGreta O'Connel una chica con aspiraciones y sueños, acaba de ingresar a la universidad. Ella pensaba que encontraría paz y tranquilidad en la ciudad natal donde creció su madre, pero se da cuenta que nada es lo que parece. Una tradición familiar que...